Capítulo 2

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Terminando la pequeña plática que tuve con el Alfa Li antes que llegara su hija y gritara como loca, tomo camino a casa. Esta vez no quise transformarme, dolía mil veces más que mi primera transformación frente a la redonda luna que ilumina cada rincón del mundo. Black está inquieto y no sé el porqué está así, no hay ningún animal cerca para cazar y todo está en un completo silencio. Agudizo mis oídos y camino atento a mis alrededores. 

Escucho unos pasos y ramas romperse, giro y de mi garganta sale un gruñido. Black toma el control de mi cuerpo y transforma mi mano en garras. Los pasos se detienen, pero no dejo mi posición de ataque. 

— Sal y no seas cobarde. —mi voz se escucha como un eco en el bosque y mi visión se vuelve más colorida cayendo en cuenta que Black está más activo que antes. Todo vuelve a quedar en silencio y Black se relaja un poco, pero está atento por si pasa algo. 

Trato de calmarme y giro sobre mis pies, mis manos vuelven a su estado normal y pego camino a la manada. Avanzo con pasos más rápidos y mis sentidos activos. 

"Tengo un mal presentimiento y tampoco me siento seguro aquí". —Black se queja. 

"Black, lo sé. Yo tampoco me siento seguro aquí, pero es la única forma de llegar a la manada". —digo haciendo una mueca en mi rostro. 

"¿Y si me dejas salir? Podríamos llegar más rápido y no correríamos peligro alguno. Además, sabes que soy más fuerte que tú". —cuando menciona su ego, no hay nadie que lo detenga. Mi mano pega en mi frente y niego moviendo la cabeza. 

"No lo haré, ya lo sabes. Duele mucho y no voy a aceptar a quedarme inconsciente en medio del bosque, perro testarudo". —Black gruñe por la forma en que lo llamé. 

"Testarudo tu cara Jacob, respétame o le digo a tu próximo mate la clase de persona que eres". —se detiene un momento. — "Sabes que soy capaz de meterme en su cabeza y decirle todo lo que sé". —abrí mis ojos sorprendido y corto comunicación con mi lobo. 

Cerca de llegar a la manada, veo algo pasar. Frunzo el ceño, detengo mi caminata y volteo. Nada, no hay nada que pueda ponerme en peligro. Dudoso y mirando a todos lados, camino. Luego de cinco minutos, veo pasar una sombra de nuevo y me coloco en modo de ataque, mis manos se transforman en garras, mi piel se eriza, un gruñido sale de mí y mi vista es más colorida. Doy grandes pasos y voy donde estaba la sombra, detrás de un árbol. Me asomo y le doy la vuelta, pero no hay nadie. Aúllo y algunos lobos me siguen la corriente, inspecciono el bosque atentamente y en menos de diez minutos llega mi hermano con un grupo de lobos protectores y su Beta, Alex.

— ¿Qué pasó? ¿Por qué tu llamado? —pregunta preocupado. Lo miré con una ceja alzada. — ¿Qué? Me preocupo por ti, aunque no parezca. —Black y yo reímos hacia nuestros adentros. 

— Creo que estamos en peligro. —Thomas y Alex fruncen el ceño. Desvío mi vista de ellos y observo a mi manada buscar por todo el bosque alguna pista.  

 — ¿Cómo es posible? Si... No puede ser posible. —Thomas lleva su mano a la boca sorprendido. — Jacob, debemos hablar con papá. Debemos de informarle que ellos volvieron. —su respiración se agita cada vez que habla. —No podemos perm... —le interrumpo. 

— ¡Thomas! Debes tranquilizarte, ¿sí? Nada nos va pasar, no te preocupes. Mira a tu alrededor... —los protectores seguían buscando, pero no tenían éxito. — Ellos nos dirán si ellos regresaron o no. —lo tomo de los brazos y lo sacudo un poco. — Tranquilízate. —sus ojos azul zafiro me miran con decepción y una pizca de rabia. De él sale un gruñido provocando que, tanto los protectores como Alex bajaran sus cabezas ante el próximo Alfa. Mi lobo se molesta y de mí también sale un gruñido.

— Jacob, más te vale que te comportes y te calmes. —su voz sale más fría y dura de lo normal. 

— Thomas, te voy a decir algo y espero que te quede claro. —frente a la atenta mirada de todos, me acerco a él y, como él es más alto que yo me toca alzar la cabeza. — Conmigo no utilices el título del próximo "Alfa" porque sabes muy bien que Black y yo no te obedeceremos, así que no me obligues hacer cosas que no quiero hacer. —lo señalo con el dedo. — Estás advertido. 

Les doy la espalda y camino en dirección contraria a la manada, estoy cansado de vivir así. Thomas dando órdenes cuando ni siquiera es el Alfa de la manada, mi mamá pareciese que no tuviera más hijos aparte de mí, Alex atrás de Thomas como un perro faldero y mi papá, el Alfa, todos los días ocupado. No me quejo de mi padre, sino de los demás, que pasan dándome órdenes a cada rato. 

"Black, ¿hueles eso?"—mis pulmones se agrandan al llamar a Black. 

Olfateo el aire buscando ese olor.

"Jazmín".

Suelto un grito agudo al sentir mi piel rasgarse, caigo y aprieto mis manos recogiendo tierra y tallos, opongo mi transformación, pero es cada vez más fuerte. Parte de mi ropa está hecha un desastre, mi suéter negro hecho trizas y mis pantalones negros de cuadros roto por la mitad. Mis zapatos vans se rompen junto con mis medias negras. Los anillos de metal se agrandan y se rompen en dos. Black está desesperado por salir y se me dificulta detenerlo. 

— ¡No! 

El olor está cada vez más cerca y mi lobo más desesperado por salir. El dolor aumenta y todo mi cuerpo cambia por el de Black. Corro por el bosque lleno de nieve esquivando venados, zorros, ardillas, entre otros animales. Mi lobo tiene el control sobre mí y tanto fue el dolor que siento que desfalleceré. Sigo corriendo y el olor es cada vez más fuerte, mis pulmones se benefician al recoger su fragancia. 

Charlotte Huston. 

Respirar aire fresco y tener la mejor vista de esta aldea es lo mejor que he hecho en toda mi vida. Estar llena de vida, me hace feliz. Nada me preocupa desde que dejé mi vida en mi país natal, Portugal. Todos los días eran peleas entre mis padres y mi estado de ánimo no era el mejor en ese entonces. Mis amigos se preocupaban por mí cada vez que me veían llorar por culpa de mis padres, así que la mejor estrategia era salir de casa. Terminé mi secundaria con buenos méritos y, actualmente estoy estudiando en una de las mejores universidades de Canadá ubicada en esta aldea. 

Cuando llegué por primera vez a la aldea, me recibieron con los brazos y puertas abiertas. Luego, me instalé en la nueva cabaña y me dispuse a ordenar todo lo necesario. Algunas personas de la aldea me contaron sobre una famosa leyenda de un Bosque maldito donde la entrada la tienen rotundamente prohibida, pero como soy una chica desobediente, la curiosidad es más grande que esa leyenda. 

Cerca de las cinco de la tarde, mi curiosidad aumentó en un noventa y cinco por ciento, así que lista para salir con mi chaqueta puesta y unos guantes térmicos, tomo camino al Bosque maldito. Luego de luchar con algunas rocas y casi morir en la boca de un oso, por fin llego al dichoso Bosque. 

— Ahg, estoy perdida, ¿qué hago ahora? También está anocheciendo y tengo que volver. —paso una mano por mi pelo suelto. 

Camino de nuevo, pero unos sonidos de patas correr llegaron a mis oídos. Volteo y veo correr a un lobo grande de pelaje blanco con algunos rayos grises, con unos ojos azul cielo el cual transmiten peligro; hacia mí. Grito y el lobo se abalanza sobre mí. Asustada y con el corazón a mil, el gran animal olfatea mi rostro y lo lame con cariño. 

~I.L

About last night.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora