Mariposas [Chongqiu] (High School AU)

〔:🦋:〕「 2 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

La salida del instituto era igual de agitada que la entrada por la mañana. El orden se respetaba más bien poco y la sensación de agobio invadía por segunda vez el mismo día el pecho Chongyun, que, aferrado al brazo de Xingqiu, deseaba salir de allí lo antes posible. La marea de estudiantes parecía interminable y Xingqiu no podía evitar sentirse mal por su amigo, por lo que compartía sus ganas de dejar atrás la multitud.

Finalmente fuera del edificio, el aire corría más. Chongyun liberó por fin a Xingqiu y suspiró con alivio.

—No me acostumbro —dijo, resoplando.

—¿Necesitas helados? —se preocupó Xingqiu, sacando su móvil de la mochila.

—No, no hace falta. —Inspiró y espiró profundamente, moderando su respiración agitada. —Estoy bien.

—De acuerdo.

Chongyun también sacó su móvil y comprobó que tenía unos mensajes de Xiangling. Eliminó las notificaciones deslizando el dedo por la pantalla y casi se puso rojo al imaginar que Xingqiu los veía. Chongyun sabía de qué quería hablar Xiangling, así que le respondería cuando estuviera solo.

—Vamos yendo —dijo Xingqiu, tirando de él—, no querrás perder el autobús.

—Otra vez no, por favor —murmuró el ojizarco, poniendo los ojos en blanco.

Chongyun regresaba a casa tomando el autobús. Xingqiu vivía más cerca y no necesitaba cogerlo, pero como le pillaba de paso, pues acompañaba a su amigo. Era un paseo de poco más de cinco minutos, pero últimamente sentía que todo el tiempo que pasaba con Chongyun no era suficiente, por alguna razón que le costaba admitir.

—¿Xiangling vendrá entonces al parque de atracciones? —inquirió Xingqiu.

—Le preguntaré luego —contestó Chongyun.

Pero él ya sabía la respuesta.

En la parada del autobús había algún que otro estudiante más y personas corrientes. Xingqiu y Chongyun intercambiaron algunas palabras más antes de que el de los ojos color ámbar siguiera su camino.

Chongyun no había estado ni unos minutos sentado en la parada antes de que apareciera el autobús. Subió junto a los demás pasajeros, se cruzó con los que bajaban y fue hasta el sitio que solía ocupar, en la parte central del vehículo. Conectó los auriculares al móvil y puso música para amenizarse el viaje. Seguidamente abrió los mensajes de Xiangling:

¿Y bien? ¿Qué te ha dicho?

Los dedos del ojizarco se deslizaron casi por cuenta propia por el teclado.

Ha ido bien, respondió.

Lo atenta que Xiangling estaba del teléfono llegó a asustar a Chongyun, que vio que su amiga se mostraba en línea en cuanto envió el mensaje.

¿Te puedo llamar?, inquirió la chica. Sonaba animada.

Chongyun miró a su alrededor. Casi todos los pasajeros estaban usando auriculares. Un par de ellos incluso hablaba por teléfono. Por lo general a Chongyun no le gustaba que otros oyeran sus conversaciones telefónicas, pero él también tenía ganas de hablar con Xiangling y contarle lo que ella quería oír.

Vale, contestó al fin.

Como si hubiera estado esperando —lo cual era bastante probable—, Xiangling llamó a Chongyun y en cuanto este pulsó el botón verde para aceptar la llamada, la voz chillona y emocionada de la chica le taladró los oídos.

—¡¿Qué te ha dicho?! ¡¿Cómo te lo ha dicho?! Eso es importante también... ¡Ah! ¡Qué emoción, Chongyun!

—Cálmate, por favor. —El chico estuvo seguro de que sus gritos se oyeron incluso desde fuera de sus auriculares.