Capitulo 8: Mandrágoras

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Al día siguiente, las cosas fueron de mal en peor desde el desayuno en el Gran Salón. Bajo el techo encantado, que estaba de un triste color gris para unos pero para Lyra era maravilloso Harry, Lyra y Ron se sentaron junto a Hermione, la frialdad con que ella dijo «buenos días» podía congelar el jugo.. Neville, por el contrario, los saludó alegremente.

—El correo llegará en cualquier momento —comentó Neville—; supongo que mi abuela me enviará las cosas que me he olvidado.

Las lechuzas entraron a la sala, dando vueltas por la estancia y dejando caer cartas y paquetes sobre la multitud. Una cosa gris cayó sobre la taza de Hermione, salpicándolos a todos de leche y plumas.

—¡Errol! —dijo Ron, sacando por las patas a la lechuza . Errol se desplomó sobre la mesa, con las patas hacia arriba y un sobre rojo y mojado en el pico.

»¡No. ..! —exclamó Ron.

—No te preocupes, no está muerto —dijo Hermione, tocando a Errol con la punta del dedo, Lyra lo sujeto y lo puso en sus piernas para acariciarlo, Errol estaba mas relajado ante sus caricias .

—No es por eso... sino por esto.

Ron señalaba el sobre rojo. No parecía que tuviera nada de particular, pero Ron y Neville lo miraban como si pudiera estallar en cualquier momento.

—¿Qué pasa? —preguntó Harry.

—Me han enviado un howler —dijo Ron con un hilo de voz.

—Será mejor que lo abras, Ron —dijo Neville, en un tímido susurro—. Si no lo haces, será peor. Mi abuela una vez me envió uno, pero no lo abrí y... —tragó saliva— fue horrible.

-¿Que es una howler?-pregunto Harry

Pero Ron fijaba toda su atención en la carta, que había empezado a humear por las esquinas.

—Ábrela —urgió Neville—. Será cuestión de unos minutos.

Ron alargó una mano temblorosa, lo abrió y Neville se tapó los oídos con los dedos. Por un momento, creyó que el sobre había estallado; en el salón se oyó un bramido tan potente que desprendió polvo del techo.

—... ROBAR EL COCHE, NO ME HABRÍA EXTRAÑADO QUE TE EXPULSARAN; ESPERA A QUE TE COJA, SUPONGO QUE NO TE HAS PARADO A PENSAR LO QUE SUFRIMOS TU PADRE Y YO CUANDO VIMOS QUE EL COCHE NO ESTABA...

Los gritos de la señora Weasley, eran cien veces más fuertes de lo normal, hacían tintinear los platos y las cucharas en la mesa y reverberaban en los muros de piedra de manera ensordecedora. En el salón, la gente se volvía hacia todos los lados para ver quién era el que había recibido el howler, y Ron se encogió tanto en el asiento que sólo se le podía ver la frente colorada, me daba risa y a la vez pena.

—... ESTA NOCHE LA CARTA DE DUMBLEDORE, CREÍ QUE TU PADRE SE MORÍA DE LA VERGUENZA, NO TE HEMOS CRIADO PARA QUE TE COMPORTES ASÍ, HARRY, LYRA Y TÚ PODRÍAN HABERSE MATADO...

Creo que era cuestión de tiempo que nos mencionaran.

—... COMPLETAMENTE DISGUSTADO, EN EL TRABAJO DE TU PADRE ESTÁN HACIENDO INDAGACIONES, TODO POR CULPA TUYA, Y SI VUELVES A HACER OTRA, POR PEQUEÑA QUE SEA, TE SACAREMOS DEL COLEGIO.

Se hizo un silencio en el que resonaban aún las palabras de la carta. El sobre rojo, que había caído al suelo, ardió y se convirtió en cenizas. Harry, Ron y Lyra se quedaron aturdidos, como si un maremoto les hubiera pasado por encima. Algunos se rieron y Seamus iba a hacer un chiste pero Lyra le dijo.

-Si dices algo será mejor que empieces a dormir con un ojo abierto.-Seamus solo se limito a ver su plato.

Hermione cerró el libro Viajes con los vampiros y miró a Ron, que seguía encogido.

Lyra Grindelwald y el Heredero de Slytherin [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora