Nuevo Plan || TOH Adaptación

23. Le Lit; Le Bisou

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Las tres chicas estaban en silencio, mirándose mutuamente, el camión rebotaba a toda velocidad sobre los baches de la calle.

Adelfa tenía ganas de reír por la crisis en la que estaba. Sus dos compañeras parecían querer asesinar a alguien, y su superior de hecho quería e iba a asesinar a alguien.

Washington D.C. era mas caluroso de lo que recordaba, pronto el camino comenzó a serle familiar.

De hecho era terroríficamente familiar.

Ay, por favor no.- ya veía venir la situación. El camión pasó frente al motel incendiado.

— El intercambio será en la noche, en ese edificio abandonado. - dijo Lilith.

Skara y Confirmación tenían la misma expresión de horror, desconcierto y esa sensación que sólo se puede llamar estar enojadas con la puta vida en sus caras.

— ¿Por... Por qué? .- preguntó Amity con un hilo de voz, mirando a la coronela como si le acabara de obligar a limpiar estiércol.

— Al parecer este terreno es propiedad de Ergorova, el año pasado en una tormenta eléctrica se incendió.

— ¿En una tormenta eléctrica?.- preguntó Skara mirando a Willow.

Lilith las miró arqueando su ceja.

— Si, Skara.

Claro, la perra sabe que incendié el lugar donde trabajaba con mis complices, pero no sabe que fue este maldito motel. - la cabeza de Willow estaba al cien.

— Curioso. - murmuró Confirmación con una sonrisa cómplice.

El resto del camino siguió en silencio, y todas dentro de ese camión sabían que un corazón no estaría latiendo para el amanecer.

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— Maldición, mi IPod se quedó sin batería... - mascullo Boscha —. ¡Wah! ¿Qué haré el resto del viaje?

— ¿Cerrar la puta boca? .- preguntó King en un tono agresivo.

— Pero si mi boca hace maravillas, compadre.- sonrió Boscha alzando ambas cejas.

— Sería maravilloso si te quedaras callada un rato. - sonrió King de igual manera que la pelirosa —. Oh, ¡Y si dejas de ensuciar el auto también!

— Cálmate, hermano. - dijo irritada —. Ah... Extraño a mi pequeña Adelfa, ¿Tu crees que no la hayan matado todavía?

— Lo dudo. - se encogió de hombros.

— Al menos tu tienes la certeza de que a Codicy no lo pueden tumbar tan fácilmente. - se quejó.

— Es tu culpa por enamorarte de una chiflada.

— Willow no está chiflada... Solo es estravagante.

— Como tú digas. - se encogió de hombros —. Yo sólo quiero recordarte que Adelfa no tiene idea de que estás aquí.

— Mierda... Es verdad. - suspiró con amargura —. ¡Dios, me va a asesinar cuando me vea!

— Yo que tu no dejo que me vea, Adelfa furiosa es... Es como... Prender fuego un tanque de gasolina.

— Deja de compararla con incendios.

— Yo solo...

— Dios, Levi, estoy tan enamorada de esa perra... - se tapó la cara —. Es decir... Mierda,  tan solo pensar en que le pueden tocar un pelo me llena de furia y yo... ¡Ugh, quiero golpear a alguien!

King miró a su amiga con súbita sorpresa, después de lo mucho que había odiado a Boscha, resultaba una buena tipa. La mejor de hecho, tal vez bastante irritante pero siempre estaba dispuesta a colaborar.

— Oye, Boscha... Yo... Sabes, te debo una gran disculpa. - soltó mirándola de reojo —. No debí golpearte en el camión.

— Bah, eso es cosa del pasado.

— De igual manera, lo siento, ¿Si? .- Boscha le palmeó el hombro —. Y espero que cuando todo... Esto... Se resuelva, tú y Adelfa puedan ser felices juntas, no en plan encerradas en un departamento, mas bien... Tal vez... Tal vez deberían irse en crucero a algún lugar, ¿No?

Boscha negó.

— A Willow no le gusta el agua. De hecho... No le gusta nada, realmente pareciera que prefiere vivir encerrada. Encerrada sola con sus plantas. - se encogió de hombros —. Si no fuera por su jardin, no sé que hacer para verle feliz.

— Yo... Te diré esto, pero no lo oíste de mi, ¿si?.- solto —. Cuando era pequeña, hum, Adelfa había encontrado una de estas revistas del National Geographic... Cosa que encontró una foto de una pintura... Uh, debo tenerla por algún lado... - murmuró palpando su bolso al tiempo que conducía con una sola mano —. Aquí, ten.

Boscha tomó el recorte de la fotografía, era una pintura al óleo de una pareja dándose un beso mañanero, cubiertos bajo una frazada.

— En sus delirios suele hablar de esta pintura, hum... Son dos prostitutas en un lugar de París si mal no recuerdo... Adelfa solía estar obsesionado con este cuadro. - explicó —. Dice que... Dice que ese cuadro es ella, hum... No recuerdo muy bien la historia pero el tipo que lo pintó nunca tuvo un verdadero amor, y Willow siempre se largaba a llorar diciendo que era imposible que hubiera pintado este cuadro sin haber sentido amor y yo que sé.

Boscha siguió observando el cuadro, King tenía razón, en la pintura, se podía ver como esas dos chicas se amaban, o al menos se adoraban en ese instante. Pensó en cómo alguien como Willow debía sentirse respecto a eso.

— Es... Es bonito, hay que admitirlo.- murmuró al final.

— Bueno, hice una investigación de este cuadro, está en una colección privada en París, el nombre está por ahí atrás. - dijo tomando una curva.

— ¿Shoteby's? .- murmuró leyendo.

— En esa casa se subastó. - asintió King —. Yo creo que si la llevas a ver ese cuadro, Willow será la desquiciada más felíz del mundo.

Boscha asintio, leyó la nota bajo la pintura, era una de un grupo de diecises retratos de prostitutas, este se llamaba Le Lit; Le Bisou.

Tal vez eso era lo que Willow necesitaba, tal vez necesitaba una prueba de que el amor existe aunque aún no lo haya sentido. Una prueba de que hay esperanza, de que podían ser felices juntas, como esas dos chicas, que en ese momento eran tan felices que incluso lograron hacer que un hombre que jamás había sentido amor capaz de retratarlas de manera impresionante.

— La Cama; El Beso, es... Es un muy lindo nombre para esta pintura. - pronunció, gracias a su básico francés —. ¿Una colección privada, dijiste?

— Si, alguien la quiere sólo para él.

— Quién no, ¿Verdad? .- dijo mirándola un rato mas. Luego la guardó en su bolsillo.

De repente, tenía la esperanza de que sí saldrían de esta bien paradas. Se imaginó a si misma mostrándole a Willow esa hermosa pintura, se imaginó su sonrisa, no una muy grande, más bien una leve mueca torcida, sus finos labios levantados mirándole al fin con un poco de felicidad.

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*Oigan, dato curioso; Le Lit; Le Bisou es una real pintura, pintada por Toulouse Lautrec, y su historia es real*.