Capítulo 13: Corazón roto [+18]

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Atla gira su silla y mira a Loki. Está echado en su cama viendo un serie que le ha puesto en Netflix. Sonríe al verlo tan concentrado e interesado.

- No me gusta que me miren de esa forma.
- ¿De qué forma?
- Con esa... ternura.- Expresa con algo de dificultad.
- Entonces haste a un lado, que ya es hora de descansar y dejaré de mirarte.

Atla se pone de pie y se quita la bata que lleva. Loki mira el cuerpo de la joven y no puede evitar sentirse atraído hacia él como siempre ¿Lo hace a propósito? ¿Le gusta provocarlo?

- ¿Terminaste tu trabajo?- Aparta la mirada de las piernas de Atla rápidamente  y devuelve su mirada al televisor.
- Algo, estoy a un 70%. Falta una semana para la entrega.
- Entonces... ¿Por qué hacerlo antes?
- Porque vienen los exámenes y quiero tener todo listo para entregarlo con tranquilidad.
- Si quieres podemos dar unos cuantos repasos de anatomía...
- ¡Loki!- Atla lo golpea con una de sus almohadas y pone un gesto serio.
- ¿No deseas?- Loki gira su rostro y la mira pícaramente.
- No. Primero quiero hablar contigo.
- ¿Sobre qué?
- ¿Cómo es tu relación con Thor?

La sonrisa de Loki desaparece. Mira al vacío y piensa si debe contarle la verdad sobre su vida a Atla. Su madre solía decirle que la mejor manera de curar un alma rota es contarle a alguien lo que lo causó ¿Por qué se siente tan raro?

- Thor y yo somos muy distintos. Siempre hubo una preferencia de mi padre hacia él. Los años pasaban y no solo lo notaba en mi padre... Sino en todos.

Atla cambia su posición y con un movimiento de manos invita a Loki a echarse sobre su pecho, él acepta y sintiendo su dedos en sus cabellos, continúa:

- Trataba de ser lo más correcto posible, lo más sereno y sabio. Leí libros y libros en cantidad para poder hacerle ver a padre que podía ser mejor que él, que ese imbécil que solo pensaba en guerras y luchas, en buscar la justicia por el odio y no la paz... Pero no fue suficiente. El día que lo nombraría como el futuro heredero, hice que la celebración sea interrumpida por... Los gigantes de hielo.
- Leí sobre ellos. Son unos monstruos con los cuales tu reino tuvo enfrentamientos.

Loki endurece su rostro al escuchar la palabra "monstruo" salir de los labios de la chica. Era obvio, todos los libros de Asgard consideraban a los Jotun nada más que eso: unos horribles y espantosos seres.

- Provoqué que mi padre desterrara a Thor, goberné un tiempo mientras él estaba en Midgard y mi padre cayó en el sueño de Odín. Pero solo logré que volviera como una persona que de verdad merecía todo, una persona más digna. Hasta intenté matarlo. Y fingí mi muerte.- Suelta después de un pequeño silencio.
- ¿No crees que fue algo doloroso para toda tu familia?
- Ellos no son mi familia.- Loki se levanta y camina por la habitación algo molesto.- Yo... Soy adoptado.
- ¿Qué?- Atla se pone en pie de un salto y corre frente a Loki muy sorprendida.
- ¿No lo ves? Yo nunca tuve la fuerza y destreza que tiene mi hermano o sus amigos para la guerra, por eso me concentré en la magia y los hechizos como mi madre. Si sé luchar, es por el simple hecho de que tuve que aprenderlo al ser considerado heredero.
- Pero si no eres un asgardiano... ¿Qué eres? ¿Eres de Midgard?

Loki mira a Atla con cierto temor, pero debe tener el apoyo de alguien y a pesar del poco tiempo que la conoce, sabe que es la única persona en que puede confiar.

Atla mira con asombro como la piel blanca de Loki se vuelva a un tono azul, como sus ojos verdes se vuelven rojos y no puede evitar sentir su corazón partirse al ver como él esconde la mirada.

- Soy un gigante de hielo. Y si me aborreces desde ahora, yo...
- Loki.- Atla coge el rostro de Loki mientras vuelve a su color normal.- Seas de Asgard, Midgard y de cualquier lado que seas, eres tú y eso es lo que me importa.
- ¿No me tienes miedo? Soy un monstruo, Atla.
- No. Para mí nunca lo serás.- Dice arrepentida al caer en cuenta de las palabras que soltó minutos atrás.
- Yo solo quería que alguien vea lo que soy capaz de hacer, mi potencial, que en realidad valgo la pena. Cuando madre murió... me quedé solo. No sabes que humillante es llegar a tu hogar arrestado, con cadenas por tus brazos y cuello, que todos te miren con odio... Nadie valora lo que hago, solo soy un monstruo con el que los padres asustan a sus niños. Y lo que más me enoja es que es glorioso propósito que tanto busqué y quise... Ha desaparecido. Soy un fracaso.- Su tono frío solo representa el dolor que tiene dentro.

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