CAPÍTULO 15

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Ella se ríe y me dice que me puedo dar la vuelta, que lleva la toalla. Yo suspiro con alivio y me giro, es más bajita sin las botas de taco que suelen llevar ambas. Se gira después de darme unas palmaditas en la espalda hacia el final del pasillo.

Entro al baño y me empiezo a desvestir, me quedo en bóxers y procedo a quitarme el vendaje de las costillas, la puerta de abre y aparece Hana con toda la naturalidad buscando algo en los cajones, yo me quedo mirándola con asombro.

¿Tanta confianza tienen en este equipo?

Por fin encuentra su cepillo del pelo y me mira sacudiéndolo con una sonrisa, luego sus ojos recorren mi torso hasta la venda, sus ojos se entrecierran y gira la cabeza con duda.

—¿Es de hoy?.— me pregunta con tranquilidad.

Yo niego con la cabeza y sigo intentando quitármelo, con el dolor no puedo prácticamente levantar el brazo.

—Deja.— dice mientras deja el cepillo en el lavabo y me pone de espaldas para ayudarme.

Miro en el reflejo del espejo y observo como me mira mi hermoso culo mientras de le escapa una sonrisa y sigue enrollando el vendaje para reutilizarlo.

—Hana, se que estos bóxers me hacen tremendo culito pero no abuses guapa.— digo con una sonrisa ofendida y su cara se vuelve extremadamente roja.

Yo me río con burla y ella sonríe, me da la venda y me dice que cualquier cosa que necesite que estará en su habitación.

No quiero buscarle las segundas intenciones así que ignoro por completo su ayuda.

Una vez que sale, cierro la puerta con pestillo y me meto en la ducha, me froto bien las heridas y los pocos restos de sangre de mis uñas.

Al salir rodeo mi cintura con la toalla y salgo hacia mi habitación, me cambio y me siento en el escritorio sacando mi portátil, empiezo a responder correos y trabajos de profesores y alrededor de las 3am decido acostarme.

Mis ojos se despiertan rápidamente y miro el reloj, son las 8am, y había quedado con Pol para hacer la ruta en moto, aunque verdaderamente no se con que moto pretendo hacerla.

Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina donde escucho la televisión puesta y la sartén cocinando algo, me asomo y parece una telenovela; Hana cocinando el desayuno en pequeños boles, Matti con gafas de abuelito frente al ordenador en la isla de la cocina y Jiyu viendo dibujos animados en el sofá.
Todos en pijama a su rollo, Hana me saluda y me pone un bol frente a una butaca, saca zumo de la nevera y lo deja en la isla junto con un vaso.

Me podría acostumbrar sinceramente.

Está riquísimo, es arroz con tiras de tortilla francesa y salchichas.

—Dejar los dos las pantallas y desayunar hacer el favor.

Parece una mamá y eso me hace gracia. Jiyu pasa por el recibidor y me tira unas llaves.

—Bienvenido a casa Nathan.

Yo miro las llaves con ilusión. Les empiezo a hacer preguntas de cuánto les tengo que pagar al mes etcétera.

—No te preocupes por eso, nosotros sólo pagamos la comida, el resto lo paga el jefe.

Matti sin levantar la cabeza del ordenador asiente.

—Debemos ir a por las motos, el mecánico ya las debe de tener.

Terminamos de desayunar y nos vestimos, pedimos un taxi para los cuatro y nos bajamos en la base.

—Entramos por la puerta y hay mucha gente yendo de un lado a otro sin parar, nos dirigimos a la cabina transparente donde están todas las llaves de las motos y solo veo una Suzuki, una Yamaha y una Kawasaki.

NATHAN   *(Horas De La Eternidad #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora