CAPÍTULO 8

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—Para ti.

Levanto la vista de la pantalla de mi portátil en el que estaba abriendo las presentaciones de la primera clase.

Su manicura descuidada, su pelo anaranjado recogido en su moño dejado y sus mejillas enrojecidas me miran divertida. Extiende en su mano un café y con la otra mano sujeta otro.

—¿Para mi?— pregunto incrédulo. Ni siquiera había desayunado hoy.

—Eso he dicho.— se sienta a mi lado en el banco del parque de la universidad.

Sigo mirándola, me fascina, se ven tan despreocupada, totalmente al contrario de las chicas de nuestra edad cuyo mayor problema es ser aceptada por la sociedad y ser tan esqueléticas como sea posible sin perder esa hipócrita sonrisa de anuncio.

A ella eso no le importa, viste como quiere, actúa como quiere sin tener la necesidad de encajar.

—Gracias.— me limito a decir.

Las comisuras de su boca se elevan estirando sus carnosos labios.

Por un segundo me doy cuenta de como la miro y aparto la mierda avergonzado. Ni que me gustara el bicho raro este... Espera... ¿Me gusta? ¡No! ¿O si? ¡¿Qué?! No puedo tener mas preocupaciones ahora.

—Deja de pensar tanto y habla.

La miro de nuevo ¿Cómo ha sabido que estaba pensando? ¿Se me notaba en la cara? ¿Sabrá también que me gusta? ¡¿ESPERA QUE?! ¿Me gusta?

Eres muy expresivo con la cara, ¿No te lo han dicho nunca?.

Yo niego con la cabeza. Ahora me he picado. Trato de mostrarme indiferente. ¿Que cara es la de pasividad? ¿Acaso hay una cara para eso? Demasiadas preguntas Nathan, pocas respuestas.

—Lo estás haciendo otra vez.

Abro los ojos todo lo que puedo, de verdad que me empieza a dar miedo esta chica.

—Lo siento, no suelo hablar mucho. En lo que llevamos de año eres la primera que no me juzga por mi apariencia.— señalo mi ropa 'depresiva' como dice mi madre y las heridas en los brazos, en los nudillos, y moretones que todavía se están curando.

—Creo que cada uno tiene una vida más allá que la universidad Nathan, tu no me juzgaste a mi, ¿Porque iba a hacerlo yo?.— dice neutral.

Yo asiento comprendiendo sus argumentos. Guardo mis cosas en la mochila y me levanto con su mirada siguiendo cautelosamente mis actos.

Extiendo mi mano hacia ella con una especie de reverencia.

—¿Me acompañaría a clase de literatura milady?.— ella ríe y con su café en la otra mano todavía, cede a mi petición.

•••

Después de un par de horas volvemos a coencidir en otra clase. La veo al final de la clase junto a uno que reconozco casi al instante.

Es el que insultó a mi hermana y casi pego en el pasillo. El 'nenaza'. Miro a Paige quien se ríe nerviosamente. Este le recoge un mechón de la cara poniéndoselo detrás de la oreja. La sangre me hierve por todo el cuerpo. ¿Sabrá que está coqueteando con ella? ¿Acaso le gustan imbeciles como ese? Él baja la mano hasta el muslo de Paige, cuyo vestido no cubre del todo

De repente me doy cuenta de que su risa deja de ser nerviosa y empieza a ser incómoda, no sabe a dónde mirar. Su mano acaricia su muslo y su cara tiene una pizca de picardía. Decido acercarme pacíficamente para alejarla de él ¡Juro que iba con buenas intenciones! Eso solo que... mi puño no pensaba igual.

NATHAN   *(Horas De La Eternidad #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora