Thomas King.
(4/5)
— Thom, ¿nada que despierta Jacob? —pregunta mi madre preocupada, niega con un movimiento de cabeza. — ¿Sabes por qué está así? —alzo mi vista y miro a mi madre.
Suspiro. — Má, creo que Jacob encontró a su mate. —mi madre abre los ojos y niega moviendo la cabeza de un lado al otro.
— Pero... eso es imposible. —llevo mis manos a mi rostro y restriego mis ojos. — ¿C-cómo pasó eso? —tartamudea.
— No lo sé, madre, no lo sé. Cuando despierte le preguntamos. —me levanto del sofá y camino hacia la puerta de mi apartamento. — Voy a ver cómo está, si pasa algo te aviso. —ella asiente con la mirada perdida.
Camino hacia el apartamento de Jacob, abro la puerta con un código y ésta se abre. Dejo mis zapatos en la entrada y camino al cuarto dónde está Jacob. Verlo tan vulnerable, tan débil, tan pálido, me hace perder fuerzas y sentirme mal. Tantas son las veces que peleo con él y no me he puesto a pensar que, si en realidad le llegara a pasar algo peor, me derrumbaría. Sigue siendo mi hermano, mi sangre y puedo sentir cuando está dolido, rabioso, malhumorado, estresado, de todo.
Voy hasta él y toco su frente, la fiebre ha disminuido, su pulso ha aumentado un poco, su rostro toma color y todo gracias al suero intravenoso. Coloco una mueca al ver su mano con la aguja enterrada. Muevo mi cabeza para quitar todo rastro de imaginación dolorosa y sigo atento a él. Me siento en una silla hecha de cuero blanco y espero a que despierte. Entrelazo mis manos y las coloco en mi regazo, mi espalda queda en el espaldar y subo una pierna a mi rodilla. Muevo mi pie de arriba a abajo teniendo ansiedad en mi cuerpo.
Pasan dos horas y nada que despierta, mi lobo tiene hambre como yo también la tengo. Dudo en si ir a su cocina o bajar a comer con toda la manada. Una vez pensado lo que haré, voy hacia la cocina de la manada para ver cómo van las cosas y poder hablar con la Nana.
La Nana es como mi segunda madre, ella siempre me escucha y me da consejos acerca de lo que le diga. A veces, me regaña por cosas estúpidas que he hecho, pero, así como me regaña, así mismo se le olvida.
"Creo que Nana está vieja, se le olvida todo en un segundo". —río a carcajadas. Mi risa se escucha como eco en el ascensor mientras baja al primer piso.
"¡Luka! Respeta, bestia". —gruñe con furia.
"Pero...". —no dejo que termine de hablar y lo ignoro.
Salgo del ascensor y veo a la mayoría de niños correr de aquí por allá, licántropos convertidos en lobos entrenar para la siguiente guerra contra los vampiros y otras manadas que quieren derrotarnos. Madres de familia ver a sus hijos jugar con una sonrisa en el rostro.
Camino a la cafetería donde hay mucha gente. La bulla está presente y los lugares están llenos. Suspiro con pesadez y hago fila como todos, cuando se trata de la comida, no existe el cargo, el poder, el régimen. No importa si eres el rey de reyes, debes hacer la fila como todos. Todos tenemos derechos y los derechos de esta manada se respetan. Es una ley y una regla.
—: "No importa el régimen o tu cargo. Todos somos iguales a la hora de la comida. Si llegas de último y tienes un rol importante en la manada, haz la fila de todos modos". —recuerdo la regla. Aunque hay una excepción, las mujeres embarazadas de la manada, obviamente, tienen el beneficio de ir de primeras ya que tienen a un licántropo que va a crecer y tienen que ser fuertes para poder proteger a la manada y a su propia familia.
Cada dos minutos la fila se va moviendo. Mi hambre aumenta, pero me debo aguantar. Un brazo abraza mi cuello y, mis brazos que estaban cruzados, se descruzan para tomar equilibrio. Frunzo el ceño y miro a Alex que tiene una sonrisa traviesa en su rostro.
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About last night.
FantasyTodo cambia de la noche a la mañana, todo parecía perfecto hasta que llega este día. - Charlotte, todo tiene una explicación. -suplica con sus ojos grises oscuros. Quiero decir algo, pero las palabras no me salen, estoy asombrada y sin poder creer...