Nuevo Plan || TOH Adaptación

19. Buscando la ascendencia

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— Pasajeros del vuelo 7214 a la ciudad de Seúl, por favor abordar por puerta diesiciete.

Lucia tomó su abrigo y se levantó del asiento de la cafetería en la que fingía revisar el menú hace veinte minutos y se acercó a la puerta de embarque.

Había estado con Ammy durante un año y medio, y estaba enamorada de ella, pero aunque le doliera, tenía que admitir que no la conocía.

Ninguna de ellas había tenido tiempo para conocerse a si mismas antes de encontrarse. Juntas habían explorado la música, descubrieron sus sabores de helado preferido y sus colores favoritos, habían pasado días mirando películas y llendo a lugares históricos.

Lucia era por lejos la persona que más la conocía, y aun así no sabía nada de ella, dónde vivía, su fecha de cumpleaños, de dónde venía y quién era su familia. Nada.

A veces creía que Ammy no existía antes de conocerla.

Pero ahora las cosas estaban cambiando, al fin veía la tenue luz de un faro en medio de la tormenta que era su novia.

Había estado releyendo la libreta, pero no había encontrado mucho mas, era al parecer un diario con anotaciones del trabajo. Conociéndola, tal vez era lo único que Confirmación había conservado durante años.

Aún tenía la duda de porqué había dejado la libreta, tal vez no había tenido tiempo de tomarla cuando llegó la policía. Tal vez había dado por hecho que se había perdido en el fuego.

Con todo eso dentro de su cabeza, entregó la tarjeta de embarque y la identidad falsa al empleado y subió al avión.

Se sentó tomando sus auriculares y se dispuso a escuchar música durante todo el vuelo. Su canción favorita comenzó a sonar y la castaña cerró los ojos apoyándose en el respaldo, y lo siguiente que sabía era que la aeromoza la despertaba para desembarcar.

— ¿Cómo?

— El avión ya aterrizó en Seúl, durmió todo el viaje. - la chica asintió, notando que sus auriculares ahora estaban a la mitad de otra canción.

— Oh, lo siento. - tomó su abrigo y salió. Era invierno en Seúl, por lo que se caló la chaqueta en cuanto el viento le pegó.

Revisó la dirección antes de dársela al taxista, pensando que tal vez podría pasar a visitar a Jerbo y Edric, pero decidió que no era una idea muy prudente.

— A la Residencia de Discapacitados de Seúl, por favor. - le dijo al chofer.

— Irá a visitar a sus padres ¿Jovencita?.- preguntó arrancando.

— Estoy buscando a alguien, un... Conocido de un conocido. - comentó mirando por la ventana.

— ¿Y quién es?

— No lo sé. - murmuró.

El viaje fue como estar en tercera persona, tal vez estaba demasiada ensimismada en si misma para concentrarse en el paisaje o el quehablar del chofer. El hombre la dejó frente a la residencia y le cobró antes de irse.

Caminó mirando las flores a los costados, era una típica decoración para una residencia de ancianos, por lo que solo pudo pensar que a quien buscaba era su abuelo, o su abuela.

Llegó al mostrador, dónde una secretaria la atendió.

— Buenas tardes ¿Como puedo ayudarle? .- sonrió.

— Hum... Yo llamé ayer en la tarde por una consulta sobre uno de sus... Uh, residentes. - dijo sacando la libreta —. Verá, mi... Mi novia tiene agendado el número celular de la residencia, y tiene una anotación de que debe llamar todos los... - consultó un segundo la libreta —. Los doce de Octubre.

— Oh, si, recuerdo, le dí la dirección de la residencia. - asintió ella.

— Si, hum, asumo que el doce de Octubre es una fecha especial para esta persona. - siguió. La contraria asintió tecleando un par de cosas en su computador.

— Veamos, tres de nuestros residentes tienen su cumpleaños en esta fecha.

— ¿Quiénes? .- intentó que su voz no sonsara desesperada.

—  Armado Castillos, Kim Joan y Odalia Parking .- dijo leyendo del computador.

Lucia recordó las palabras de Ammy cuando estaba en los efectos del gas alucinógeno.

— ¿Por qué estás tan feliz?

— Porqué tu eres muy linda, y más cuando sonríes, y esos unicornios son algo tontos. Estás aquí conmigo, y mientras yo estoy aquí contigo, ella está lejos, lejos, muy lejos...

“Estás aquí conmigo".

“Ella está lejos, lejos, muy lejos... ”

Había mencionado una mujer, así que Luz fue por lo seguro y habló.

— ¿Podría tener unas palabras con la señorita Odalia Parking? .- preguntó amablemente con una sonrisa.

La secretaria asintió, tecleo un par de cosas y miró a la sala de estar.

— ¡Emi! Por favor, querida ¿Podrías llevar a esta jóven con la señora Parking? .- dijo hablándole a una mujer de unos noventa años.

La mujer asintió, levantó su tembloroso esqueleto y caminó a paso lento hasta Lucia, la castaña le sonrió.

— Un gusto, señorita, soy Lucia. - saludó dándole la mano.

— Ay, que linda jovencita ¿Eres una de los hijos de Odi? .- sonrió la mujer —. ¡Hace mucho que no vienen a visitarla! Se pondrá muy feliz.

— Oh, yo no... ¿Es decir, cuando fue la última visita que hicimos? .- mintió con una sonrisa.

— Deberías estar avergonzada.-  murmuró la señora. Lucia frunció el ceño, la mujer no era tan agradable.

— ¿Dónde está mi madre? .- apuró.

— Está por ahí. - apuntó a una mujer sentada en un banco —. Adiós.

— Muchas gracias, Emi. - asintió con la poca paciencia que le quedaba y se alejó de ella.

Caminó hasta el banco y se sentó junto a la mujer.

— Hola... ¿Odalia Parking? .- preguntó mirándola, la mujer se volteó hacia ella.

— Tú no eres mi hija. - soltó mirándola también, Lucia se asustó al ver en ella a Ammy.

Tenía sus pómulos, la forma de sus cejas y las hendiduras de su clavícula, era como una gran obra de arte que se había empolvado en el olvido.

— No... No, no lo soy. - murmuró —. De hecho... Creo que soy la novia de su hija.

— Eso es ridículo, en realidad, yo no tengo hijas.- objetó ella.

— Pero... P-pero eres igual a ella, eres... Eres igual. - habló desconcertada. La mujer negó suspirando.

— Hace unos... Hace unos años, me dijo que tuvo una niña. - contó —. Me envió una postal.

— ¿Su... Su hijo?

— Si, idiota, mi hijo. - soltó con brusquedad —. ¿Quién eres tú?

— Soy Lucia, la novia de su nieta.

Ella asintió observándola.

— Hay mucho que hablar ¿Verdad?

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