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Las aves se posaban con curiosidad sobre las extensiones que portaba el frondoso árbol, admirando al Omega que gruñía a los suaves y delicados rayos de luz solar que acarician su rostro, invitándole a iniciar un nuevo día.

Después de cuatro días en celo, finalmente había culminado de manera satisfactoria. Nuevamente se encontraba solo en su nido, sin rastro alguno de Alfa y con su cuello totalmente en blanco.

Al estar en celo su cuerpo no resiente la falta de alimento en su sistema, la peor parte siempre viene después. En contra de su voluntad debe abastecerse primeramente de agua, por suerte anidó cerca de un riachuelo.

La mayoría del tiempo que pasaba en celo muy pocas veces era consciente de lo que sucedía a su alrededor. Su lado Omega tomaba el mandó.

Por suerte si tenían algo en común.

«Ir a un lugar seguro, lejos de cualquier Alfa»

No sabía exactamente dónde se encontraba o cuánto faltaba para llegar a Nori.

Pero recordaba claramente haber escuchado que si seguía la corriente del riachuelo llegaría a su destinó.

Después de 3 días lo encontró.

El sendero estrecho que lo guiará hacia la tribu Nori. Está rodeado de gigantescas extensiones de distintos tipos de árboles, mientras exhausto continúa caminando y sonríe al ver a lo lejos la entrada de la región de la cual escuchó alguna vez.

Esta región se caracteriza por una razón específica, las uniones entre Alfas y Omegas.

Es una no muy antigua tradición del lugar donde los Omegas son libres de elegir a su pareja, en otras tribus suelen ser del Alfa que los marque durante el celo o lo compre, con quien compartirán su vida.

Tuvo suerte de poder huir del lugar donde antes vivía, recuerda que los dueños de la antigua finca donde residía describieron el lugar como una completa aberración al dejar a los Omegas actuar libremente por su cuenta, cuando solo deberían ser utilizados como moneda de cambio o para tener cachorros.

Aunque por el momento solo espera pasar desapercibido, para no volver a su antiguo ¨hogar.¨

Esperaba formar su manada con un Alfa muchas lunas después. Por ahora al ser un Omega sin marca, tendrá que conseguir un velo.

Para un Omega portar un velo, es muy importante en esta tribu, ya que este lograra atraer a algún Alfa. Teniendo que tomar en cuenta que el color que uses sea llamativo y el largo del mismo refleja la cantidad de cachorros que estás dispuesto a tener.

El tipo de tela habla mucho sobre tu posición social y riquezas. Entre más traslúcido y delgado significa que no posees mucho o realmente nada.

La prenda también debe de tener tu aroma, como último punto a tomar en cuenta. El Alfa levantara o retirara el velo del Omega que llame su atención y comenzará el cortejo.

Para evitar las confusiones al tratarse de un Omega sin marca, el Alfa lo deberá impregnar con sus feromonas en el cuello y muñecas. La duración del cortejo es aproximadamente de 3 a 7 semanas y este finaliza dejando totalmente la elección al Omega, el cual si acepta le otorga un sobrenombre a su ahora pareja.

Izuku antes de ingresar al pequeño pueblo toma algunas cosas de su bolso, entre ellas el trozo de tela que usará como velo provisional y también el pequeño saco del cual solo toma unas cuantas monedas de oro.

Coloca la tela sobre sus algo descuidados rizos, acomodándolo de tal forma que la tela los cubra por completo.

Al ingresar está maravillado. No solo encuentra variedad de colores en los velos de los demás jóvenes Omegas, ese lugar realmente tiene un brilló único, le hace sentir la calidez de un hogar que alguna vez soñó.

Detrás Del Velo [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora