Capítulo 15: Hipocresía

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- Pasable.
- Loki...- Lo regaña Thor a sus espaldas.
- Ah, ¿no te gusta? Podemos devolverte a la prisión de abajo.- Interrumpe Tony
- No. Muchas gracias.
- No fue una pregunta. Que te quede claro.

Tony camina a la puerta y sale de la habitación sin si quiera voltear. Loki suspira aliviado y observa su habitación. Las paredes son grises con blanco, la alfombra es un azul casi pegando para celeste. Tiene que admitir que es mejor que la cosa de "habitación" que tenía abajo.

- Tu baño es ese, tienes todo lo necesario para poder asearte si deseas.
- Ya lo sé, no soy tan estúpido.
- Loki.- Repite Thor.- Tienes que poner de tu parte. Todos estamos tratando de...
- ¿Todos? Ni si quiera me preguntaron si quería formar parte de su ridículo equipo.
- ¿En serio?
- ¿Qué?
- Vas a tener más comodidades que cuando estabas abajo, podrás andar y tomar el sol de vez en cuando, dijiste que eso era lo que querías.
- Ja, hermano, tú no sabes lo que es ser sarcástico.
- Pues tendrás que adaptarte. No se te ocurra hacer ninguna locura.

Thor abre la puerta y sale de la nueva habitación de su hermano. Loki se quedo solo y se acerca al ventanal que tiene. Corre las cortinas y ve que esta cubierto todo de metal. "Estará bajo observación y control estricto. Estamos seguro que Loki será un gran apoyo". Las palabras de Stark, eran ciertas. Cierra las cortinas y camina hacia un estante que hay en el cuarto. Stark es un imbécil.

Se acomoda la corbata negra que lleva puesta y piensa. Ve la hora en un reloj que tiene y se da cuenta que son casi las tres de la mañana. Abre la puerta de su habitación y ve que todo la casa está a oscuras. Finalmente, baja muy despacio hasta llegar a una puerta blanca. Está apunto de tocar, pero nota que la puerta está semiabierta.

Entra y encuentra a Atla parada en el gran ventanal mirando hacia el cielo. Se acerca sin hacer ruido y besa su cuello con delicadeza.

- Me gusta el celeste, pero el verde te queda mejor.
- Era el único vestido que veía algo sencillo para no llamar la atención y el único con mangas largas.
- Creo que eso es imposible contigo.
- ¿En qué piso estás?- Atla se gira y queda cara a cara con Loki.
- Uno arriba del tuyo, en la parte norte.
- Tienes que tener cuidado de...
- Dejé una ilusión en mi cama.- Interrumpe el ojiverde mientras coge el mentón de la chica.- No se darán cuenta.

Atla mira seriamente a Loki y cierra los ojos en llamado a que le dé un beso. El gesto es comprendido por el asgardiano y acerca sus labios a los de ella. Atla se gira y se quita la bufanda de seda que ha llevado puesta toda lo noche para ocultar las marcas dejadas por Loki. Gracias a dios nadie notó nada.

- Eso... ¿Lo hice yo?
- Y no es lo único.- levanta la mano para mostrar las marcas que tiene en la zona mencionada.
- Sí. Yo... Lo lamento. No sabía que eras tan delicada.
- No hay problema.- Atla se gira dándole la espalda.- ¿Puedes ayudarme con el cierre del vestido?

Loki sonríe. Ha pasado casi tres meses desde que conoció a esta chica y no deja de sorprenderlo con su espontaneidad. A veces tímida, a veces atrevida; a veces callada, otras habladora; una veces inocente, y otras tan candente...

El vestido celeste cae lentamente por el cuerpo de la chica, dejándola en una lencería blanca que Loki lo observa ensimismado. Debería sentirse avergonzado por haber dejado tantas huellas, pero no. Solo hace que su sed por ella aumente.

- Me gusta como te ves.- Atla se acerca y juguetea con su corbata negra.
- No deberías provocarme.
- No lo hago.- Le quita la corbata y lo mira a los ojos.- Mañana iré al médico, así que no podemos hacer nada.

Loki aprieta los labios y cierra los ojos decepcionado. La chica se coloca un polo blanco mangas largas y un pantalón verde. Se acerca a la cama y llama a Loki para que se sienta en ella.

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