Jacob King.
Llevo las manos a mi cabeza apretándola fuertemente al sentir una presión en ese lugar. Abro mis ojos y me encuentro en mi cuarto.
— ¿Qué pasó? —sueno mi garganta al sentir mi voz salir áspera. Lo último que recuerdo es despedir a Charlotte aquí mismo. Mi cuerpo duele demasiado y mi pierna ha sanado un poco. Cierro mis ojos al sentir una punzada en la sien derecha. — ¿Dónde está mi camisa? —llevo mi mano a mi pecho al sentir el aire frío pegar en mi cuerpo al tener la ventana abierta.
La puerta se abre dejando entrar a mi padre.
— ¿Cómo estás? —entre frunzo el ceño y alzo el pulgar a su dirección, creo yo. — Estoy aquí. Sólo sigue mi voz. —alzo mi cabeza y abro mis ojos. Lo busco con la mirada y doy con él.
— Estoy... bien. —me apoyo en mis codos. — ¿Qué pasó?
— ¿No lo recuerdas? —pienso un momento y niego. — Te pondré en contexto. —asiento. — Black tomó el control sobre tu cuerpo. —abro los ojos. Suspira.
— ¿Qué hice? —la preocupación me invade.
— Al estar unida con Charlotte, tu... —pongo la mano delante para que se detenga.
— No me digas que la herí. —mi padre se queda en silencio. — ¿Qué tanto daño le hice?
— Sufrió tanto que se desmayó. —dice. Cierro mis ojos.
— Maldito perro. —me dejo caer en el colchón, llevo mis manos a mi rostro y lo froto con frustración. — Es por eso que no me ha dicho ni reclamado nada. —hablo entre dientes. — Por eso no me gusta que tome el control sobre mí. —suelto un fuerte suspiro.
— Lo sé, pero no es algo que puedas cambiar o quitar de ti. —escucho como se mueve, abre un cajón y saca algo. — Toma. —me tira una camisa blanca. — Vístete y ve a visitarla. Debe estar descansando. —tomo la camisa de mala gana.
Me levanto y camino detrás de mi padre.
— ¿En qué cuarto está?
— En el cuarto número veintitrés, piso dos. —asiento y, sin importar la molestia que siento en mi pierna troto.
Primero ella, después yo.
Llego al ascensor y espero, suena una música que me avisa la llegada al décimo piso. Entro y presiono el botón dos, las puertas se cierran y espero, impacientemente a llegar al piso. Luego de dos minutos, salgo del ascensor y pego camino al cuarto veintitrés. Me cruzo con Mila y la saludo moviendo mi mano de un lado al otro. Me devuelve el saludo alegremente.
Cuando llego al cuarto, tomo la perilla y el miedo me invade por completo. ¿Será qué me odia? ¿Será que ya no me ama? Todas esas preguntas rondan por mi cabeza. Giro la perilla de la puerta y la veo de espaldas, la tristeza me invade al saber todo lo que le hice al no estar consciente.
Rodeo su cama escuchando su corazón latir con fuerza y su aroma expandirse por todo el cuarto volviéndome loco. Tomo una silla que está al lado de su cama y me siento una vez que la ruedo, toco su cabello delicadamente y la tristeza me invade el doble al verla con el ceño fruncido.
Me disculpo de corazón sollozando tomando su cálida mano. Recuesto mi cabeza en el colchón y me desahogo.
"Lo siento... No quería hacerle daño".
"Cállate". —Black chilla al tratarlo tan mal.
"Lo siento". —lo ignoro.
Siento un apretón en mi mano lo que me sorprende un poco, alzo mi vista y la veo; su rostro con leves ojeras, sus ojos azules gastados por tanto daño, sus labios rojizos apetitosos me reciben con un tierno puchero, su piel más pálida de lo normal. No resisto y me abalanzo a ella para poder sentirla. Nuestras piernas se entrelazan sonrojándome, mis manos toman sus caderas de una manera dominante y mi rostro está pegado a su cuello para recoger de su fragancia. Saco de lado el tema del incidente y niega que le hice daño.
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About last night.
FantasyTodo cambia de la noche a la mañana, todo parecía perfecto hasta que llega este día. - Charlotte, todo tiene una explicación. -suplica con sus ojos grises oscuros. Quiero decir algo, pero las palabras no me salen, estoy asombrada y sin poder creer...