"Hola, soy yo" -Calzona.

14

La vi apoyada en el mostrador de recepción, metida en un ajustado vestido rojo y sobre unos tacones negros con su cabello rojizo miraba molesta a una chica con una carpeta bajo uno de sus brazos, me quedé de pie mirándola, hasta que me vio y decidí que lo mejor era ya salir de aquél lugar y caminar a mi casa. Habíamos salido dos veces y no había existido ningún beso, sin embargo, creo que todo empezaba a crecer.

-¡Arizona! -me llamó y me voltee, ella caminaba rápidamente y sonreí.

-¿Necesitas algo?

-Saber cómo estás -se puso a mi lado y me sonrió mientras salíamos juntas.

-Bien, voy a casa.

-¿Me acompañas a almorzar?

-¿Sí tienes tiempo?

-Dos horas -ella sonrió y yo asentí.

Caminamos una al lado de la otra hasta un puestecito de comida rápida, dos refrescos naturales y un par de hamburguesas después estábamos sentadas en un parquecito pintoresco, una frente a la otra, los pajarillos cantaban y como pocas veces en la vida, el corazón se me disparó cuando sentí su mano sobre la mía.

-¿Está bien si me pongo un poco acosadora? -susurró y la miré extrañada.

-¿Qué tanto?

-Un poco -sonrió y me reí.

-¡Me estás asustando, Calliope!

-Shut -se levantó y se sentó a mi lado poniendo la palma de su mano en mi boca.

Todo a mi alrededor se detuvo, ella cerró sus ojos unos segundos para abrirlos y mirarme, en mi mano estaba mi refresco y por un momento creí que iba a dejarlo caer.

-Yo sé que nos conocemos hace relativamente poco tiempo, y que no empezamos bien -apartó la vista y suspiró, su mano seguía sobre mi boca- pero lo he estado pensando mucho y...

Se detuvo al sentir mi mano sobre su mano, la aparté de mi boca y ella me miró, estábamos serias mirándonos y mi celular sonó.

-¿Hola? -contesté con un hilo de voz.

-Buenos días, señorita Robbins -Mark, sonreí y miré a Callie.

-Buen día -contesté.

-¿Deduzco mal si tiro al aire la suposición de que mi mejor amiga está con usted?

-Deduce correctamente -se carcajeo y le acompañé.

-Dígale, por favor, que se la traiga en la tarde con ella, he decidido extender la invitación a las novias -mi corazón se dio un vuelco y reinó el silencio.

-Eh... yo... mm

-Oh, mierda -soltó y volví a mirar a Callie y esta vez ella se veía pálida- ¿la cagué?

Colgué, bloquee el celular y miré a Calliope, tomé su mano derecha entre las mías y suspiré.

-Era Mark -susurré.

-¿Sí? ¿Qué quería? -susurró y volteó a ver hacia abajo, sonreí. Estaba roja y sus manos temblaban.

-Invitar a un par de novias a una cosa que hará en la tarde -ella elevó la vista de inmediato y me reí.

-Creo que tu amigo se te ha adelantado -acomodé un mechón de cabello tras su oreja.

-¡NO PUEDO CREERLO! -se levantó y suspiré mordiéndome un labio mientras la miraba.

-Ven, no pasa nada -la llamé y me miró seria.

-Yo iba a hacer bien -bufó y rodé los ojos.

-Te recuerdo que nisiquiera te me has propuestos, ¿es que acaso dedujiste que iba a aceptar? -elevé una ceja y ella me miró.

Se acercó lentamente a mí, se sentó y, no sé de dónde, sacó una pulsera dorada, suspiró y me miró directo a los ojos.

-Quiero y te quiero, quiero vivir, dormir, amanecer y anochecer contigo, no importa si a mi lado o cada una en su casa, pero te quiero conmigo -tomó mi mano izquierda- quiero que pienses en mí como punto de partida en tu historia favorita de amor, te quiero de protagonista a mi lado, quiero tenerte conmigo y te quiero para mí -abrochó la pulsera- ¿tú me quieres?

-Yo te quiero, claro que te quiero -le abracé y me hundí en aspirar el aroma dulce de su cabello- ¿cómo logras ser tan bonita? -susurré y ella se rio bajito.

-Eso es efecto de tus acciones -besó mi frente y pegó su nariz a la mía.

-¿Sabes que esta rapidez con la que vamos es digna de una orden de restricción por exceso de intensidad?

-Sí -la miré y reímos.

-¡Me encantas, Calliope!

-¡Me encantas, Arizona!

Pegué mis labios a los suyos y en aquél momento todo explotó y supe que ese era el día en el que dejaba de querer existir en un plano terrenal en el que Callie no estuviera.

FIN