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Y ahí estaba de nuevo esa frase "Chaeyoung regresa por mi" por el teléfono y de nuevo sin dudarlo un segundo la coreana dio vuelta y regresó a toda prisa al hotel.

No hizo falta saber el nombre de la chica quien había llamado. Esa dulce voz sollozando era incomparable para los oídos de Chaeyoung.

Apenas frenó frente al al enorme hotel cuando vio como la misma chica que había estado con ella todo el día de ayer, venía hacía ella en lágrimas y maleta en mano.

Por un momento quiso salir del auto y correr hacía ella para abrazarla, consolarla de cualquier cosa que le haya causado esas lágrimas, pero se detuvo.

—Sácame d-de aquí por favor.—Pidió Mina en cuanto se adentró al taxi en los asientos traseros entonces Chaeyoung arrancó el auto, pero de pronto una chica llegó hasta la ventanilla trasera.

—¡Mina espera!—Chae tuvo que detener su avance temiendo lastimar a la chica y ganarse una denuncia.—No te vayas.—Sin previo aviso se adentro junto a la japonesa atrás.

—¡Vete de aquí!—Exclamó Mina quitándose de encima las manos de la mujer.

—Mina escúchame, lo lamento. ¿Si?—Su rostro tomó a la fuerza.

—¡Que te vayas Nayeon!—Gritó Mina empujándola por los hombros y así evitar cualquier contacto.

—¿Señorita podría bajarse por favor?—Pidió Chaeyoung girándose hacia Nayeon—La señorita no quiere su presencia.—

—¡Cierra la boca y déjame a solas con ella un momento!—Ordenó Nayeon mirándola con frialdad.

—Chae no te vayas—Mina la miró—Ella no se va a ir a ninguna parte. Tu eres quien de tiene que ir.—Espetó hacia Nayeon, ¿que se creía? Era el taxi de Chaeyoung, no su auto ni su empleada.

—¿Ustedes se conocen?—Preguntó Nayeon mirándolas a ambas.

—No te importa.—Fue la respuesta de la japonesa—Ahora vete. Tu y yo terminamos, ¿escuchaste bien? Terminamos Im Nayeon.—con el corazón dolido Mina le dijo. Amaba con el alma a esa chica, pero la actitud de ella demostraba que solo Mina era la de los sentimientos justo como sus amigas le decían todo el tiempo tras cada desplante.

—Bien, ¿eso quieres? Pues así será.—Con enojo Nayeon bajó del auto dando un portazo para después irse echando chispas.

—Llévame lejos de aquí, por favor Chaeyoung.—Pidió Mina desde atrás. Sin preguntar nada, la coreana condujo. Ahora entendía todo, esa chica era la culpable de las lágrimas de Mina del día anterior y la odió, la odió por hacer que un ángel como Mina llorara, un ángel como ella no debía llorar, pensó.

Tras haber conducido por varias calles, escuchando los sollozos de Mina, Chaeyoung se detuvo a un lado de una acera.

—¿Estás bien?—Preguntó volteándose hacia atrás.

—No.—Respondió limpiándose las lágrimas que resbalaban por su mejilla.—¿Donde estamos?—Preguntó mirando a su alrededor.

—Un lugar especial para mi.—Dijo Chaeyoung quitándose el cinturón para luego salir del auto y abrir la puerta trasera.—Ven—Su mano extendió hacía la japonesa quien sin dudarlo la tomó—Te gustará.—

—Wow—Exclamó con asombro Mina al ver el lugar —Esto... es... hermoso—Sonrió y su mirada se iluminó de nuevo, tal y como le gustaba a la coreana.

—Demos una vuelta—Mina asintió comenzando a caminar de la mano con Chaeyoung entre montones de flores de diferentes colores, clases, aromas, tamaños y formas.—¿Cual es tu flor favorita?—preguntó la coreana mirándola mientras sus manos aún se sostenían.

Aterrizando en tu Corazón (MICHAENG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora