Capítulo 4: Una cárcel en casa

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Tiene que admitir que su primer mes en Nueva York ha sido genial. La universidad es algo cansada, pero al fin tiene la vida que tanto quería. Ella siempre entendió que su vida tenía que ser distinta.

Atla se quita los lentes de su rostro y sigue reflexionando acerca de su vida.Recuerda cuando su padre hablaba con ella diciéndole que por ahora su nombre era Atla Hellen Scott. No podía dar el apellido Stark.

Cuando sus compañeros de escuela preguntaban por su padre, siempre decía lo mismo: Está de viaje ahora, el solo viene los fines de semana a verme. Sí, fue difícil. Pero imagínense como reaccionaría la prensa al enterarse de que el famoso Stark tenía una hija con otra mujer que no era su esposa.Pero su padre... Todos los tomaba como un tipo egocéntrico y soberbio... Bueno, lo es, pero con ella era distinto. Con Pepper la cosa no son distintas, es una muy buena mujer.

Se levanta y mira el reloj de su pared:1:48 am. Suficiente estudio por hoy. Extendiende la mano, atrayendo desde donde está su bata de dormir utilizando sus poderes. Sus poderes... Otra cosa que le costó aceptar, pero su padre la ayudó demasiado a manejarlos.

- Adelante.- Acaban de tocar su puerta. ¿Tan tarde?
- Hola.

Atla sonríe y se acerca a abrazar al hombre rubio que está en la puerta.

- ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar durmiendo?- coge la puerta y la abre completamente. Regla de la casa.
- Vi tus luces encendidas y quería saber si estabas bien.
- Gracias, Thor.- se sienta frente a él y sonríe.- ¿Cuándo irás Asgard?
- Mañana tenemos una entrevista junto con todos los Vengadores. En la noche me iré.
- Mmmmm...- Dice sonriendo cómicamente.- ¿Me traes uvas azules?

Thor suelta una carcajada. Sabía que le pediría eso. Ha pasado poco tiempo desde que la chica apareció en su vida, pero Thor conoce a Atla como la palma de su mano.

- ¿Crees qué no lo iba a hacer?
- Volverás para el domingo ¿verdad? Recuerda que ese día...
- Es noche de terror.- Completa Thor sonriente.

Atla hace lo mismo. Thor es uno de los Vengadores con los que más ha compatibilazado. Él fue el que la ayudó a conocer un poco más de la ciudad, la llevó al zoológico, a los principales cines, a conocer los parques...

- ¿Cómo va todo?- Pregunta Thor mientras se arrodilla delante de ella en el suelo.
- Ah.- Suspira.- Algo cansado, pero bien.
- No deberías estresarte tanto.
- Sabes que no lo hago. Pero recién voy en en la 8 semana, ya me imagino como estaré en 8 más.
- Mira el lado bueno, por lo menos después de eso podrás venir conmigo a Asgard.
- No sabes cuanto estoy esperando ese día.

Atla llama una de las almohadas que está en cama usando sus poderes y golpea a Thor. Este ríe y le devuelve el golpe delicadamente a la chica.

- ¿Y tú?
- ¿Yo?- pregunta extrañado.
- Te siento preocupado, algo estresado.

Thor sonríe. Es una desventaja que Atla no pueda controlar su poder de empatía. Pero aún es pronto.

- Bueno, descansa.- Thor se pone de pie y se acerca a la rubia sin dar respuesta a su comentario.- Trataré de volver lo antes posible y veremos...
- "La noche del demonio".- Completa.- Lo prometiste.
- Sí, sé que lo hice.- Se agacha un poco y le da un fuerte abrazo a la joven de cabellos rubios sin dejar de sonreír.

Atla observa como el Dios del trueno se aleja lentamente. Al llegar a la puerta, Thor voltea y le manda un beso volado para finalmente cerrarla. Sonríe.

Se levanta y acude a su baño a lavarse los dientes y la cara para acostarse. Gracias a Dios es viernes, piensa.

Está realizando su rutina habitual antes de Dormir cuando escucha por el tragaluz de arriba a su padre, parece enojado.

- Es lo único que podemos hacer ahora.
- Tony, tranquilo. Todo está bajo tu manejo. Todo estará bien.
- Ese que es un completo idiota. Es como si le gustara fastidiar mi vida. Ah.- suspira frustrado.

¿Fastidiar su vida? Atla trata de entrar en contexto y Utilizando sus poderes se levanta del piso y entra por el tragaluz para escuchar mejor.

- Sabes que es una persona que tiene poco control y quiere que se haga todo lo que desea...
- Sí, buen punto.- Dice Tony interrumpiendo a su esposa.- Pero ha pasado un mes, un mes y el no muestra cambios. No podemos tenerlo en este lugar para siempre, pero tampoco podemos liberarlo porque volverá con su locas ideas de conquistar la tierra.

Mmmmm... No, no entiende. Es mejor no meterse en los asuntos de su padre. Decide bajar a su baño nuevamente y continúa con su rutina de aseo antes de dormir.

Mira el reloj: 2:17 am. El reflejo de la luz que se ve desde su baño al cuarto de sus padres desparece. Todo el cuartel se llena de un gran silencio. No le toma importancia y se va a su cama para finalmente acostarse.

Está apunto de conciliar el sueño cuando derrepente se acuerda que tiene que transcibir unos documentos de la universidad para completar su beca. "Demonios". Los había dejado en una caja que le pidió a su padre que guarde.

Preocupada se levanta y llamando a su bata de dormir sale de la habitación lenta y silenciosamente.  Baja un piso y pasa por el piso donde está la habitación de Bucky, Wanda y Visión y de Peter. Nada. Lo mismo pasa en el otro piso donde están  Rhodey, Sam, y el tío Steve.

- Pero si no hay nada aquí ¿Dónde pueden haber dejado esa maldita caja?- Piensa.

Solo falta el último piso donde están Nat, Bruce, Thor y Clint. Al llegar, busca la caja haciendo el mayor esfuerzo para que sus ojos se acostumbren a la oscuridad.

Comienza a caminar lentamente por el primer piso mientras escucha como la lluvia comienza comienza a caer fuera del cuartel. Está apunto de darse por vencida cuando se percata que tiene un puerta frente a ella

- Ojalá este ahí.- exclama frente a la puerta que da al sótano. No ha bajado ahí desde que llegó. Su padre le dijo que era un lugar un poco peligroso porque estaban la mayoría de sus inventos.

Pero lo que siente en su preocupación hace que lo haga. Abre la puerta y prende un de las luces. Vaya que para ser un sótano es algo muy raro.

Camina por los temerosos pasillos hasta que tiene que detenerse un poco

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Camina por los temerosos pasillos hasta que tiene que detenerse un poco. Su poder empático le hace sentir una mala vibra muy cerca y ruega no que no sea su padre el que la dispersa. Tiene que encontrar sus documentos con urgencia, ya le explicará por qué bajó y dejándose llevar por su instinto encuentra la entrada a un gran cuarto  blanco. Es aquí. Toma valor y entra.

Lo que ve la hace parar en seco. No entiende nada ahora.

 No entiende nada ahora

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