Me suena el despertador a las 7:30 am, rápidamente me dirijo a la cocina y tomo un vaso de leche, escribo una nota en un post-it: "estoy en la uni, se ha acabado la leche. N"
Hacen ya dos semanas que vivo con mis compañeros de piso, no he tocado mi casa desde hace un mes.
Cojo las llaves de casa, mi mochila y las llaves de mi Kawasaki R2 negra con detalles verdes, mi amada.
Más tarde me encuentro entrando por las puertas del instituto, ya empieza a hacer calor, se nota que la primavera se está acabando.
Me dirijo a mi primera clase con un ánimo positivo bastante sorprendente. Nada más entrar por la puerta veo a la profesora de literatura. Definitivamente mi positivismo se acaba de hundir en lo más hondo de mi ser.
Me siento y veo entrar a Paige con un café caliente en la mano.
—Buenos días Milady.— la digo con la mejor sonrisa que puedo.
—¿Cómo tienes tanta energía un lunes?— dice sobándose la cara con las manos.
Tiene el pelo húmedo y huele a champú y acondicionador, además de vainilla y menta.
Le cojo el recipiente de bebida caliente y le doy un sorbo. Asqueado toso y trago la sustancia.
—Diablos ¿Qué es eso?— ella se ríe.
—No es café, deberías de haber preguntado, bruto.— dice haciendo referencia al adjetivo que le puse hace un mes en nuestra primera cita.—Es té.—
Con una mueca de disgusto no digo nada más y atiendo a la clase. Que mentira más grande Nathan. Sigo pensando en ella.
Siento que la conociese de toda la vida pero a la vez que no se nada de ella, ¿Tendrá hermanos? ¿Está unida a sus padres? ¿Qué estudia exactamente? ¿Preferirá playa o montaña?. Decido apuntar todas las preguntas en un folio y más tarde con alguna excusa se las preguntaré.
Tras dos clases más a parte de literatura nos encontramos en el descanso en la terraza que esconde la puerta verde.
—No sé nada de ti.— digo con un tono de devoción mientras la miro.
Ella termina de dar una calada a su cigarrillo y se encoge de hombros.
—Yo tampoco sé prácticamente nada de ti, ¿Qué quieres saber?.
Procedo a sacar la hoja de piel arrugada de mi bolsillo con alrededor de unas 50 preguntas.
Ella la mira con los ojos muy abiertos y luego se ríe.
—¡Me has dicho que te pregunte!— digo excusándome.
Ella asiente y se acomoda en el bordillo, eso me da mucho vértigo pero no la digo nada.
—Te las puedo responder esta tarde, si tú también las contestas.— dice bajándose y mirando su reloj. —¿En mi cuarto a las siete? Sam tiene examen mañana y estará estudiando con su novia.
Sin darme tiempo a recapacitar mi cabeza responde antes que yo y asiente.
¿A solas con Paige en su habitación respondiendo preguntas? No hay mayor incitación a que pase algo más que unos lindos besos en este momento.
•••
Hoy tenía que ir a hablar con mi jefa del restaurante-bar, debí dejar el trabajo, ya tengo el de las motos y no puedo llevar cuatro vidas a la vez: hermano de una niña con cáncer, universitario, corredor mafioso y camarero. Básicamente porque apenas duermo por las noches.
Nada más llegar la veo sentada en una de las mesas con papeleo. Me acerco a ella y me mira con una cálida sonrisa.
—Se que vienes a dejar el trabajo Nathan, cuando me pediste el fin de semana entero libre sabía que algo no iba bien, la vida del estudiante y trabajar es muy duro, muy pocos pueden sobrellevarlo.— dice mientras firma papeleo.
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NATHAN *(Horas De La Eternidad #2)
Fiksi Remaja-¿Le temes a la muerte?. Cogí sus fríos y delicados dedos, el aire a esa altura removía los mechones que escapaban de una desastrosa trenza hacia atrás, sus oscuros ojos no me miraban. No me importaba, ya nada lo hacía. Aquí y ahora tenía una cosa c...