CAPÍTULO 6

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Ha pasado ya una semana, y Tity empieza hoy con el tratamiento, todo parece ir bien.

Mi madre y yo nos turnamos para estar con ella hasta que encontremos uno de los dos un trabajo.

He estado yendo a clase y de vez en cuando buscaba con la mirada a la pelirroja pero no la he visto. No la he visto ningún día.

Hoy cuando salga de clase tengo una entrevista de trabajo en un bar/restaurante cerca del instituto.

Suspiro llevándome el cigarrillo a los labios una vez más, mientras veo las montañas a lo lejos. Y lo reconozco, sigo esperando a que a mis espaldas suene la odiosa puerta verde y que asome por ella un moño pelirrojo hecho por un lápiz, repito, un lápiz.

¿Dónde te has metido pequeño 'tinkiwinkie'?

Apagando el cigarrillo en el bordillo y metiéndolo en la lata por última vez hoy, me despido de la tranquilidad.

Me dirijo a abrir la puerta y sin llegar a tocar el manillar alguien la abre más rápido que yo y me da un portazo en la nariz.

—¡Joder!— grito palpándome la zona afectada.

Levanto la vista para ver el (en este caso la) culpable. Y mis ojos azules se funden con los suyos marrones, llenos de lágrimas.

—Yo...Yo lo siento no quería... ¡Mierda!— grita tirando su bolsa al suelo y sacándose su cajetilla de tabaco, industrial.

Yo no reacciono, sigo con mi mueca de dolor y aguantando la sangre en mi mano, viendo como inhala y exhala el veneno de esa pequeña arma de matar varias veces.

¿Pero y a esta que la pasa?

Oye, que yo no te he hecho nada.— digo señalándome la nariz que todavía sangra.

Se gira por un segundo y abre los ojos incómoda, busca en su bolsa y me extiende un pañuelo.

Susurro un "Gracias" mientras trato de parar la hemorragia.

—Es que es todo tan deprimente... tenerlo todo y aún así sentirse triste.— dice mientras una lagrima amenaza con caer por su rostro.

—Oye, ¿Estás bien?.— la pregunto empezando a dudar si debería quedarme o irme. —Puedo irme si quieres estar sola.—

Me mira y con la manga de su chaqueta negra el doble de grande que ella se limpia las lágrimas.

Niega y me da la espalda mirando las montañas.

—No, no te vayas. No me gusta estar sola.

—Vale.— digo acercándome a ella y contemplando las vistas a su lado.

—Ya entiendo porque pasas aquí casi todo el tiempo.— la miro.—Parece una burbuja, no se escuchan coches, ni gente gritando, solo el aire y la lluvia. Me gusta.

Con una leve sonrisa en los labios dirijo mi vista hasta las nubes que se esconden detrás de las montañas.

Me entiende.

Ella me entiende.

Pensé lo mismo cuando llegué a esta universidad. Todo era agotador pero subir aquí arriba me ayudaba a aclararme y muchas veces me había quedado aquí a hacer los deberes o había traído a Chastity cuando estaba mala y no podía ir al colegio. Yo... yo necesito esta burbuja.

—¿Te gusta mi burbuja?.— dije sin pensar en si tenía sentido lo que acababa de decir o sonaba patético.

Ella se rió y me miró. —Si, ¿Te importa que me quede en ella un ratito más?.

NATHAN   *(Horas De La Eternidad #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora