Iniciando la primera semana de su segundo mes en el pueblo, en ese día le fue asignado hacerse cargo de la tienda unas horas, en lo que llegaba el herrero de confianza de Torino para continuar con los pedidos pendientes por Sorahiko.
El Alfa dueño del local, salió en busca de materiales en una tribu no muy lejos del lugar.
Ese día estuvo lleno de desafortunados eventos para el pecoso.
Inició su día preparándose su té favorito, coloco algunas flores de diente de león en la tetera. Tomó una taza para verter la infusión cuando en un descuido esta cayó al suelo repartida en pedazos por el lugar.
"Esta bien, iré por otra taza"
Pensó el pecoso con tranquilidad.
En lo que limpiaba el desastre, descuidó la tetera y el té se consumió dejando muy poco líquido que seguramente estaría amargó. Retiró el recipiente del fuego, intentó realizar otro té pero ya se habían terminado las flores.
Desistió de probar té esa mañana, se hizo un desayuno ligero utilizando algunas bayas que terminaron salpicando su ropa. Corrió a cambiarse, acomodó su velo antes de salir y tomó su bolso antes de partir de su hogar temporal.
Al llegar ya habían clientes esperando para recoger sus pedidos, ingresó al sitio en busca de lo que Torino dejó en el almacén.
Al parecer confundió los pedidos, las notas no coincidieron con las armas.
Y tuvo que resolver una disputa por un cliente que no quiso devolver el artículo a su verdadero dueño todo por haberse equivocado.
Después de ese incidente, se dedicó a ordenar y revisar los pedidos pendientes de recoger, al terminar de colocar el último instrumento estos cayeron creando desastre de nueva cuenta.
Tomó con cuidado las armas y se aseguró de que esta vez no se cayeran.
Escuchó cómo ingresaron al lugar, y atendió a las personas. Por suerte ya casi al finalizar su estadía la situación de mala racha pareció calmarse.
Se dedicó a limpiar y pulir algunos escudos y cascos. La campana siendo golpeada le hizo voltear en dirección a la puerta por suerte era Kirishima.
Agradeció que el veló cubría gran parte de rostro por lo que su cansancio no sería notorio ante el pelirrojo y su acompañante.
Hizo a un lado lo que estaba haciendo y fue al recibidor, el pelirrojo le preguntó por Torino, le respondió sobre su paradero para posteriormente ir por la espada que necesitaba el Alfa.
Noto que Kirishima era acompañado por otro Alfa, pero solo ansiaba poder terminar su turno.
El dueño le dijo que llegaría un Alfa llamado Mirio Togata para completar los pedidos pendientes y le pidió que le entregará la llave para que cerrará en cuanto él acabara.
—Aquí tienes Kirishima-kun.
—Genial, es increíble con esto podre derrotar a Katsuki.
—Por cierto dile a Aoyama-kun, que le mando saludos.
—Seguro Izuku.
De regreso a su puesto se encontró con el Alfa observando las espadas y dagas del exhibidor, se acercó a dar su recomendación, al no recibir respuesta del más alto solo se presentó, por si se animaba a comprar algo.
—¡Izuku!, lamento el retrasó.
Anuncio al llegar el rubio, se dirigió a su compañero para hacer la entrega de la llave.
—No hay problema Mirio-san.
El peliverde buscó en sus bolsillos la llave del local para entregársela a su compañero.
"No puede ser"
Piensa al no encontrar la llave ni siquiera en su otro bolso.
Olvidó la llave en su hogar porque se le hizo tardé en la mañana por culpa del té.
Le dice a Togata que irá a buscarla en su hogar, toma sus cosas y se despide.
En cuanto llegó a su hogar busco en los cajones un buen rato tratando de recordar dónde podría estar. Revisa en la cocina y la encuentra sobre la mesa, libera un suspiro de alivio.
Regresa y hace la entrega, está a punto de partir en cuanto escucha la voz de Mirio llamarle.
—Lamento molestarte Midoriya-kun, pero podrías ayudarme a buscar algunas herramientas.
Su hora de salida se vio interrumpida para ayudarle a seguir con los encargos de su jefe.
—Si. ¿Qué necesitas? —Menciona acercándose al rubio y tomando nota de los materiales. Yendo por ellos al almacén del lugar.
Una vez terminó sus pendientes, se despidió del mayor dejándole las notas en orden sobre lo que necesita realizar para el señor Torino.
Salió por la puerta trasera del local chocando sin querer con alguien más alto que él.
"Lo siento"
Intentó decir el pecoso sin embargo por la impresión no lo logró.
—Maldita sea, Deku apártate.
Ahí va la última pizca de paciencia del peliverde, desatando totalmente su ira acumulada durante ese día con el cenizo. Y pensar que estuvo a punto de disculparse con ese engreído.
—¡¿Deku?!, ¿Quién mierda es Deku?— Katsuki le habría contestado "tú idiota" de no ser por que el Omega ni siquiera le dio la oportunidad de replicar— Alfa imbécil, ¡mi nombre es Izuku!
—Oye —Soltó un gruñido tratando de imponer su autoridad a ese Omega que se había atrevido a insultarlo, con el fin de ponerlo a prueba, mientras el lobo observa con detenimiento al Omega —No te irás sin antes disculparte adecuadamente.
Lo tomó del velo con algo de brusquedad, llegando a sus rizos y el menor soltó un chillido por el dolor, para después comenzar a gruñirle. Se removió hasta liberarse del agarré dejando al descubierto su rostro.
Las orbes esmeraldas desprendían un particular brillo lleno de ira.
Katsuki enmudeció completamente mientras observa atónito lo que había hecho. Ya que en sus manos aún sostenía el velo de aquel Omega.
Sólo quería darle una lección por su insolencia, no terminar comprometido.
Pequeñas lágrimas provenientes de las orbes jades, recorrían las pecosas mejillas del menor, que mantenía su mirada fija en él.
Las personas del lugar comenzaron a aglomerarse a su alrededor, se alarmaron al escuchar el chillido del Omega pero al encontrarse con un Alfa puro algo les impedía acercarse y al ser de otra tribu pensaron que tal vez era una extraña manera de cortejar.
Pero aún así se prepararon para en caso de que intentará propasarse con el peliverde.
Y al ver que retiraron el velo pudieron respirar con calma. Las felicitaciones a la futura pareja no se hicieron esperar, los Alfas pasaban deseando suerte para el cortejó, mientras que algunos otros daban sus consejos para qué logrará conquistar el corazón de ese hermoso Omega que entré todo ese ajetreo huyó del lugar.
El cenizo haciendo uso de su desarrollado olfato pudo seguir los pasos del pecoso encontrándose frente a su hogar en unos momentos.
ESTÁS LEYENDO
Detrás Del Velo [BakuDeku]
أدب الهواةCierta tribu de la tierra Hunndo, comenzó a tener fama, ya que su tradición consiste en que los y las jóvenes Omegas portan velos simbolizando que están listos para ser cortejados. El Alfa deberá levantar o retirar el velo del Omega con el cual dese...