Especial: Dia del padre

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Era sábado y Amelia con ayuda de su cuñada, la familia Jones y su propia familia había logrado distraer a Liam para llevar a Lucia y Henry al centro comercial.

—¿Ya saben que se celebra el domingo? —Les preguntó a ambos niños, pero sólo Henry asintió emocionado.

—¡Es el Día del padre! —Lucia ladeo la cabeza.

—¿Día de papá? —Amelia beso la cabeza de la pequeña.

—Así es, mi vida. Mañana celebraremos a tu papá y a los abuelos, pero es más especial para papá porque es la primera vez que lo festeja con Henry y contigo, así que vamos a conseguirle algo especial ¿vale?

Lucia sonrío.

—¡Día de papá! —Aplaudió contenta moviendo pies y manos— ¡Regalo! ¡Abajo!

—¿Abajo?

—Creo que quiere caminar, mami —contestó Henry.

Amelia hizo una mueca, Lucia todavía no caminaba muy bien y por ser un sábado antes del Día del padre, las tiendas estaban llenas. Era peligroso e imprudente dejarla caminar pues corría el riesgo de perderse o que la secuestraran, pensándolo bien...

—Lo siento, cariño, tienes que ir en el cochecito. —Lucia hizo un puchero—, pero si te portas bien los llevaré al parque.

Lucia asintió.

—Muy bien, Henry te quiero agarrado del cochecito ¿ok? Hay mucha gente y no quiero perderlos de vista.

Una vez que ambos niños estuvieron listos dieron comienzo a su paseo en busca del regalo perfecto.

—¿Qué tal una cartera? —Se las mostró a los niños.

—¡No! —Lucia no estaba conforme.

—No pega con papá —explicó Henry.

Amelia suspiró y continuaron su camino, nada parecía suficiente para los niños. No les gustaba la ropa ni los accesorios porque no se les hacía un regalo significativo, los perfumes tampoco porque "papá huele bien sin necesidad de perfume", se le estaban acabando las ideas y se estaba haciendo tarde.

—¡Mamá mira! —Henry soltó el cochecito y salió disparado a una vitrina.

—¡Henry! ¡No corras! —Amelia lo alcanzó y no tardó en regañarlo—, no vuelvas a correr así, te pudiste haber perdido o lastimado o...—Henry la interrumpió.

—¡Encontré el regalo para papá! —Señaló la vitrina y Amelia pareció considerarlo, pero Lucia tenía que estar de acuerdo, así que Amelia la saco de su prision de ruedas y le enseño lo que Henry había encontrado.

—¿Qué dices Lu? ¿Es el regalo adecuado para papá?

Con el asentimiento de Lucia, los tres entraron al lugar. Ahora solo era cuestión de prepararlo todo.

(...)

Después de arreglar el regalo de parte de los niños, Amelia compró un regalo y los ingredientes para el desayuno especial que querían hacer Henry y Lucia. Como pudo los apaciguó cansándolos en el parque, de modo que cuando Liam llegó, los dos niños estaban fritos.

—Hey. —Saludó a Amelia con un beso en la frente— ¿Y los tornados?

—Se han reducido a pequeños vientos —Amelia rió—, han acabado fritos después de que fuéramos al parque ¿a ti como te fue? —Liam soltó un suspiro cansado para después dejarse caer a un lado de ella en el sillón.

—Mi madre y tú madre me han exprimido cada gota de energía con la fiesta para nuestros padres ¡fui su mula de carga! —Liam hizo un puchero del cual Amelia se rió— ¡No te rías! Yo también soy papá, debieron poner a Roland a trabajar.

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