27

787 74 13
                                    


—Hola Mina.—La voz de alguien más hizo que saliera de aquel pequeño trance y se diera cuenta que no solo Somi estaba ahí sentada en la mesa junto a sus padres, si no qué también estaba otra chica que la estaba mirando con una sonrisa divertida en su rostro.

—¿So-Somin?—Miró a la chica sentada al lado de Somi—¿Que hacen aquí?—Preguntó intercambiando su mirada entre ambas chicas.

—Visitándote—Respondió normal como si no se hubieran dejado hablar hace ya varias semanas atrás—¿Recuerdas a Somi?—La
Señaló. Mina no pudo responder solo atinó a asentir con la cabeza levemente.—Gracias por la cena Señor Y Señora Myoui, nosotras debemos hablar con Mina.—Somin arrastró la silla hacia atrás para ponerse de pie.

—Claro señoritas.—Muy caballeroso el padre de Mina se puso de pie para despedirlas.—No olviden saludar a sus padres de nuestra parte.—Dijo a ambas.

—No lo olvidaremos.—Respondió Somin

—Gracias por la cena Señora Myoui—Somi también se levantó imitando a su compañera—le contaré a mi madre lo buena cocinera que es usted.—Mina veía muy confundida toda aquella amigable interacción entre sus padres y sus... ¿amigas? ¿Las podía considerar aún sus amigas cuando ellas también le vieron la cara de odiota? Ella no lo sabía.

—No es para tanto jovencita.—Esa fue la madre de Mina poniéndose de pie de manera elegante.

—Pasen buena noche y gracias por recibirnos sin previo aviso.—Ambas hicieron una pequeña reverencia antes de caminar hacia Mina y detenerse a su lado.

—Siempre serán bienvenidas a esta casa, pueden venir cuando deseen.—Muy amable dijo el señor Myoui y Mina aún no entendía que era todo eso, ella solo estaba ahí de pie como una estatua.—Cuídense chicas.—Ambos padres las despidieron mientras Somin entrelazaba su brazo con la de Mina para después prácticamente arrastrarla hacia la sala con Somi siguiéndolas de cerca.

—Tu habitación.—Habló Somin en el camino.

—¿Eh?—Mina aún seguía en la luna.

—¿Que donde está tu habitación, Mina?—Preguntó deteniéndose.

—A-Arriba.—Señaló todavía algo atontada ante lo que estaba sucediendo.

—Ok, Vamos.—Y de nuevo Somin la tomó del brazo llevándola hacia las escaleras como si fuera una pequeña niña que necesitaba ser guiada.

—Linda habitación.—Muy curiosa Somi veía de cercas todas, todas las cosas que Mina tenía en su habitación en cuanto las tres ya estaban dentro.

Habitación de buen tamaño, cama tipo colonial, tocador muy bien ordenado, un enorme librero con varios libros perfectamente afilados, una mini sala elegante, balcón con vista hacia el jardín trasero, unas cuantas alfombras y por supuesto un muy buen armario.

—¿Se puede saber que hacen aquí?—Mina preguntó mirándolas a ambas, una de pie en medio de la habitación solo mirando a su alrededor y la otra recorriendo cada rincón. No quiso sonar grosera en aquella pregunta, pero así salió aquel tono.

—Vaya manera de recibir a tus amigas, Mina.—Somin dijo.

—Lo siento.—Se disculpó sentándose en la punta de su suave cama al darse cuenta del tono usado.—Es que no entiendo que hacen aquí y como es que mis padres conocen a los suyos?—

—Te explicaré.— Somin tomó asiento a su lado dejando su costoso bolso sobre la cama.—El padre de...—

—No sabía que eras toda una romántica, Mina.—Somi habló de repente desde el librero señalando varios libros afilados frente a ella.

Aterrizando en tu Corazón (MICHAENG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora