XVI

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En donde quiera que estés siempre observaremos el mismo cielo y cada que lo vea te recordaré, lo prometo ____

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En donde quiera que estés siempre observaremos el mismo cielo y cada que lo vea te recordaré,
lo prometo ____.

*

El día pasó entre risas y charlas, peleas discusiones entre emma y ray, y coqueteo entre gilda y don.

Subimos a muchísimos juegos, tanto que ya estaba exhausta de toda la adrenalina de las montañas rusas y las atracciones de realidad virtual, los cuales se volvieron mis atracciones favoritas omitiendo el detalle de que obligue a ray a subir a todas.

Emma y norman compraban algo de comer en una pequeña tienda y yo esperaba afuera con don, gilda y ray.

──no puedo creer que obligarás a subir a ray a todas esas atracciones ──se burló don ──y tampoco puedo creer que ray se dejara manipular por ti.

──fue mi decisión subirme a las atracciones, ella no me manipuló── resoplo ray.

──oh vamos ray, nadie puede creer que te subiste a tres montañas rusas seguidas──dije y me burle.

──pues yo lo creo──dijo.

──aja.

──¿ya has subido a la rueda de la fortuna _____?── me pregunto gilda.

──nop, pero pienso hacerlo──le sonreí.

──oh, don y yo subiremos en un momento ¿nos quieren acompañar? ── dijo

──no. ──si. ── Respondimos ray y yo al mismo tiempo.

──¿por qué no? ──pregunté mirando a ray el cual se mantuvo en silencio.

──oh, en Japón existe un mito que dice, que quienes se suban juntos a la rueda estarán destinados a permanecer juntos toda la vida── dijo gilda.

──no me digas que crees en esas cosas ray ──don le golpeó el brazo suavemente y el le dio una mirada asesina.

──es una tontería── me burle.

En ese instante emma y norman llegaron con bolsas llenas de comida, nos sentamos y empezamos a comer mientras hablábamos de temas aleatorios.

Varias personas paseaban por el lugar, hasta que un hombre se nos acercó y me miro, dudando en sí hablarme o no.

──¿necesitas ayuda?──pregunto don.

── ¿Eres hija de carl igarashi?── me preguntó con el ceño fruncido y su rostro parecía tener algo de rencor.

──em si... ──respondí

──tus padres merecen estar en una cárcel, no entiendo como personas como ellos pueden seguir vivas, ¿acaso sabes todo lo que mi familia sufrió por su estúpida empresa? ──me agarro del brazo haciendo que hiciera una mueca. Pero no me solté.

Ray y tu // IndelebleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora