〔:🦋:〕「 4 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Sábado. Cuatro y cuarenta y siete de la tarde. A Chongyun le sudaban las manos y necesitó sacar un helado del congelador para relajarse. Mientras tanto, la voz de Xiangling salía del móvil del ojizarco, gracias a la función de manos libres, puesto sobre la mesa.

—¡¿Quieres calmarte?! —chilló Xiangling por enésima vez—. ¡Tú mismo dijiste que no era una cita!

—¿Y cómo llamas tú entonces a una quedada de dos personas? —repuso Chongyun, lamiendo nervioso su helado.

—¿«Quedada de dos personas», a lo mejor? —respondió la chica con cierto tono burlón—. Venga, Chongyun, tranquilo.

—Tengo que calmarme —suspiró. Inspiró profundamente y luego soltó todo el aire hasta que sus pulmones se vaciaron—. Solo es una quedada, solo somos dos amigos que se lo van a pasar bien, solo...

—¿Qué llevas puesto? —inquirió Xiangling cortándolo.

—Los pantalones bombachos celestes y la sudadera blanca —respondió, mirándose—. Mi estilo, casual.

—Vas guapísimo —opinó Xiangling, aunque no podía verlo.

—Por Los Siete, qué nervios... —murmuró Chongyun, tirando a la basura el palo de su helado.

Cogió su nevera portátil de tela y metió varios helados dentro, por si acaso llegaba a necesitarlos; siempre era bueno llevar algunos encima.

Entonces el telefonillo sonó y un escalofrío le recorrió la espalda. Miró el reloj, que marcaba las cuatro y cincuenta y cuatro. Sin duda era Xingqiu, que a menudo llegaba antes de la hora esperada. Descolgó el telefonillo y le dijo que enseguida bajaba.

—Xiangling —murmuró Chongyun—, ya ha llegado Xingqiu.

—Pues a por él, tigre. —Y seguidamente colgó antes de que a Chongyun le diera tiempo replicar algo.

—¡Xiangling! —gritó de todos modos.

Recogió su móvil de la mesa entre bufidos y lo guardó en el bolsillo de sus pantalones. Se enganchó la nevera portátil de tela al hombro y salió de casa.

Al llegar abajo, Xingqiu tenía la vista fija en la pantalla de su móvil, probablemente porque estaba leyendo algo. En cuanto vio venir a Chongyun, lo apagó y lo guardó. Le mostró una sonrisa a modo de saludo, que hizo que su amigo también sonriera, aunque un poco como un bobo.

El camino hasta el parque fue ameno, apenas unos quince minutos andando bajo el sol, que en esa época del año era bastante agradable.

El parque era una mancha verde en medio de la ciudad. Árboles frondosos, arbustos llenos de hojas y flores, senderos de piedras por los que pasear y niños montando sus bicicletas. Las plantas estaban cuidadas con esmero, pues al parecer el ayuntamiento de Liyue estaba empeñado en que así fuera.

Xingqiu y Chongyun se sentaron en un banco de madera bajo la sombra de un gran árbol, mientras algunos rayos de sol llegaban hasta ellos abriéndose paso entre la frondosidad de su copa.

Como quien revisa su móvil para matar el tiempo, Xingqiu sacó de su mochila su libro y lo abrió por la página por la que se había quedado, mientras Chongyun, sentado a su lado, sacaba un helado. No lo necesitaba en ese momento, pero simplemente le apetecía.

No era el plan más divertido: Xingqiu leyendo y Chongyun comiendo helado, pero al ojizarco le gustaba. Le gustaba estar con Xingqiu, aunque fuera así. De todas formas, muchas de sus quedadas eran de aquella manera. Al parecer les bastaba con compartir tiempo juntos, estar cerca, sentirse cerca.

Chongyun miraba de reojo a Xingqiu, que parecía sumido en la lectura. Bajó la vista a su mano y era muy tentador querer atraparla con la suya. También le pareció que el hombro del de ojos color ámbar era repentinamente el sitio más cómodo para apoyar la cabeza. El cuerpo le pedía acurrucarse junto a su amigo todo lo pegado que pudiera, pero eso se pasaba y mucho de sus habituales muestras de confianza.

Mariposas [Chongqiu] (High School AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora