Capítulo 16

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Thomas King. 

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— Jacob, tenemos que hablar. —abro la puerta de su apartamento y éste me mira con una ceja alzada mientras lee un libro con sus gafas negras puestas. Deja de mirarme y mira, de nuevo, el libro. 

— ¿Qué necesitas? —moja sus dedos con saliva y pasa la página.

— Pero, necesito que dejes de mirar ese maldito libro y me prestes atención. —mi paciencia se está acabando y no quiero ser malo con él. Parece como si no le hubiese importado. Camino hacia él y le quito el libro de mala gana. Jacob se levanta molesto y sus ojos cambian de color.

"¿Por qué provocar a su bestia, animal?".  —me ofendo por el reclamo de Luka. 

"Qué falta de respeto, Luka. Necesito decirle algo, pero déjame hacerlo solo, no te metas en su mente". —creo que ese fue mi pequeño error. 

Jacob abre sus grandes ojos azules cielo y me mira directo a los ojos. Sus ojos cambian de color a grises oscuros y coloca sus manos en mis hombros. 

— ¡¿Encontraste a tu mate?! —dice Jacob. Abro mis ojos y le gruño a mi bestia. 

— Eso es... ¡mentira! —niego moviendo mi cabeza de un lado al otro. 

— ¿Cómo va a ser mentira si Luka me lo acaba de confirmar? 

"Pedazo de bestia traidora". —le reclamo a mi lobo. 

"Tu cara". —me ignora. 

— No le creas todo lo que te dice... —rasco mi nuca y desvío mi vista de él. 

Entrecierra los ojos y asiente para él mismo. — ¡Acepta que encontraste a tu mate después de esperar mucho tiempo, entiéndelo! —grita y me sacude. Niego y quito sus manos ubicadas en mis hombros, bruscamente.

— Ella no es nada mío. Ella me intimida y no me gusta, ¡no la aceptaré! —salgo de su apartamento y bajo las escaleras para llegar al primer piso. Abro las puertas de la gran sala del palacio y tomo rumbo a la salida del pueblo, pero antes de salir, Jacob me interrumpe. Los habitantes de la manada dejan de hacer lo que hacen y se concentran en la discusión entre hermanos.

— Si no la aceptas, morirás. —habla entre dientes. — Puedes rechazarla, pero jamás dejarás de pensar en ella y tu lobo puede no existir nunca más. —mi vista se mantiene al frente. — Mueres o mueres de desamor, tú decides. —no soporto escuchar más y esta vez, salgo.

Entro al Bosque maldito y jadeo por la corrida de antes. Me apoyo en las rodillas y bajo mi cabeza ocasionando que mi cabello se mojara con el sudor frío de la frente. Suelto aire por la boca y la brisa fría del invierno me golpea. No siento frío por mi lobo, él me protege de las tempestades y cambios de temperatura. Camino adentrándome en el Bosque y llego al corazón, es decir, al centro de todo. Veo una pequeña cascada que me genera tranquilidad, escuchar caer el agua continuamente provoca que mi cuerpo se relaje. El agua es azul de muchos tipos de tonos y, al parecer no hay peces para que los osos puedan cazar. Suspiro y miro hacia arriba, la neblina tapa el cielo, pero eso no me importa, cierro los ojos y disfruto del clima. 

Achico mis ojos y veo a una mujer con un lienzo en sus piernas. Lleva un abrigo café de algodón, una blusa blanca de cuello alto, unos jeans y unos tenis blancos. Su cabello está recogido en una cola alta y tiene varias manchas de pintura en su rostro. Camino hacia ella, pero meto mi pie en el agua mojando mis zapatos y medias. 

"Qué idiota, Thomas". —se burla. 

 "Cállate". 

Sacudo mi pie para sacar el agua restante y alzo mi vista, ella sigue atenta a su dibujo y no está pendiente si algún animal salvaje se la pueda comer, qué bien. Le doy la vuelta a la gran roca y la miro de espaldas, lleva unos audífonos puestos. 

About last night.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora