Lyra Grindelwald y el Heredero de Slytherin [EDITANDO]

Capitulo 7: No puede ir peor

El final del verano llegó más rápido de lo que pensé. Estaba deseando volver a Hogwarts, pero por otro lado, no quería volver a dejar a Will. Ya había llegado a la estación y no quería despedirse de el.

-Ya te tienes que ir.-le dijo su mejor amigo

-Si.-respondió un poco cabizbaja.- te voy a extrañar mucho.

-Yo también, escríbeme todos los días.-asintió y ella se alejo entre mas se alejaba mas lo extrañaba, no pudo resistirse mas y se volvió hacia Will corriendo lo abrazó.

-No me quiero separar de ti.

-Yo tampoco, ahora vete si no vas a perder el tren.-se separaron y ella se encontró con Harry y Ron en el camino haciendo que la despedida sea menos dura.

—Hola Lyra ¿vamos juntos?, sólo nos queda un minuto —dijo Ron saludando a Lyra.

A un metro de la barrera, empezaron a correr y...

¡PATAPUM!

Los tres carritos chocaron contra la barrera y rebotaron. El baúl de Ron saltó y se estrelló contra el suelo con gran estruendo, Harry se cayó, la jaula de Hedwig y Asriel, al dar en el suelo, rebotó y salió rodando, con la lechuza dentro dando unos terribles chillidos y maullidos.

Todo el mundo los miraba, y un guardia que había allí cerca les gritó:

—¿Qué están haciendo?

—He perdido el control del carrito —dijo Lyra, Ron salió corriendo detrás de la jaula de Hedwig, que estaba provocando tal escena que la multitud hacía comentarios sobre la crueldad con los animales.

—¿Por qué no hemos podido pasar? —preguntó Harry hacia ellos.

—Ni idea.-dijo Lyra.

Ron miró furioso a su alrededor. Una docena de personas todavía los estaban mirando.

—Vamos a perder el tren —se quejó—. No comprendo por qué se nos ha cerrado el paso.

El reloj gigante de la estación, diez segundos..., nueve segundos... Harry avanzó con el carrito, con cuidado, hasta que llegó a la barrera, y empujó con todas sus fuerzas. La barrera permaneció allí, infranqueable.

Tres segundos..., dos segundos..., un segundo...

—Ha partido —dijo Ron, atónito—. El tren ya ha partido. ¿Qué pasará si mis padres no pueden volver a recogernos? ¿Tienes algo de dinero muggle?

Harry soltó una risa irónica.

—Hace seis años que los Dursley no me dan la paga semanal.

Ron pegó la cabeza a la fría barrera.

No oigo nada —dijo preocupado—. ¿Qué vamos a hacer? No sé cuánto tardarán mis padres en volver por nosotros.

La gente todavía los miraba, principalmente a causa de los alaridos incesantes de Hedwig que pronto eran calmados por las caricias de Lyra .

—A lo mejor tendríamos que ir al coche y esperar allí —dijo Harry—. Estamos llamando demasiado la aten...

—¡Harry! —dijo Ron, con los ojos refulgentes—. ¡El coche!

—¿Qué pasa con él?

—¡Podemos llegar a Hogwarts volando!

-No, chicos es arriesgado nos pueden expulsar. -dijo negándose rotundamente.

—Estamos en un apuro, ¿verdad? Y tenemos que llegar al colegio, ¿verdad? E incluso a los magos menores de edad se les permite hacer uso de la magia si se trata de una verdadera emergencia, sección decimonovena o algo así de la Restricción sobre Chismes...