Prólogo

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Arrodillándose en el frío suelo de madera viejo, Zayn se acurruco lo más cerca del rincón que pudo sin tocar las extrañas manchas de humedad que dañaban la vieja pintura de las paredes. Pedazos de la misma se quedaron adheridos a sus bracitos cuando un golpe desde la sala lo hizo dar un salto. Su mamá gritó y más golpes le siguieron siendo aquello una horrible melodía demasiado común para sus oídos.

-¡Necesito el dinero ahora, maldita mujer! –la voz era gruñona y ronca, como gastada.

-No lo tengo ahora, por favor John –esa era la voz de su mamá, Zayn podía reconocerla en cualquier lugar. Era dulce cuando hablaba con él, siempre suave y melódica, pero ahora solo se escuchaba rota y desesperada-. Te pagaré, lo juro, necesito algo de tiempo.

-Ya no tengo tiempo. -otro golpe.

Sus ojitos se abrieron de par en par cuando pesadas pisadas comenzaron a acercarse al lugar donde estaba. No podía ver más allá del pasillo desde su rincón pero no quería correr el riesgo de que lo encontraran. Gateando un pequeño trecho, se coló bajo el mantel de una pequeña mesa que adornaba el pequeño pasillo. Jaló sus piernas hasta el pecho y tapó sus oídos con sus manos, callando los sonidos exteriores.

El borde del floreado mantel se balanceo cuando una forma grande y pesada pasó a su lado. Su cuerpito temblaba por miedo mientras esperaba a ver lo que iba a suceder. Su mamá le había dicho que debía comportarse como un hombrecito y ser valiente. Zayn lo estaba intentando muy duro pero cuando tienes cuatro años es difícil no sentir miedo.

-¡John, por favor! -su mamá volvió a gritar. Zayn pudo ver sus pies desnudos corriendo por el pasillo pero no se movió, él nunca debía hacerlo o lo golpearían. Lo había aprendido de la mala manera.

-Calla, mujer –gruño la gastada voz desde alguna de las habitaciones-. ¿Dónde está el mocoso?

-¿Z-Zayn? -su madre se congeló, sus pies a apenas centímetros de donde se escondía-. ¿Por qué quieres a Zayn?

-Quiero una garantía de que vas a pagarme –los pasos pesados volvieron-. Me llevaré a tu chico hasta que me pagues lo que me debes.

-¡No puedes hacer eso! ¡No te dejaré!

Otro golpe y su mamá cayó al suelo. Zayn comenzó a moverse para ayudarla, podía ver sus ojos llenos de lagrimas bajo la cortina, pero ella negó suavemente logrando que con ese simple gesto Zayn volviera a su rincón. La mujer se puso de pie.

Hubo más gritos, golpes y pisadas apresuradas. El pequeño moreno no tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado hasta que la puerta principal fue abierta bruscamente al grito de "policía". Las cosas se pusieron más ruidosas por unos minutos y entonces todo se calmó.

-¿Zayn? -él conocía esa voz-. Zayn, cariño, ¿dónde estás?

-¿Tío Adam? -susurró suavemente, gateando hasta poder ver por debajo de la cortina.

El hombre delgado al final del pasillo se volteo ante la pequeña voz. Sus ojos cálidos encontraron rápidamente a Zayn y sonrió suavemente mientras caminaba hacia él. Su tío Adam era el hermano de su papá o eso es lo que le habían dicho a Zayn. El hombre era muy parecido a Zayn, solo que en vez de café sus ojos eran de un brillante verde. Un joven muy atractivo que apenas parecía estar pasando por sus veinte.

Él quería mucho al pequeño moreno. Venía a visitarlo muy seguido y le traía regalos bonitos pero a su mamá no le gustaba él, por lo que sus visitas eran muy cortas.

-Ven aquí, cariño -su tío extendió los brazos y Zayn salió de debajo de la mesa, corriendo directamente hacia él- ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo?

Zayn se aferró al cuello de Adam mientras su tío se ponía de pie. La suave tela de la camisa rozó la piel de sus brazos logrando que sonriera. Su tío era cálido y suave, su mamá siempre olía feo y no podía comprarse ropa bonita, Zayn la quería mucho pero ella a veces era mala con él. Prefería al tío Adam, él siempre era bueno.

Pasando las manos por los brazos de su sobrino, el mayor se aseguro de que no tenía ningún tipo de lesión mientras caminaba hacia la sala. Estaba agradecido de lograr llegar a tiempo y este espectáculo sería perfecto para él. Por fin le darían la custodia de su sobrino y podría alejarlo de la vida precaria que su madre llevaba.

Adam miró hacia el sofá donde Trisha y su distribuidor estaban sentados y sintió lástima. Trisha había sido una mujer tan bonita y dulce, pero luego de que su hermano hubiera muerto ella se dejo caer, sin importarle ni siquiera la salud de su pequeño hijo comenzó a beber y se convirtió en una alcohólica adicta. Adam lo lamentaba mucho por ella pero no dejaría a su sobrino allí.

-Zayn se irá conmigo. -afirmó.

Los ojos de Trisha se dirigieron a él, llenos de ira-. iJamás! ¡No dejaré que un marica críe a mi niño, antes muerta!

-Yo no dejaré que una adicta cuide de él -Zayn se aferro más fuerte y Adam se lamento de haber dicho lo que dijo. Pasando suavemente su mano por la pequeña espalda, miró a su cuñada con asco-. Solo mírate, maldición, mira a tu alrededor. Puedo darle una vida mejor, podrás visitarlo todos los días, no lo hagas más difícil.

Sintió una profunda pena cuando se dio cuenta de que sus ruegos caían en oídos sordos. Trisha negó con la cabeza y Adam asintió, sabiendo que debería luchar por su sobrino. Y lo haría, costará lo que le costará él sacaría a Zayn de todo aquello.

Brave |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora