26 | La primera de muchas

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Si quieren, pueden poner a reproducir la canción cuando vean estos símbolos ( ⇆ ◁ || ▷ ↺ ) que es como yo escribí la escena ^-^

Si quieren, pueden poner a reproducir la canción cuando vean estos símbolos ( ⇆   ◁  ||  ▷   ↺ ) que es como yo escribí la escena ^-^

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—Está lleno.

—¡Nez! —se queja Kevin y me señala con la cabeza, pero apenas les doy atención.

Estoy demasiado ocupada en mi caminata de un lado a otro detrás del telón que hemos puesto como bastidor improvisado para escondernos en los segundos previos a la presentación. Los cuales están transcurriendo. Uno a uno. Con demasiada velocidad.

Cuento mis propias respiraciones y me estrujo las manos mientras gesticulo las letras, rememorando. Solo muevo los labios y frunzo el ceño cuando una palabra se me olvida, y el resto de la canción también.

—No puedo —murmuro. Nez y Kevin se acercan automáticamente a mí y me encierran contra una de las paredes. Los aparto, apenas puedo respirar—. No puedo, chicos. No puedo, no puedo, no puedo...

—¡Claro que puedes! —chilla Kevin, tomándome de los hombros y acercándome para un abrazo. Nez se nos une, apretando a ambos todo lo que puede. Cuando volvemos a separarnos, no sé quién está más sonrojado y nervioso, si Kevin o yo. El baterista se aclara la garganta y vuelve a mirarme—. No es distinto a otras veces. Hacías los coros.

—Pero ahora estoy al frente, Kevin —digo—. ¡Por supuesto que es diferente!

—No, para nada —insiste él—. Nosotros seguimos aquí, apoyándote. Solo basta con que te des vuelta para encontrarme a mí. Basta con que mires sobre tu hombro para ver a Nez o Ian. Estamos aquí, no vamos a dejarte sola. Nunca.

Asiento. Kevin acerca una mano a mi rostro y retira una lágrima con la yema de su dedo.

—Se te corre el rímel —amenaza, y me rio.

—Tú puedes —me asegura Nez ahora, dándole un apretón suave a mi brazo. Yo digo que sí con la cabeza, pero el cuerpo entero me tiembla de nervios—. Estoy a tu lado siempre, Li. Solo dime y me pondré a cantar yo sobre lo lindas que son las chicas.

Kevin carraspea y se aparta de nosotros, fingiendo que quiere darnos privacidad. Noto que la mirada de Nez vacila, al igual que su intención por seguirlo, pero se queda conmigo, aunque su corazón vaya detrás de nuestro baterista.

Creo que no es el momento apropiado para hacer mención de nada, pero me apunto mentalmente decirle a Nez que debería dejar de ser tan obvio con su enamoramiento por Kevin o confesarse de una vez. Sin embargo, ahora no puedo hacer más que aceptar su abrazo y recargar el mentón en su hombro, y respirar.

—Tú puedes.

—Yo puedo —confirmo.

—Está lleno —dice Ian, llegando a nosotros.

Me cago en...

Me suelto de Nez y empiezo a caminar en círculos otra vez mientras escucho a Kevin quejarse de lo inoportuno que ha sido nuestro líder.

Acordes para LilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora