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—¿Estás bien?—Preguntó Chaeyoung girada hacia atrás en su asiento después de ver a Mina correr hacía el taxi y entrar.

La chica estaba mojada de pies a cabeza a causa de la lluvia.

—Si... yo... estoy bien.—Afortunadamente la lluvia escondió sus lágrimas. Mina había estado llorando mientras esperaba por ella.—Solo-Solo conduce, por favor.—Pidió y Chaeyoung sin entender su repentino regreso, condujo el auto de vuelta a la carretera por el cual acaba de pasar.

Limpiándose el rostro con las mangas de su suéter, Mina solo se digno a mirar por la ventana con tristeza mientras muchos pensamientos rondaban su mente.

***

Después de que Chaeyoung la dejara en aquel alejado lugar. La japonesa con emoción y felicidad se adentró al lugar esperando reencontrarse después de días con su novia, pero por desgracia, la chica de ojos claros quien atendía el club dijo que Im Nayeon se había retirado muy temprano del lugar, que únicamente se había quedado algunas noches junto a otras personas y que muy temprano por la mañana se había ido.

La noche estaba cayendo y Mina estaba decepcionada, enojada, dolida, triste, etc... intentó contactar a su novia pero no hubo respuesta a sus llamadas, la única persona a quien conocía en Corea era la taxista, el club no tenía mas alojamiento por esa noche así que sin dudar un minuto más llamó a Chaeyoung quien al oír la voz entrecortada de Mina por el teléfono no dudo en girar el auto por la carretera y regresar al lugar otra vez.

—Mina.—Pronunció Chaeyoung mirándola por el retrovisor.—¿A donde te llevo ahora?—preguntó con pena. La chica de atrás se notaba bastante afectada. Su mirada brillante y, su sonrisa tímida y dulce desaparecieron. Ahora tenía la mirada vacía.

—A la ciudad.—Contestó recostando la cabeza sobre el frío vidrio de la ventana, mirando como la lluvia caía fuertemente sobre el asfalto. Chae suspiró sintiéndose mal por ella. Se preguntó qué le había sucedido en aquel lugar.

—Al parecer pasó algo.—Mencionó la taxista después de un rato.—Tendremos que esperar un rato.—Avisó deteniendo el auto detrás de una fila de más autos aparcados en medio de la carretera.

—Está bien.—Contestó la chica desde atrás sin ánimo alguno.

A esta hora la taxista estaría llegando a casa para finalmente descansar, pero no, ahí estaba a mitad de la carretera bajo una tormenta de lluvia sin saber cuanto exactamente tardaría en llegar de nuevo a la ciudad. El viaje de ida tardó 4 horas, el de regreso era incierto, apenas llevaban 1 hora de camino.

—Oficial, ¿que ha pasado?.—Preguntó a un policía que pasaba entre los autos.

—Por la lluvia, han caído varios árboles a lo largo de la carretera. Tendrán que esperar a que los corten y quiten del camino. Tengan paciencia.—Dijo el hombre con agua escurriendo por todos lados.

—Gracias.—El vidrio de la ventanilla subió y resopló.—Dios...—Sobre el volante se acurrucó. Estaba cansada, quería estirar las piernas, espalda, pero no podía salir del auto. Que día.

—Lamento haberte llamado de vuelta.—De pronto Mina habló desde atrás llamando su atención.

—Ir al llamado de la gente es mi trabajo.—Por el retrovisor la miró.—Así que no tienes por qué disculparte.—

—Esta bien.—

—Deberías cambiarte la ropa, estás mojada.—

—¿Que? ¿Aquí?—

—Si.—

—P-Por supuesto que no.—Nerviosa contestó. Jamás se había cambiado de ropa frente a sus amigas y mucho menos lo haría frente a una desconocida, en un auto.

Aterrizando en tu Corazón (MICHAENG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora