XV: ¿Terapia?

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Liam sintió que estaba de regreso en el pasado; cuando pasaba casi la mayor parte del tiempo en la casa de su mejor amiga desayunando mientras escuchaba los chistes del señor Dagger, los regaños de su esposa y a Roland riéndose de ellos a la par que Amelia se moría de vergüenza. La única diferencia ahora era que Amelia no lo miraba porque estaba ocupada con Lucia, Ambrose no bromeaba porque no sabía cómo matar la incomodidad y Rebecca no regañaba a nadie por estar enfocada en Henry. Era algo que Liam había vivido, pero que ya no era lo mismo.

De repente, Rebecca dejó de centrar su atención en Henry para darle a Liam una intensa mirada. Al principio el chico no entendía lo que quería, pero después recodo las palabras de su madre.

—Oye Mía...—Amelia centró su atención en él—, mi madre quería hablar contigo.

—¿Conmigo? —Amelia parecía un poco confundida, si bien no se llevaba mal con Emilie Jones nunca pensó que quisiera hablar con ella en privado ¿sería sobre Liam? ¿O sobre Lucia? Viendo su indecisión, Rebecca decidió intervenir.

—Ya me había dicho, pero con todo lo que tengo en la cabeza se me había olvidado.

Liam dudaba que Rebecca lo hubiera olvidado, solo estaba esperando el momento correcto.

<<Como buena buena abogada>> pensó Liam con diversión.

—Está bien, iré a verla...cuando termine de darle de desayunar a Lucia.

Ambrose, después de una mirada de Rebecca, le quitó a Lucia de los brazos.

—Yo me encargo de la pequeña señorita, ve antes de que la niña cambie de opinión de quedarse conmigo. —Le dijo Ambrose rebotando un poco a Lucia.

—No me dejarán en paz hasta que lo haga ¿verdad?

—No. —Respondieron ambos padres con una sonrisa.

—Diez minutos, si Lu llora antes de eso, regresaré corriendo.—Advirtió Amelia antes de salir de la casa.

Emilie Jones era terapeuta especializada en niños, pero también tenía pacientes adultos que confiaban en ella. Dulce, pero directa era muy buena en su trabajo; hasta cuando no lo estaba haciendo.

Primero se había fijado en Henry y su conducta, pues era su especialidad: Un niño tímido y necesitado de un cariño paternal evidente. Y aún cuando su madre había tratado de protegerlo tenía ciertas alertas que la mujer tenía que tomar en cuenta.

—Emilie, te busca tu nuera. —Sonrió su secretaria con complicidad. Ella al igual que la mitad del pueblo ya sabía que algo pasaba entre Liam y Amelia; difícil no saberlo cuando Rebecca y Emilie eran tan conocidas.

—¿Tengo más citas?

—No, te deje la agenda libre como me lo pediste.

—Gracias Nico ¿Podrías llamar a Andreas y a Harriet?

—Pensé que tomarías el caso tú misma.

—No creo que sea correcto. —Emilie le da una sonrisa a Nicole—. Pero no hagamos esperarla más.

Nicole asintió para después ir a hablarle a Amelia, quien entró con pasos cautelosos.

—Te aseguró que no muerdo, Mia —dijo Emilie sonriendo.

Amelia le regresó la sonrisa de forma nerviosa.

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