20. De regresos y resacas

407 50 30
                                    

El dolor de cabeza era indescriptible, realmente sentía que un elefante estaba sentado en su cerebro mientras una muy mala orquesta tocaba en su oído.

Syaoran le dejó todo para que nada la molestara... En teoría, porque no podía con la vergüenza de lo que hizo a causa de su horrible ex.

Ni ganas tenía de prender su celular. Ya sabía que tendría mensajes y llamadas de Eriol... Maldita bebida.

Gimió y volvió a girar en la cama, escondió el rostro en la almohada y suspiró. Luego cerró los ojos porque sintió que el mundo le daba vueltas.

Los mexicanos estaban locos, ¿cómo podían beber algo así de pesado?

Azotó la cabeza en la almohada y volvió a genir con dolor.

—Mi cabeza —dijo mientras el olor de Syaoran inundaba sus rosas nasales.

Sacó su celular de debajo de la almohada y parpadeó a la par que se quejaba cuando el brillo, al prenderlo, la deslumbró.

De verdad se sentía mal, ¿eso contaba como enfermedad? Había una regla... Además, era su culpa estar así... No debería molestar...

Suspiró y apagó el celular, volvió a dejar caer la cabeza e hizo sonidos de sufrimiento que empeoraron cuando el aparato del demonio sonó y pareció se un estruendo.

—Noooo, porque... —No terminó su oración, pues el celular mostró un nombre que, honestamente, no recordaba haber guardado—. Eh, ¿diga? —titubeó.

—¿Cómo va la cabeza? —preguntó Syaoran al otro lado de la línea.

Sakura se giró y parpadeó varias veces.

—Creo que me dará un derrame... ¿Es normal que duela así?

Escuchó un fuerte suspiro que casi pareció un sí.

—Intenté conseguir "chilaquiles", pero no hay muchos restaurantes mexicanos...

Ella rio por lo bajo, escuchar al chocolato hablar español era algo bastante curioso.

—No te apures, seguro la medicina actuará en un rato... Creo —dijo ella con cierto cansancio.

Estuvieron en silencio unos momentos hasta que él se aclaró la garganta.

—Y... ¿No ha llamado?

La chica supo a lo que se refería y sintió sus mejillas llenarse de calor y color, pero también sus ojos parecieron picarle más de la cuenta.

Maldito Eriol, todo era su culpa, pero no pensaba contestarle así mandara un ejército a buscarla.

—No pasa nada —dijo y odió que su voz se quebró—. Te veo al rato, o tal vez no, según como este la cabeza... Necesito apapachos.

Syaoran no dijo nada por unos segundos y Sakura recordó su regla. Río y agregó —: pero no pasa nada, regresaré a las almohadas.

Su chocolato finalmente musitó—: Bien. —Antes de terminar la llamada y Sakura volvió a esconder el celular, abrazó con fuerza la esponjosa almohada y dejó que lágrimas salieran de sus ojos.

No sabía que era peor, la vergüenza o el dolor... Aunque al recordar el nombre que su celular mostró, no pudo evitar la sonrisa.

En su borrachera decidió renombrar a Syaoran y ahora era "Pingu", un bien merecido apodo, si era sincera.

****

"Meiling me está evitando"

Esa frase no dejó de repetirse una y otra vez en la cabeza de Lien. Entre tareas tenía estos flashes de eso que rogaba fuera un sueño.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 08 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Casualidad O DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora