Capítulo 33.5

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[Narra Zayn]

-¡Liam! -chillé, saltando de la mesa en un intento desesperado de evitar que el chico golpeara su cabeza contra el suelo en la caída.

El peso de Liam era superior al mío, el chico era casi una cabeza más alto y con varios kilos de músculo abultado que me hacía parecer una rata a su lado. Aun así logré jalar uno de sus brazos evitando que el golpe fuera demasiado duro. Ambos caímos al suelo casi al mismo tiempo, Liam acostado y yo de rodillas a su lado.

Mirando su rostro, descubrí que sus ojos estaban cerrados y su piel se había tornado de un preocupante tono pálido. Por una vez, agradecí mentalmente a mi tío Adam por obligarme a tomar esas clases de primeros auxilios ya que pude controlar sus signos vitales con facilidad.

-Solo esta desmayado, gracias a dios –susurré más para mi que para Francis, quien estaba arrodillado al otro lado.

-Mierda, no quise causarle esto -el rubio hizo una mueca.

-¿Si? Y yo que pensaba que era exactamente esto lo que buscabas -me queje- ¿Quien rayos suelta una bomba así en el regazo de alguien y espera que nada suceda?

-Bien, no pensé que fuera tan shockeante –susurró-. Lo siento.

Rodee los ojos, pasando mi mano por la mejilla de Liam suavemente-. Ayúdame a llevarlo al sofá de la sala, no quiero que esté en el suelo cuando despierte.

Con un poco de trabajo, logramos arrastrar al chico hasta el sofá y acomodarlo en él a lo largo. Me senté a su lado y miré a Francis.

-¿Qué sucederá ahora? -pregunté.

-¿De qué hablas?

-Acabas de soltar la bomba sobre que es tu hermano –estallé-. ¿Qué diablos sucedera con la vida de Liam ahora?

-No lo sé –se encogió de hombros-. Es una elección solamente de él.

-¿Qué quieres decir?

-Liam es bienvenido a nuestra familia tanto si quiere como si no cambiar su apellido al nuestro -se encogió de hombros-. De todas maneras, recibirá una pequeña fortuna que mi abuela dejó para él. No es mucho pero podría renunciar a su trabajo por varios años y vivir cómodamente de ese dinero.

-O pagar su viaje a New York y ser aprendiz de ese profesor.

-Como dije, es elección de Liam.- susurró.

Asentí lentamente, enredando mis dedos con los de Liam. Las posibilidades y las opciones que esto abría chocaban dentro de mi mente creando un torbellino de ideas que no podía atrapar. Esto hacía las cosas mucho más fáciles para Liam, ya no tendría que trabajar, no necesitaría dinero, lo que me libraba de las asquerosas clases de literatura que ahora, viéndolo mejor, no parecian tan malas. No si eso queria decir que Liam seguiría revoloteando a mi alrededor.

-Hace tiempo escuché una frase que parece adaptarse muy bien a esta situación. -Francis rompió mi tren de pensamientos.

Me giré a mirarlo- ¿Cuál era?

-"Si quieres a alguien déjalo libre. Si vuelve a ti es tuyo, si no, es porque nunca lo fue".

-¿Dónde leiste eso? -eleve una ceja-. En la caja de cereales.

-No -frunció el ceño, ofendido, antes de alcanzar en uno de sus bolsillos y volver con una pequeña tarjeta-. Me lo dieron en una estampita, mira, hasta tiene un osito al frente.

Me enseñó el trozo de cartón rosado, que en efecto, tenía un osito al frente con un enorme corazón y la frase encima del mismo. Volví a mirar al sonriente rubio nuevamente.

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