10 De hermanos y pasados

986 122 207
                                    

Meiling superó el pánico escénico a la edad de trece años.

En la escuela la escogieron como Rapunzel, pero sus compañeras le hicieron burla porque tenía el cabello corto y negro, nada que ver con la chica del libro de larga cabellera rubia. Aunando eso, era un poco torpe, en los ensayos se caía y tartamudeaba al decir sus líneas.

Pero su contraparte masculina nunca dejó de creer en ella.

Todas las noches Lien llegaba a su ventana y le gritaba-: ¡Rapunmei, deja caer tu cabello!

Así fue todas las noches antes del estreno. Llegaba, le llamaba, y practicaban sus líneas hasta que Syaoran lo corría. Horas y horas de práctica rindieron sus frutos, el día de la obra dio una de las mejores actuaciones de su vida.

Todo gracias a su mejor amigo.

Desde entonces Lien se convirtió en su amparo, refugio y fortaleza. Eran inseparables, al grado de pasar por novios. Sin embargo, se juraron jamás cambiar la línea de relación. El ver caer a Tomoyo ante Syaoran y no ser amada de la misma forma, fue suficiente para que ellos decidieran ser amigos antes de pareja.

Pero eran cómplices en todos los aspectos, incluso en las aventuras de una noche de Lien, ella estaba ahí para darle una Aspirina y un consejo.

Ahora debía dar la segunda mejor actuación de su vida y agradeció con el alma que una vez más Lien fuera parte de la puesta en escena.

Varios pares de ojos la veían, algunos con enojo, otros con incredulidad, los que más le afectaban con una mezcla de ambos.

¡Ella era la molesta! Y aún así él muy patán encontró la manera de voltearle la mesa.

Verdades a medias, Lien le dijo que si era mala para mentir, optara por verdades incompletas.

Tomó aire y suspiró con disimulo. Sintió a Lien en su espalda y se enderezó en toda su estatura. Levantó un dedo.

-Solo para aclarar, -Señaló a la pareja que seguía en la posición más incómoda del planeta-, no sabía que estaban enamorados... Creí que eran amigos... Confidentes... Algo así -refutó dándose una palmada en la espalda por no titubear.

Obviamente Eriol la miró con incredulidad y la fuente de su enojo entornó los ojos captando la indirecta muy directa.

-Syaoran es... Bueno, publicista... Se suponía que ayudaría a la compañía... Era sorpresa -continuó tratando de armar una buena historia.

Sakura la vio agradecida, su primo desvió la mirada y arrugó el entrecejo. Seguro se estaba haciendo las mismas miles de preguntas que ella.

Se escuchó un fuerte suspiro y un carraspeo.

-¿Sakura?

Todos miraron al inglés que habló en una voz tan baja que bien pudo no haber dicho nada.

Pero Touya endureció el gesto y tras dar un paso adelante, exclamó-: ¡No, no tienes derecho a hablar con ella! -Lo señaló de manera amenazante-. Lo que hiciste no tiene nombre, te debería partir la cara.

Giró y miró a los castaños.

-Y tú, baja a mi hermana; hagan sus cosas en privado, no en mi casa.

La aludida exhaló con fuerza, apoyó la cabeza en el pecho del castaño por unos segundos y tras susurrar algo que solamente él escuchó, finalmente puso los pies sobre el suelo.

Meiling volteó a ver a Lien quién estaba entre escéptico, distraído y decaído mientras observaba la inusual escena, pero cuando llevó la mirada a ella, se encogió de hombros en una silenciosa respuesta.

Casualidad O DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora