Capítulo 20

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Hudson Downs.

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Dolcezza, debemos ir a la manada King. —informo cuando llego a la cocina. 

— Que no me llames así. —toma de su café. — ¿Para qué vamos a ir a la manada vecina? —me mira. 

— El Alfa me dijo que debemos hacer un acuerdo con ellos. —Hannah refunfuña. 

— Es muy temprano, no voy a ir ahora. —sorbe su café.

— Podemos ir cuando queramos, dolcezza, pero cuanto antes, mejor. —se levanta, toma el periódico que estaba leyendo y lo enrolla. Se aproxima a donde estoy, me mira alzando su cabeza y aprieta el periódico. 

— No me llames así. —alza el pedazo de papel antiguo y me apunta con eso. 

— ¿Cómo? —digo con inocencia. 

— Dulcheza. —sus ojos cambian a un color café claro dándome a entender que su loba está presente. 

Río. — ¿Qué es eso? —pregunto con duda. 

— Eso, eso que me dices tú. —entre frunce su ceño. 

— ¿Yo? —me señalo. — Yo no digo eso. —finjo no saberlo y niego moviendo mi cabeza de un lado al otro. 

Aprieta su agarre en el periódico y lo alza pegándome en la cabeza, me quejo y ella me da repetidas veces. 

— ¡Deja llamarme así! —sigue golpeando mi cabeza.

— ¿Por qué te molesta que te llame así? —agarro sus manos para impedir que me siga dando con el periódico. Mira mis ojos. — Acepta que eres mi mate, eres mi mujer, eres mi compañera de vida y no me importa que seas dos criaturas, siempre estaré para ti y arriesgaría mi vida por ti. Acéptame. —la miro con cariño. 

— No. —doblo los ojos y la suelto. 

— Cada vez que me rechazas, mi lobo se debilita y puedo morir y eso lo sabes. —se aleja de mí y se sienta de nuevo donde estaba. 

— No me importa. —alza sus hombros. Las ganas de ir donde está y dejarle claro que ella es y siempre será mía me llaman, pero no quiero incomodarla, no soy así. 

— Es mejor que vayamos ya mismo antes que algún ser sobrenatural se lleve nuestras almas. —mi voz cambia a una más gruesa. 

— No voy a ir ahora, entiende. —deja la taza de café en la mesa y se retira del lugar. 

"No la molestemos más". —dice mi lobo, Darth. Ignoro a mi bestia y salgo detrás de ella. 

La sigo a escondidas, pero creo que con mi esencia ya sabe que estoy aquí. Entra en el Bosque maldito sin importar qué puede encontrarse. Rompe ramas y algunas las pisa. Sigue caminando y aumenta el ritmo, acelero mi caminada y no sé cómo pasó, pero la perdí de vista. 

— Hannah. —jadeo un poco y mi corazón se acelera. Aún es de día y puedo ver mejor, pero con el viento frío y su escasez de esencia se me dificultará encontrarla. — ¡Hannah! —corro por todo el Bosque, esquivo árboles y me he herido, pero la prioridad aquí es Hannah. — ¡Hannah! —vuelvo a gritar, pero no hay rastro de ella. Me detengo un momento, cierro mis ojos y me concentro en todos los sonidos de mi alrededor. Escucho mi corazón latir con fuerza en mis oídos, algunos animales hacen sonidos y un grito muy lejano se hace presente. Muevo mi cabeza de un lado al otro y decido concentrarme solamente en el grito. 

Corro como si mi vida dependiera del grito, salto, esquivo todo lo que se cruce en el camino. Escucho un sollozo muy cerca, me detengo y me escondo en un gran árbol. Veo a tres hombres acorralar a alguien, pero no veo tan bien a la persona que está entre la nieve. Me doy cuenta que los tres hombres son vampiros. 

About last night.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora