Capitulo 27: La cámara de los secretos

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Hicieron pasar a Lockhart delante. A Harry le hizo gracia que temblara. Myrtle la Llorona estaba sentada sobre la cisterna del último retrete.

—¡Ah, eres tú! -dijo ella, al ver a Harry—. ¿Qué quieres esta vez?

—Preguntarte cómo moriste -dijo Harry. El aspecto de Myrtle cambió de repente.

—¡Oooooooh, fue horrible! -dijo encantada—. Sucedió aquí mismo. Morí en este mismo retrete. Lo recuerdo perfectamente. Me había escondido porque Olive Hornby se reía de mis gafas. La puerta estaba cerrada y yo lloraba, y entonces oí que entraba alguien. Decían algo raro. Pienso que debían de estar hablando en una lengua extraña. De cualquier manera, lo que de verdad me llamó la atención es que era un chico el que hablaba. Así que abrí la puerta para decirle que se fuera y utilizara sus aseos, pero entonces... -Myrtle estaba henchida de orgullo, el rostro iluminado— me morí.

—¿Cómo? -preguntó Harry.

—Ni idea -dijo Myrtle en voz muy baja—. Sólo recuerdo haber visto unos grandes ojos amarillos. Todo mi cuerpo quedó como paralizado, y luego me fui flotando... -dirigió a Harry una mirada ensoñadora—. Y luego regresé. Estaba decidida a hacerle un embrujo a Olive Hornby. Ah, pero ella estaba arrepentida de haberse reído de mis gafas.

—¿Exactamente dónde viste los ojos? -preguntó Harry

—Por ahí -contestó Myrtle, señalando vagamente hacia el lavabo que había enfrente de su retrete.

Harry y Ron se acercaron a toda prisa. Lockhart se quedó atrás, con una mirada de profundo terror en el rostro. Parecía un lavabo normal. Examinaron cada centímetro de su superficie, por dentro y por fuera, incluyendo las cañerías de debajo. Y entonces Harry lo vio: había una diminuta serpiente grabada en un lado de uno de los grifos de cobre.

—Ese grifo no ha funcionado nunca -dijo Myrtle con alegría, cuando intentaron accionarlo.

—Harry -dijo Ron—, di algo. Algo en lengua pársel.

—Pero... -Harry hizo un esfuerzo. Se concentró en la diminuta figura, intentando imaginar que era una serpiente de verdad.

—Ábrete -dijo, miró a Ron, que negaba con la cabeza.

—Lo has dicho en nuestra lengua -explicó, Harry volvió a mirar a la serpiente, intentando imaginarse que estaba viva. Al mover la cabeza, la luz de la vela producía la sensación de que la serpiente se movía.

—Ábrete -repitió, pero ya no había pronunciado palabras, sino que había salido un silbido, y de repente el grifo brilló con una luz blanca y comenzó a girar. Al cabo de un segundo, el lavabo empezó a moverse. El lavabo, de hecho, se hundió, desapareció, dejando a la vista una tubería grande, lo bastante ancha para meter un hombre dentro. Ron exhalaba un grito ahogado y levantó la vista.

—Bajaré por él -dijo.

No podía echarse atrás, ahora que habían encontrado la entrada de la cámara. No podía desistir si existía la más ligera, la más remota posibilidad de que Lyra y Ginny estuvieran vivas.

—Yo también -dijo Ron, hubo una pausa.

—Bien, creo que no les hago falta -dijo Lockhart, con una reminiscencia de su antigua sonrisa—. Así que me...

Puso la mano en el pomo de la puerta, pero tanto Ron como Harry lo apuntaron con sus varitas.

—Usted bajará delante -gruñó Ron. Lockhart se acercó a la abertura.

—Muchachos -dijo con voz débil—, muchachos, ¿de qué va a servir?

Harry le pegó en la espalda con su varita. Lockhart metió las piernas en la tubería.

Lyra Grindelwald y el Heredero de Slytherin [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora