Capítulo 26

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El viaje de regreso a Londres fue casi igual al de ida, la única diferencia es que tuve a Niall masticando las famosas galletas de chocolate de mi madre, en mi oreja, las tres horas completas que tardamos en llegar. En serio, ¿la mujer acaso disfrutaba de torturarme? Todos sabíamos que Niall nunca se resistía a nada que mi madre cocinara, el porqué la mujer le dio tantas malditas galletas para que se entretuviera en el camino era un misterio para mi.

-Bájate antes de que te baje. –gruñi cuando estacione frente a la casa del rubio.

-¿Sabes? –se tambaleo fuera, aferrándose con una mano a su abdomen-. Creo que no fue buena idea comer tantas galletas, no me siento bien.

-Maldición, rubio. -susurré, abriendo mi puerta y atrapandolo antes de que cayera de boca sobre la vereda -Debes ser el primer hombre de veintidós años que se intoxica comiendo galletas de chocolate, ¿acaso no sabes cuando detenerte?

-Creo que está un poco verde. -comentó Zayn mientras corría alrededor del capó y miraba a Niall a la cara-. En serio, Liam, no se ve muy bien.

Atrapando a Niall nuevamente, deje que se inclinara sobre los arbustos mientras devolvía la mayor parte de las galletas sobre el follaje verde. Dios, le hubiese perdonado una resaca pero, ¿galletas? ¿en serio? ¿En qué mundo viviamos donde los jóvenes terminaban soltando sus galletas en las veredas? Las cosas estaban realmente mal si a eso nos dirigimos.

-Creo que sería una buena idea llevarte al hospital.

-No. –negó, sacudiendo la cabeza-. Estoy bien, solo necesito...

Ni siquiera logró terminar la frase antes de que una nueva ronda de náuseas lo atacara. Esto es lo que sucede cuando colocas más comida de la que tu estómago puede contener, el pobre se desborda y terminas desechando tu cena en un maldito arbusto.

-¿Qué rayos sucede? -un chico castaño salió corriendo de la casa vecina, mirando hacia nosotros con los ojos llenos de alarma-. ¿Niall? ¿Qué te pasó?

-Hey, Josh, ¿como...? -sep, el coqueteo de Niall se estaba yendo junto a las galletas.

Miré al castaño que se había acercado hasta nosotros y extendia una mano sobre la cabeza del rubio, como si no se decidiera a tocarlo o no. Parecia joven, calcule que debia tener más o menos la edad de Niall, siempre lo habia imaginado como un puberto hormonal pero al parecer me habia equivocado. Las pocas luces de la calle no me dejaban ver mucho pero sus rasgos parecian ser bastante suaves, todo lo contrario a lo que Niall buscaba normalmente.

Concentrandome nuevamente en mi amigo, sostuve su peso hasta que su estomago se vació totalmente. Niall tenía las piernas algo débiles por lo que supuse que no podría caminar hasta su casa, por lo general se te borronea la visión por lo que de todas maneras no llegaría.

-¿Terminaste? -pregunté en un susurro, quitando el cabello del rostro del rubio. Niall asintió y lo tomé en brazos, pasandoselo rápidamente a Josh-. Debo ir por sus maletas. -contesté cuando el castaño me miró sorprendido-. ¿Podrías llevarlo dentro?

Rebuscando las llaves en el bolsillo del rubio, se las pase a Zayn quien tenía una pequeña sonrisita tirando de sus labios.

-Abrele la puerta, amor, y luego vuelve para ayudarme con las maletas. -pedi.

-Esta bien.

Zayn corrió hacia la puerta y rápidamente la abrio, cuando volvió a mi lado Josh aun me estaba mirando confundido. Con un gesto de mano, le hice una seña para que fuera hacia la casa y el castaño parecio reaccionar, haciendo lo que le pedi. Una vez que su silueta desaparecio por el umbral, me giré hacia mi moreno que me miraba con una sonrisa conocedora en el rostro.

Brave |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora