Capítulo 12

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El débil golpeteo de las tablas siendo arrastradas a mitad de las calles perturbaba la quietud del pueblo. Kotomi llevaba arrastrando el almuerzo desde hace varios kilómetros devuelta al campamento; afortunadamente, era una tarea más sencilla debido al árido suelo. El sol pegaba directamente en su cara asique se vio obligada a ponerse un poncho y un par de trapos livianos encima para evitar quemaduras. Después de horas caminando, finalmente llegó al lugar donde habían montado su campamente. Era una edificación pequeña y parecía estar inundado de arena hasta adentro. Con brusquedad soltó la cuerda para poder escarbar un hoyo más grande, pues debido a las constantes brisas que traían arena cubrían el suelo capa a capa. Se metió por un hoyo donde solía haber una pared. cómo era bastante estrecho, colocó al animal frente a ella y lo empujó, para entonces arrastrase ella hasta adentro. Al llegar se esperaba ver a Erin, pero no había rastro de ella.

-¿Erin? -musitó, no hubo respuesta.

Su bolsa no estaba cerca, ni rastro de Ali. Disimuló lo más que pudo su tristeza como si alguien la estuviese juzgando, con el revés de su puño se limpió la cara y se dispuso a preparar el jabalí para ella sola. No sabía cómo, pero ya preocuparía después en buscar la forma de preservar el resto. Con su cuchillo fue despellejando al animal con un pulso brusco. Desprendió la piel y la tiró al suelo, soltando un sonido gelatinoso y degradable. Los tajos de carne se desprendían uno tras otro hasta que eventualmente terminó haciéndose una leve cortada en su mano. Pegó un grito ahogado al ver la sangre provenir de su índice, se lamentó por unos segundos antes de correr a buscar un trapo para detener el sangrado. Abrió el cierre de su bolsa con su mano sana y se apresuró a rebuscar entre toda la mierda que tenía dentro, justo ahora aparecían cosas que había perdido hace semanas, pero nada que aparecía las malditas vendas, mientras tanto la mitad del brazo de la chica ya estaba cubierto por finas líneas de sangre. Para cuando comenzó a pensar que así sería como moriría, aunque claramente solo era una pequeña cortada, encontró las vendas. Mientras se iba enrollando las vendas, Justo en el rabillo de su ojo vio la carta de su madre, estaba abierta. Al parecer Erin se atrevió a abrir la carta después de tanto tiempo, no sería lo más apropiado mirarlo ya que había sido escrita solo para ella. "Había sido escrita para Erín y nadie más". Se quedó quieta mirando el papel en sus manos. Casi ni sentía el dolor, ya lo había olvidado. Siguió mirando el papel. "¿Y si encontraba algo por lo cual Erin decidió dejarla? No, no era correcto, es algo personal", sin embargo, la carta estaba abierta como una invitación a ser leída. "No debía". Se quedó encorvada en el suelo viendo la carta por un momento hasta que finalmente la abrió lentamente y con cuidado sacó el contenido. Y leyó cada palabra con cuidado.

Erin, si estás leyendo esto es porque después de años al fin he adquirido el valor que necesitaba para poder hacer algo por todos nosotros, nuestra gente y la que afectamos día a día; sin embargo, también es posible que estés leyendo esto y ya no esté contigo en esta vida, es posible que nunca tuviera el valor, de cualquier forma, iré al grano. Ismael se está volviendo un problema, la gente nos odia, por dios ni siquiera pueden decir el nombre de nuestro grupo por miedo; como si al decirlo cosas malas les fuese a pasar, como un maleficio. Casi se siente de esta forma. Nunca olvidare la primera vez que sentí esa sensación la primera vez, estoy segura de que tú tampoco, luego de las primeras semanas del brote y estar famélicos, el día que decidimos hurtar a ese pequeño grupo, nos hicimos con sus recursos y dejamos las semillas atrás. Se sintió bien tener algo en el estómago, sé que se siente bien, pero esto debe parar. A donde sea que vamos se repite lo mismo y solo es para que solo algunos vivamos bien. Ismael se autoconvence cada día diciéndose que es por el bien de nosotros, noche tras noche se lamenta sin parar por las tragedias que ha ocasionado. He tratado de hablar con él, convencerlo que no es necesario todo lo que hace, ya es más que suficiente lo que tenemos. Erin, sé que nada de lo que hagamos borrará nuestros errores, pero nosotros podemos detener esto, últimamente he tenido reuniones con Ion, y sé que te estarás pensando que estoy loca, pero son los únicos que representan una amenaza real para nuestro grupo. Henry y los demás ya saben de esto. Para el próximo invierno nos aliaremos y atacaremos, no quiero que más gente muera, por supuesto, pero no quiero simplemente matar a Ismael. Anunciaremos la guerra y haremos la petición de que ceda su puesto, y con un poco de suerte accederá, y es por eso que necesito tu ayuda, necesito que pidas ayuda a Piero como un aliado para nuestra causa, se la historia que tienen, pero estoy segura que se unirá si se lo pedimos y con un poco de suerte el pedirá ayuda a sus amigos de la resistencia, con todos estos aliados, Ismael no tendrá más opción que renunciar a su puesto. Sé que es mucho lo que te estoy pidiendo y espero que esta sea la última carta que tenga que darte en secreto. Se lo peligroso que es esta información que te estoy dando asique quiero que esta carta cumpla como mis últimas palabras en caso de que algo pase, y obvio no quiero que sea guerra entre nosotras. Quiero que sepas que siempre has sido la luz que ha iluminado mi camino cuando todo estuvo en oscuridad. Desde que éramos pequeñas siempre te quise tener cerca, la desgracia está en que mi corazón ha sido tomado hace años por una persona que no lo merece, he luchado por años por cambiar, pero para mí es imposible, y sé que soy estúpida, ya no sé si es miedo o amor algo más. Solo quiero, Erin, que sepas que siempre tendré cerca y nadie nunca podrá reemplazarte.

KotomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora