La profesora McGonagall llamó a la puerta. Ésta se abrió silenciosamente y entraron. La profesora McGonagall pidió que esperáramos y los dejaron solos.
De todos los despachos de profesores que había visitado y e visitado muchos despachos, el de Dumbledore era el más interesante. Era una sala circular, grande y hermosa, en la que se oía sonidos. Sobre las mesas había chismes muy extraños que hacían ruiditos y echaban pequeñas bocanadas de humo. Las paredes aparecían cubiertas de retratos de antiguos directores, hombres y mujeres, que dormian encerrados en los marcos. Había también un gran escritorio con pies en forma de zarpas, y detrás de él, en un estante, un sombrero de mago ajado y roto: era el Sombrero Seleccionador.
Harry, se acercó sigilosamente al escritorio, cogió el sombrero del estante y se lo puso despacio en la cabeza. Era demasiado grande y se le caía sobre los ojos. Una sutil voz le dijo al oído:
—¿No te lo puedes quitar de la cabeza, eh, Harry Potter?
—Mmm, no —respondió Harry—. Esto..., lamento molestarte, pero quería preguntarte...
—Te has estado preguntando si yo te había mandado a la casa correcta -dijo el sombrero—. Sí..., tú fuiste bastante difícil de colocar. Pero mantengo lo que dije... aunque -Harry contuvo la respiración— podrías haber ido a Slytherin.
—Te equivocas -dijo Harry al inmóvil sombrero, un ruido como de arcadas se escucho, sobre una percha detrás de la puerta, había un pájaro de aspecto decrépito que parecía un pavo medio desplumado. Lyra y Harry lo miraron y el pájaro les devolvió una mirada torva, emitiendo de nuevo un particular ruido. Parecía muy enfermo. el pájaro comenzó arder.
Harry profirió un grito de horror y retrocedió hasta el escritorio.
—Se esta incendiando ahhh tenemos que apagarlo ¿Dónde hay agua?—Dijo asustado.
—Ahhh no hay agua -Se desesperó Lyra al estar buscando mientras tanto el pájaro se había convertido en una bola de fuego; emitió un fuerte chillido, y un instante después no quedaba más que un montoncito humeante de cenizas.
La puerta del despacho se abrió y entró Dumbledore.
—Profesor -dijo Harry nervioso mientras Lyra tenía cara de asustada y se quedo estática en su lugar sin poder decir nada—, su pájaro..., no pude hacer nada..., acaba de arder...
A veces Dumbledore es un completo enigma por que si mi mascota ardiera como lo acababa de hacer su pájaro lo ultimo que haría seria sonreír.
—Ya era hora -dijo—. Hace días que tenía un aspecto horroroso. Yo le decía quese diera prisa.
Se rió de las caras atónitas de Lyra y Harry.
—Fawkes es un fénix-La cara de Lyra se suavizó al recordar que había leído anteriormente sobre los fénix y ahora todo tenia sentido. — los fénix se prenden fuego cuando les llega el momento de morir, y luego renacen de sus cenizas. Miren
Dirigieron la vista hacia la percha había un pollito diminuto y arrugado que asomaba la cabeza. Era un poco feo pero para los ojos de Lyra era hermoso.
—Es una pena que lo hayan tenido que ver el día en que ha ardido —dijo Dumbledore, sentándose detrás del escritorio—. La mayor parte del tiempo es realmente precioso, con sus plumas rojas y doradas. Fascinantes criaturas, los fénix. Pueden transportar cargas muy pesadas, sus lágrimas tienen poderes curativos y son mascota muy fieles.
—Había leído sobre ellos pero presenciar esto es muy distinto a lo que dicen los libros, es mas hermoso de lo que imaginé.—dijo Lyra embelesada acariciando la cabecita del pájaro hasta que se acordó que con el susto del incendió de Fawkes, se había olvidado del motivo por el que se encontraban allí, pero lo recordó en cuanto Dumbledore se sentó en su silla, detrás del escritorio, y fijó en ellos con sus ojos penetrantes.
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Lyra Grindelwald y el Heredero de Slytherin [EDITANDO]
Fanfiction#2 Lyra va a empezar su segundo año, durante ese año van a pasar grandes aventuras, pelearán contra monstruos, contra las personas, hasta con la persona mas temida de estos tiempos Lord Voldemort. "Te engañas tu misma" "Por favor as que pare, ya no...