XII: No la lastimes.

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Liam, aún después de un rato, seguía abrazando a Amelia y Henry

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Liam, aún después de un rato, seguía abrazando a Amelia y Henry. No era algo que le molestara, pero de manera ocasional veía el reloj, lo que menos quería era que Lucia se diera cuenta de su ausencia y comenzara a llorar como si la hubiera abandonado.

<<Pero tampoco quiero irme>> pensó Liam haciendo una mueca, no sabía que hacer; por una parte necesitaba saber, escuchar de los labios de Amelia, lo que le había pasado a ella y a su hijo, aunque eso lo martirizara de por vida.

Su otro lado, el racional, le decía que mejor se fuera y no se me metiera en más problemas de los que ya tenía, todavía no sabía cómo equilibrar entre sus deberes como padre y su trabajo como agente en la BAU, su jefe ya le había dado muchas concesiones.

—Pero nunca he podido ignorarte, Mía —susurró mientras le acariciaba el pelo castaño oscuro que Henry también tenía, lo que le llevaba a preguntarse si había heredado algún rasgo de ese...indeseable.

—Ahora más que nunca te necesita —Liam se asustó al escuchar a Rebecca Dagger, pues no notó su presencia hasta que estaba casi a su lado—, y dejaremos que te acerques, pero no la lastimes más —dijo la mujer con el semblante serio, tan serio como cuando estaba en la corte defendiendo a las personas.

—Sabes que nunca la lastimaría —respondió Liam—, por cierto...disculpa por entrar a tu casa sin avisar, es solo que...—Rebecca paró sus explicaciones.

—Roland ya me explicó y de todos modos te agradezco que te quedaras con Amelia y Henry.

—Si...creo que ya debería de irme —murmuró antes de pararse y acomodar a la madre y al hijo en el sillón.

—¿Me ayudarías a llevarlos a la cama? El sofá sería muy incómodo para ambos, se lo dije a Mía, pero es terca.

Aunque no quería estar mucho tiempo en presencia de Rebecca, Liam le ayudó a llevar a Amelia a su cuarto mientras Rebecca hacía lo propio con Henry.

—Este lugar no ha cambiado nada —dijo Liam al entrar; las paredes pintadas de morado claro con algunos posters de los anime que le gustaban a Amelia, el juego de cama era el mismo también; una colcha de cuadros de colores: verde, rosa y morado. La cómoda a un lado de la cama y el tocador parecían recién barnizados, pero él sabía que tenían al menos 20 años y que a pesar de eso, gracias a los cuidados de Amelia y luego de su familia, los muebles parecían nuevos.

—Después de que se fue no quisimos tocar nada —admitió Rebecca—, solo cambiamos la cama por una más grande, pero buscamos un juego de cama exactamente igual.

Liam no supo que decir, aún cuando Amelia era su amiga, él fue testigo del sufrimiento de la familia Dagger y le parecía admirable que aun después de todo, se llegaron a preocupar por un detalle tan insignificante como encontrar una colcha y sábanas iguales en el tamaño correcto.

—Se lo que estas pensando y no me importa lo que haya hecho Amelia, ella es mi hija. No es la primera ni la última persona que cree en las palabras de alguien.

—¿Está hablando por experiencia propia o...? —Liam se calló al ver la mirada de Rebecca.

—Gracias por ayudarme, Liam —Rebecca estaba molesta, primero su hijo la había cuestionado y ahora Liam hablaba como si tuviera conocimiento de causa—, lo mejor será que vayas a tu casa, sabemos que Lu no es muy paciente.

Y casi como si la hubieran invocado, el llanto de Lucia se dejó escuchar por toda la casa despertando a Henry y Amelia en el proceso.

—¿Mami? ¿Qué es ese ruido? —Amelia estaba un poco desorientada pues no recordaba haber subido a la habitación, tampoco le puso atención a Henry pues su instinto maternal sólo captó el llanto desperado de un bebé, logrando que olvidara de momento su afección.

—¿Amelia? —Rebecca trató de detenerla, pero su hija estaba en modo automático, no le hizo caso ni a su madre ni a Liam que también trata de explicarle que el llanto era de Lucia y no de Henry y que el pequeño estaba a su lado, no los escucho y fue al piso de abajo sin decir ni una sola palabra, Rebecca, Liam y Henry la siguieron.

—Hermana que estas...—Amelia le arrebató a Lucia y comenzó a acunarla, Roland volteo a ver a su madre y a Liam quienes estaban al pie de la escalera con Henry tanto de abrirse paso para llegar a sus dos personas favoritas—, parece que esto ya se está haciendo costumbre.

—¿Qué hace Lu aquí? —preguntó Liam mientras se movía para que Henry pudiera pasar— Katie la estaba cuidando.

—Fui a...fui a dejar algo con Kat y Lu estaba haciendo berrinche, entonces me la traje. —Roland no quiso mencionar a James, no quería mas sermones de su madre ni tampoco escuchar las opiniones de Liam— ¿No debería Mía alejarse de Lu? Podría contagiarla.

Liam reaccionó y rápido apartó a Lucia de Amelia, causando el pandemonio; Amelia casi le pega cuando se la quitó, pero se quedó en shock al verlo y ver qué a Lucia no era Henry, entonces fue cuando aflojó su agarre y Liam pudo tomarla.

La niña por otro lado...comenzó a llorar muy fuerte.

—¡Regrésala con Mia! —Gritó Roland para oírse entre el llanto— ¡Liam dásela o no dejará de llorar! —Rogó desperado tapándose los oídos, Rebecca no dijo nada pues estaba ocupada tratando de contener a Henry que también parecía molesto; por el llanto y por ya no estar cerca de Lu.

—Lu, mi amor, mira. —La rebotó un poquito señalando a Amelia—, Mía no se ha ido a ningún lado tampoco Henry. —Lucia calmó un poco su llanto, pero seguía estirando sus brazos  de forma desesperada para llegar a Amelia.

—Ma, ma, ma ¡ma! —repetía mientras más trataba de estirarse—¡Mamamamamama! ¡MAMÁ! —Liam no pudo más, se la terminó pasando.

Amelia no se negó y cuando Lucia regresó a sus brazos, volvió a respirar la paz.

Aunque solo en el exterior, pues Liam tenía un un conflicto interno muy grande.

¿Cómo podía alejarse de Amelia si Lucia ya la amaba como si fuera su mamá? ¿Cómo podía alejar a esas tres personas que ya se amaban como una familia? ¿Estaba él incluido en ella? Estaba muy confundido.

—¿Les molestaría ver a Lucia por un rato? —preguntó Liam, aunque no esperaba una respuesta, solo se fue.

Y lo que más le dolió fue que su hija no pareció darse cuenta.

Y lo que más le dolió fue que su hija no pareció darse cuenta

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Pobre Liam, cree que su hija lo ha cambiado ¿Sera asi? 

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