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—Aló—Respondió Rosé sin tener la mínima idea de quien estaba del otro lado de la línea.

—¿Ch-Chaeng?—Mina habló arrastrando las palabras en tanto terminaba de beber el resto de su bebida.

—Oh, no. Ella está bailando con unas amigas en este momento.—Rosé miró hacia la pista donde la coreana bailaba un tanto sensual deslizando una de sus manos desde su cuello pasando entre sus pechos hasta llegar a su abdomen.

—¡Eso Chaeyoungie!—Hwasa gritó a un lado de Rosé.—¡Así se hace pequeña! ¡Muéstrales como se baila!—Eufórica aplaudió la morena.

—¿Quién eres tú?—Mina preguntó levantándose algo tambaleante de su asiento yendo directo hacia el baño, necesitaba privacidad de cual sea lo que iba a decirle a Chaeyoung pues no sabía exactamente si la había llamado para decirle lo mucho que la extrañaba y quería o lo mucho que la odiaba por ponerle cuernos de alce, aunque pensándolo bien la segunda opción sería lo primero que le diría.

—¿Tu quien eres?—Rosé preguntó de vuelta algo que Mina odió profundamente.

—¡Que te importa!—Exclamó, Mina no solía ser grosera pero en el estado que estaba más la rabia y tristeza que tenía, nadie podría culparla de aquello.—¡¿Donde está Chaeyoung!?—Sosteniéndose de las paredes y esquivando gente siguió caminando.

—Uy, que carácter...—Murmuró Rosé siendo escuchada perfectamente por Mina quien tuvo que contar hasta 5 para no desquitar todo el coraje que cargaba contra aquella chica.—¡Chaeyoungie tú teléfono! ¡Alguien te llama!—Mina escuchó la empalagosa voz que usó la chica  para llamar a la coreana justo cuando entró al baño y cerrar con seguro.
Si hace ratos estaba triste y llorando todo un rio por ella, ahora era todo lo contrario, ahora estaba llena de rabia, ¿como era posible que ella estaba hecha un desastre mientras que Chaeyoung estaba felizmente de fiesta? Bueno ella también pero estaba ahí porque sus amigas la engañaron para que fuese hasta allá no porque quería.

—Gracias Rosie...—Oyó que Chaeyoung dijo dulcemente a la chica haciendo que el coraje aumentara otro poco más al imaginar qué tal vez aquella chica podría ser la misma del video.—¿Bueno?—Habló la coreana con el teléfono en el oído, y ahí estaba esa voz que tanto extrañó por días.

—¿Te estás divirtiendo con tu novia?—Irritada pregunto. No hubo un "Hola" un "¿cómo estás" un "te extraño" nada.
Después de oír todo lo anterior pues simplemente las cosas buenas que quizás le hubiera dicho definitivamente ya no existían en ese momento.

—¿M-Mina?—Podía reconocer esa voz en cualquier parte del mundo.—¿Amor eres tu?—para corroborar miró la pantalla y la fotografía de Mina que había capturado sin que esta se diera cuenta estaba ahí, una sonrisa estupida se dibujó en su rostro y su corazón casi explota de alegría, su amor, su razón de felicidad estaba llamándola.—Bebé dame un segundo—sin pensarlo dos veces caminó lo más rápido que pudo entre la gente hasta la salida donde no había ruidos.

—No me llames así.—dijo Mina en un tono más alto de lo habitual mirando su reflejo en aquel enorme espejo con gotas de agua esparcidas por todos lados.

—Está bien, esta bien...—Respiró profundo el aire fresco de la noche antes de comenzar a hablar. Sabía perfectamente lo que iba a decir, iría al punto y así lo hizo.—Tenías razón, Mina.—Comenzó Chaeyoung—Y-yo... yo si me besé con alguien esa noche, fue Yeri. Pero...—intento explicar Chaeyoung.

—¡Por supuesto que lo hiciste, Chaeyoung!—La interrumpió. Y sus lágrimas comenzaron a descender por sus pálidas mejillas al recordar aquel video donde Chaeyoung, su Chaeyoung besaba con tanta ternura a la chica como lo había hecho con ella también.—Me hiciste sentir una grandisima idiota al saber que mientras yo me lamentaba y hacía sentir una mala novia al no poder estar contigo en tu cumpleaños tú-tú te comías la boca de otra.—Lloró con amargura.

Aterrizando en tu Corazón (MICHAENG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora