11 De relaciones y novios

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Sakura movía la férula de lado a lado mientras escuchaba noticias a lo lejos. Su acompañante era un anciano de sesenta en un cuerpo de veintitantos. Todo lo que veía eran noticias de economía o bloggers de publicistas para ignorar su insistencia a que probara la pizza.

Y Meiling no volvía del baño para sacarla del aburrimiento.

Tomó el control a su lado y decidió encender la tv. Syaoran la vio de reojo antes de regresar la atención a su celular, al vídeo de una conferencia de un empresario de Australia.

Debió ir a Australia en vez de México, pero no, el segundo país era más exótico...

Sakura dejó la televisión en un canal cualquiera, en realidad el silencio entre ella y su acompañante se hizo incómodo y solo quería algo para distraerse.

No quería hablar de lo que pasó con Eriol, aunque tenía ganas de desahogarse, no quería hablar de ello. Sí, incongruente forma de pensar.

—El refrán un clavo saca a otro clavo, ¿qué tan real es esto? —preguntó una chica rubia en la televisión y la castaña no pudo evitar poner un poco más de atención—. Muchas parejas terminan de la peor manera entre pelas y rencillas; algunas personas en su desesperación por dejar de sufrir, se lanzan a relaciones de pocas semanas que las llevan a un daño más grande...

—No, Tomoyo, no pienso ir a buscarla —masculló con cansancio el hombre a su lado.

Sakura lo vio de soslayo, seguía poniendo atención a la televisión aunque su cerebro se dividió entre el reportaje y el castaño que tenía el ceño fruncido mientras escribía.

Aún se escuchaba el vídeo de economía, pero el chico mascullaba palabras inentendibles al presionar con cierta fuerza su pantalla.

—En raras ocasiones estas relaciones sanan el daño causado por un antiguo amor, pero ahora se está haciendo tendencia...

Sakura suspiró con fuerza sin realmente querer hacerlo, no pudo evitar pensar en Eriol y lo que hizo con su relación.

—¿Qué sentido tiene hablar? —suspiró Syaoran antes de dejar su celular de lado y pasar una mano por su cabello en un ademán de desesperación.

—El desahogo es como abrir una presa... Eso dice mi hermano —contestó Sakura de manera automática. El chico la vio contrariado, pero ella no apartó la mirada de la televisión—. Se deja salir algo de presión y se puede pensar mejor... Pero yo termino llorando, es ridículo, no puedo hablar de lo que siento sin llorar —concluyó con una mueca de asco.

Syaoran suspiró y entrelazó las manos entre sus rodillas, llevó la mirada a la televisión donde estaban pasando escenas de parejas mientras un psicólogo mencionaba los pormenores de las relaciones abruptas... Algo así.

—No le veo lo ridículo a que demuestres tu dolor ante una situación —alegó encongiendo los hombros.

Sakura puso la mirada en sus manos.

—Eriol se desesperaba cuando lloraba, siempre me pedía que me calmara... —Syaoran endureció la mandíbula—. Pero creo que es por su profesión, ya sabes, un doctor necesita ir al grano para salvar vidas...

—Eso no justifica que sea un témpano...

—Eso dice Lien...

El castaño suspiró con fuerza pensando en lo mucho que empezaba a odiar al hombre de lentes antes de enderezarse de manera abrupta en su lugar.

—Por cierto... ¿Ellos cómo encajan en esto? —No se tragó el cuento del trabajo, quería saber la verdad y la chica se la iba a contar.

Sakura lo vio confundida por un segundo y luego levantó ambas cejas con sorpresa.

Casualidad O DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora