Capitulo 15: La inscripción del muro

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—¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa?-Atraído por el grito de Malfoy, Filch se abría paso a empujones.

Vio a la Señora Norris y se echó atrás, llevándose horrorizado las manos a la cara.

—¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris? —chilló. Con los ojos

fuera de las órbitas, se fijó en Harry y Lyra—. ¡Ustedes! —chilló—. ¡Ustedes! ¡Han matado a mi gata!

¡Ustedes la han matado! ¡Y yo los mataré! ¡Los...!

—¡Argus! -Gracias a Merlin había llegado Dumbledore, seguido de otros profesores. En unos segundos, sacó a la Señora Norris de la argolla, sentía lastima por el.

—Ven conmigo, Argus —dijo a Filch—. Ustedes también, Potter, Grindelwald, Weasley y Granger.

Lockhart se adelantó algo asustado.

—Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras. Puede disponer de él.

—Gracias, Gilderoy —respondió Dumbledore. La silenciosa multitud se apartó para dejarles paso. Lockhart, nervioso y dándose importancia, siguió a Dumbledore a paso rápido; lo mismo hicieron la profesora McGonagall y el profesor Snape.

Cuando entraron en el despacho de Lockhart, hubo gran revuelo en las paredes; Lockhart encendió las velas de su mesa y se apartó. Dumbledore dejó a la Señora Norris sobre la superficie y se puso a examinarla. Lyra, Ron, Hermione y Harry intercambiaron miradas tensas, Dumbledore acercó la nariz  a una distancia de dos centímetros de la piel de la Señora Norris. Examinó el cuerpo de cerca dándole golpecitos y reconociéndolo con sus dedos. La profesora McGonagall estaba casi tan inclinada como él. Snape estaba muy cerca detrás de ellos, con una expresión peculiar, como si estuviera haciendo grandes esfuerzos para no sonreír. Y Lockhart rondaba alrededor del grupo, haciendo sugerencias.

—Puede concluirse que fue un hechizo lo que le produjo la muerte..., quizá la Tortura Metamórfica. He visto muchas veces sus efectos. Es una pena que no me encontrara allí, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado.- Los sollozos sin lágrimas, de Filch acompañaban los comentarios de Lockhart. El se desplomó en una silla junto a la mesa, con la cara entre las manos, incapaz de dirigir la vista a la Señora Norris. Harry no pudo evitar sentir compasión por él.Dumbledore murmuraba ahora extrañas palabras en voz casi inaudible. Golpeó a la Señora Norris con su varita, pero no sucedió nada; parecía como si acabara de ser disecada.

—... Recuerdo que sucedió algo muy parecido en Uagadugú —dijo Lockhart—, una serie de ataques. La historia completa está en mi autobiografía. Pude proveer al poblado de varios amuletos que acabaron con el peligro inmediatamente. -Todas las fotografías de Lockhart que había en las paredes movieron la cabeza de arriba abajo confirmando lo que éste decía, si Lyra aún no tuviera la imagen de la gata petrificada le diría a Lockhart que cerrara la boca de una vez.

—No está muerta, Argus —dijo con cautela. Lockhart interrumpió de repente su cálculo del número de asesinatos evitados por su persona.

—¿Que no está muerta? —preguntó Filch entre sollozos, mirando por entre los dedos a la Señora Norris—. ¿Y por qué está rígida?

—La han petrificado —explicó Dumbledore.

—Ah, ya me parecía a mí... —dijo Lockhart.

—Pero no podría decir como...

—¡Pregúnteles! —chilló Filch, señalando a Lyra y Harry.

—Ningún estudiante de segundo curso podría haber hecho esto —dijo Dumbledore con firmeza—. Es magia negra muy avanzada.

Lyra Grindelwald y el Heredero de Slytherin [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora