Nuevo Plan || TOH Adaptación

11. La nutria perdida

〄✯〄

— Amor.

— Te dije que estoy bien.

— Pues para ser una espía mientes bien para la mierda ¿No? .- dijo Lucia —. ¿Qué sucede, Confirmación?

— Nada, Luz, te lo juro. - vaciló —. Es solo que... No me gusta que estés aquí.

— ¿Como?

— No puedo trabajar contigo aquí, tu... Me distraes ¿Si? .- se explicó gesticulando —. No puedo dejar de pensar que-e… Que algo ma-alo te va a pasar y yo... Y-y me está estresando ¿Entiendes?

— Estas... Preocupada. - consultó —. Por mi.

— Solo... Mantente alejada por hoy, no quiero meterte en problemas.- pidió.

Lucia no sabía si reír o llorar. Ammy estaba preocupada por ella. La pelimenta era más que mala con las emociones, y nunca se había entendido con las palabras, por lo que le era muy difícil expresarse con Luz.

— Está bien.- suspiró.

Dios, estaba más que metida en problemas.

— Iré a tomar algo antes de salir. - murmuró alejándose.

Cuando la morena se quedó sola, se acercó al bolso de su novia y rebuscó hasta dar con la memoria USB.

— Por favor, perdóname por esto. - dijo con una sonrisa de nervios mientras se la guardaba en el bolsillo interno de su chaqueta, junto con la memoria que le había quitado a Skara mientras dormía.

〄✯〄

— ¿Y cómo vas con J?

— Pues ¿De qué me podría quejar? Es el amor de mi vida.

— Eres un pegajoso ¿Le apuesto al cero? .- Boscha miró la rueda de la suerte frente a ella.

— No, el cero fue hace dos rondas, apuestale al veintiuno.

— Doscientos más al veintiuno. - dejó las fichas.

— Boscha, ven ahora mismo. - la voz de King interrumpio su concentración por intentar que la canica siguiera sus ordenes y cayera en el veintiuno.

— Pero...

— Ahora, los objetivos comienzan a entrar.

— Solo espera cinco seg...

— Boscha.

— Bien, adiós al dinero. - bufó abandonando sus fichas —. Más vale que no haya caído en veintiuno.

— ¿Te cuento algo gracioso? .- rió Edric mientras oía el festejo de los jugadores a sus espaldas

— No.

— Ed-B, busca identidades de quienes cruzan la puerta. - susurró King prendiendo la cámara que llevaba al cuello de su camisa.

— A la orden, jefe. - el hacker comenzó a teclear desde su computador, sentado en el café a dos cuadras del departamento que compartía con Jerbo —. El del moño marmolado, es Barcus Gorsthy, debería tener información para dar.

— Boscha.

— Ya se, ya se, le pongo un rastreador.

Vió a la pelirosa chocar "accidentalmente" con Barcus y palmearle el hombro, luego giñó un ojo en dirección a King.