CAPÍTULO 10

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No podía creerlo, ¿Pagaría el tratamiento de Chastity solo con una condición? ¿Cómo? ¿Salvaría a mi hermana? ¿A mi mundo entero? Sin dudarlo le incité a continuar.

—Vas a ser mi corredor estrella, necesito que corras en otras carreras con mis motos y traigas al público a mi puerto, La Eternidad no es un puerto cualquiera, en pocos días haremos cinco meses haciendo carreras ilegales y necesitamos que la cosa aumente para beneficiarnos, y vendiendo mis motos es buena forma. Además, necesito que hagas algún que otro trabajo para mi.

Yo dudo, eso es peligroso, cuanta más gente me conozca más probabilidades hay de que me suceda algo malo, y así no podré ayudar a mi madre y a mi hermana. El jefe extiende la mano, con varios anillos en ella, sin dudarlo un segundo más la cojo, y la sacudo en forma de trato.

—Perfecto, mañana mismo tendrás en tu cuenta el dinero que te falta para el tratamiento. Te quiero el lunes en esta dirección— dice sacando una tarjeta de su bolsillo, yo asiento y me alejo disimuladamente.

Me dirijo hacia dónde está Pol echándole un vistazo a mi moto. Me siento a su lado y apoyo mi cabeza sobre mis manos.

—¿Sucede algo?

—Sinceramente no se donde me estoy metiendo pero esto no pinta bien, dijimos que las carreras sería algo temporal para ayudar a mi madre.

—Tienes problemas con el alternador.— me interrumpe.

—¿Qué?— me quito las manos de la cabeza exigiendo explicaciones.

—La moto seguirá en marcha hasta que la batería se haya descargado por completo y obviamente ya no podrá recargar. En pocas palabras el motor dejará de funcionar.— dice echándose el paño al hombro.

No, no, no, no, tengo que ultilizarla, no uso ningún otro medio de transporte. ¡JODER!

—He notado las luces tenues cuando volvías y lo mejor era mirar que pasaba.

—¡Joder!.—gritó con todo el aire de mis pulmones.

•••

Las luces de la ciudad se reflejan en el negro de mi moto, la gente camina a cámara lenta por la calle, y sin embargo yo, me siento molido, ha sido un día muy largo y los ojos se me cierran mientras conduzco.

Chastity, el dinero, el cáncer, las carreras, Paige, mamá, el bar, la moto, la universidad...

El sonido del claxon de un coche me despierta tras una milésima de segundo dormido, veo unos grandes focos y giro bruscamente para no chocar con el todoterreno.

Vamos Nathan, despierta, tu puedes.

Llego al hospital por fin, me tiro en el sofá y por fin cierro los ojos.

•••

Me despierto pronto, ya es lunes, tengo clase y también trabajo, le doy un beso a cada una antes de salir por la puerta y decido no coger la moto, probablemente ya casi esté sin batería.

Saco el dinero de mi cuenta, tras coger el metro y andar casi dos manzanas llego a tiempo, ando por los pasillos, con los pensamientos consumiéndome por dentro, giro a la izquierda y subo los escalones hasta la última planta, empujo la puerta verde, haciendo su sonido tan característico. Saco el paquete de cigarrillos y me lo llevo a la boca, busco en mi chaqueta un mechero y no lo encuentro, me quito la mochila y busco en ella pero tampoco. Mierda, siempre lo guardo en la chaqueta, igual se me cayó en la carrera.

Finalmente saco otro, el que siempre llevo de repuesto.

La puerta se abre dejando ver unos rebeldes mechones anaranjados que se escapan del moño también desastroso, unos ojos tan oscuros como el espacio y unas largas pestañas me miran avergonzada.

NATHAN   *(Horas De La Eternidad #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora