CAPÍTULO 1

25 5 3
                                    

—¡No me toques!— grito.

Le empujo y cae al suelo, noto mis nudillos calientes, requiriendo una toma de contacto. Respiro agitadamente, este tío me está tocando mucho la polla.

Se ríe y se levanta empujándome hasta las taquillas.

Si le pego me echaran de la universidad, la última oportunidad que me han dado, no la quiero desperdiciar con un chaval que ni si quiera sabe con quien se esta metiendo.

—Que no me toques he dicho.

Le cojo de la sudadera y le aparto, cayendo él de espaldas al suelo, se agarra la cabeza que previamente había sido golpeada contra el suelo mientras se retuerce

Miro a mi alrededor, todos nos miran, joder que pesados, le echo un último vistazo al idiota que se ha atrevido a insultar a mi hermana.

Bufo nenaza, me abro paso por el pasillo hasta las escaleras y subo a la azotea.

Nunca la cierran, y es prácticamente un sitio frío y solitario, con el que me identifico.

Me siento en el bordillo, y me saco las cosas para liarme un cigarrillo.

Cojo un filtro y me lo pongo en los labios, el tabaco en mi mano, saco un papelito, paso el tabaco sin que se caiga nada, pongo el filtro, lo enrollo paso la lengua por el filo y lo cierro. Lo enciendo y me lo pongo en la boca. Aspiro todo lo que mis pulmones me dejan y me relajo.

Saco el teléfono y miro la hora, solo me queda una hora aquí dentro y ya fin de semana.

Apuro el cigarrillo todo lo que puedo. Tiro la colilla a la lata de cerveza que deje ahí dos días atrás.

Bajo a mi pasillo, saco las cosas de mi taquilla y preparo la mochila para salir directamente de clase y recoger a Chastity.

Entro en clase de literatura, me siento en última fila, saco mi portátil y leo hasta que termina la clase, la profesora, en sus cincuenta años apunta la tarea en la pizarra, me la apunto y salgo apurado.

Cojo la moto y me dirijo hasta el colegio de mi hermana pequeña. Está esperando en la puerta con la señorita de la mano.

—Disculpa otra vez por haber llegado tarde— me excuso a su profesora.

—No se si sabes que tienes padres Nathaniel, y si tienes cualquier problema esta servicios sociales— me dice mientras suelta la mano de Chastity.

Ella corre y me abraza, con su trencita de cabello negro y sus pulseritas en su muñeca, la cojo al aire y le doy las gracias a su señorita.

—¿Qué tal el día princesa?

—Hemos aprendido los colores en inglés Nathan, ya se decir azul y verde— me responde orgullosa mientras coge mi casco y se lo pone.

—¿Y como se dicen?— le digo mientras se lo abrocho.

—Pues blu y grin Nathan, es obvio— me dice con una sonrisa.

Me hace gracia su confianza, tiene cinco años y ya piensa que sabe más que su hermano. La subo al depósito de mi moto, me subo detrás de ella abrazándola así para asegurarme de que no se cae y vamos a casa.

Abro la puerta con las llaves y dejo las cosas de Tity en su habitación. Dejo mi mochila en mi escritorio y voy a la cocina para hacerle la merienda.

Abro los armarios buscando algo que ponerle al pan del sándwich pero no hay nada. Me desespero, ¿Tanto trabaja mi padre? pues  ¿Dónde está la comida? Llamo a mi madre.

NATHAN   *(Horas De La Eternidad #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora