Estaba sentada con Harriet dormida frente a mí en los brazos de su papá, yo pasaba mi mirada de April a Jackson y aunque no pareciera, realmente me estaba costando entender lo que ahí estaba pasando.
-¿Así que van a volver?
-Sí, por Ha...
-No, no, van a volver porque quieren volver, aquí Harriet no es la que está decidiendo -miré seria a April.
-En todo caso no estamos pidiendo permiso, Arizona -soltó Jackson.
-No es lo que estoy diciendo, si de mí dependiera no los dejo volver, ¿a ti se te olvida que la engañaste?
-¿A ti se te olvida que la relación es de dos?
-Creo que a quien se le olvida es a ti -lo miré y suspiré- la verdad no me importa, tú sabes, April -la miré- que aunque vuelvas con él yo voy a seguir para ti y para Harriet.
-Lo sé -susurró y corrió a abrazarme.
Era sábado, mi correo seguía sin ser respondido, los fines de semana yo no trabaja y estaba tirada en el sofá gris del departamento, sola, porque la feliz pareja había salido a dar una vuelta, volví a abrir el correo y leí:
"Hola, soy yo, Arizona. Solo escribía para recordarle que no se le olvidará enviarme el nuevo horario y por si había apuntado mal mi correo"
Suspiré, estaba ansiosa por recibir noticias de Calliope, no sé, un correo, o dos, o un ok, cerré los ojos. Tenía el número de su oficina y al mismo tiempo podía ir caminando, ahora el asunto era escoger la que pareciera menos intensa pero, como yo no conozco de límites me puse de pie, con mi pijama gris de abrigo y pantalón, me puse unas tenis negras y salí del departamento, pasé por un súper que estaba al lado de la Universidad y compré dos paletas, saliendo de comprarlo marqué el número de su oficina y vi la hora: 10:30 a.m. Ella me había dicho que trabaja los sábados, a los tres tonos, habló:
-Calliope Torres, ¿con quién tengo el gusto?
-Con una rubia guapa que está pasando las puertas de recepción y va de camino a tu puerta roja, oh, espera, un segundo, me corrijo -me detuve frente a la puerta y toqué- una rubia guapa que está frente a tu puerta -la escuché reír y luego pasos.
-Eres muy graciosa -dijo y abrió la puerta- pero he de dudar, no es tan guapa la rubia.
-Es porque está sin bañar y en pijamas -aún hablábamos por telefono mientras nos mirábamos- la rubia se pregunta si la invitarán a pasar.
-Podría ser -elevó una ceja y reí.
-Tengo helado -sacudí la bolsa y sonrió haciéndose a un lado.
Entré y corté la llamada, cerró la puerta a sus espaldas y caminó tras mí, me senté en la silla frente a su escritorio y esperé a que se sentara frente a mí, cruzó su pierna y me dio una sonrisa mientras bloqueaba y dejaba en su lugar su teléfono.
-¿A qué debo su inesperada visita, Arizona?
-No me respondió el correo -saqué la paleta de helado que había comprado para ella y la mía.
-Oh, no lo vi -me miró preocupada y sonreí.
-Lo supuse, no pasa nada, por eso he venido -le entregué su helado y abrí el mío.
-¿Siempre come estas cosas?
-Sí.
-¿Y siempre anda regalando? -elevó una ceja y sonreí.
-No, pero eso no importa -mordí mi paleta.
-¿Entonces está aquí por el horario?
-A no ser que quiera ir a almorzar conmigo hoy -le sonreí y me miró divertida.
-Salgo hasta las cinco hoy -arrugó el entrecejo.
-Bueno, en casa de mamá y papá hacemos cena los sábados -le guiñé un ojo y abrió mucho los suyos.
-¿Me está invitando a una cena familiar? -chilló y esta vez arrugué mi frente yo.
-Sí, bueno, creo que aún es muy pronto -me puse de pie y ella se echó a reír.
-Sí, aún no nos conocemos -se levantó también y le miré.
-Bonita ropa de sábado -llevaba un vestidito floreado y se veía guapísima.
-Gracias, su pijama es bonita también, Arizona -me sonrió.
-Lo sé -le guiñé un ojo.
-¡Vaya ego!
-Es una virtud.
-Si usted lo dice -me encaminó a la puerta y me voltee.
Sin querer habíamos quedado muy cerca, sus facciones eran fuertes, debía tener sangre latina, el olor fuerte de su colonia me asaltó la nariz y suspiré, miré su cara detalladamente y vi cómo ella detallaba la mía, creo que habíamos dejado de respirar porque cuando ella suspiró sentí su aliento directo en mi rostro, me removí y acomodé un mechón de su pelo, ella cerró sus ojos y ambas sonreímos, estaba siendo raro, incómodo, diferente, se sentía tan normal, como algo que hubiéramos hecho tantas veces, pero entonces alguien tocó muy fuerte la puerta, nos alejamos y sacudí mi cabeza, la vi a ella rápidamente acomodar su vestido como si se hubiera desacomodado y pasar sus manos por su cabello.
-¿Entonces me lo pasas por correo?
-Enseguida -me dio una media sonrisa y me reí, ella me vio molesta y me reí más, volvieron a tocar- ¡un momento! -gritó.
Caminó hasta mí, la miré sonriendo y ella me sonrió igual, era gracioso, la tomé del brazo y la acerqué a mí hasta poner mi boca cerca de su oído.
-No te asustes, pero estás rosada -susurré y ella se rió bajito.
-No quiero que vuelvas aquí -susurró en mi oído- mi helado se está derritiendo en mi mesa y el tuyo en tu mano -miré mi mano, era cierto.
-No te crees ni tú lo primero -me alejé y me giré para poner mi mano en la manija de la puerta- ¡buen sábado, Calliope!
Giré la manija y salí, chupé el helado en mi mano y me retiré de las instalaciones rápidamente, iba tan metida en esos últimos segundos de su boca cerca de mi oído que cuando mi celular alertó una llamada casi me caigo del susto, le contesté a mamá y al cortar me llegó un correo, abrí la puerta de mi departamento y esperé a estar sentada para abrirlo.
"De: Calliope Torres.
Para: Arizona Robbins.Hice todo lo posible para meterlos en tres días, te los intercalé para que puedas tener tiempo libre y tal vez en una de esas noches libres me invites a cenar, o, ¿quién sabe? Tal vez un sábado en una cena familiar tu familia me ame tanto que me vayan a invitar aunque tú no estés."
Me reí y redacté rápidamente una respuesta.
"De: Arizona Robbins.
Para: Calliope Torres.¡Gracias por pensar en mi tiempo libre! Con respecto a lo demás, vivo en los departamentos grises de la esquina, el segundo arriba, tocas al timbre 4 y si no te contesto yo, te contesta una amiga, puedes venir cualquier noche o mañana.
Pd: mi familia no es tan sencilla.
Pd2: ¡Y la de gran ego era yo!"

ESTÁS LEYENDO
"Hola, soy yo" -Calzona.
FanfictionArizona tiene 20 y su cambio de residencia la llevó a cambio de centro universitario, en su proceso de admisión conoce a Calliope que trabaja como la trabajadora social.