[06]

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Una vez logró terminar de arreglar sus rizos rebeldes por el frizz en su cabello, posicionó el velo y partió de la cabaña.

Al cruzar la puerta se encuentra con el presente del Alfa cenizo, pero como ya es común en su habitual rutina ignora aquello y sigue su camino.

Torino-san le dio el día, por lo que se dirigía al mercado principal a surtirse de víveres.

Para él es inusual ver tantas personas en su mayoría Omegas, por el lugar. No recuerda haber escuchado sobre algún evento en la plaza principal del pueblo.

Con rapidez se abre paso entre la multitud, entre sus planes estaba comprar lo necesario y volver a su hogar a terminar de leer aquel cuadernillo sobre consejos para caballeros.

Escucha a su paso los murmullos de las demás personas al verle. No se detiene ni presta la atención necesaria para saber con exactitud de qué hablaban.

Él era consciente que sería la comidilla de los lugareños, al ser "cortejado" por un Alfa y no recibir, hasta el momento, ninguno de sus regalos. Además de que ha salido de su hogar portando su velo y ningún aroma del Alfa sobre sus prendas.

Escuchó a lo lejos llegar a unos visitantes, se sorprendió al ver un pequeño grupo rodear a lo que parecían ser dos caballeros recorriendo el lugar.

Omegas no se hicieron esperar para darse a conocer, casarse con un caballero te aseguraria una vida llena de lujos.

Además de que era considerado un honor dar cachorros y que estos siguieran la misma profesión.

Siguió con sus planes con total normalidad caminando por el mercado hasta obtener lo necesario para no volver en unos días. Al observar la fruta fresca en un puesto, recuerda que tenía que preparar mermelada para acompañar el pan recién horneado para sus mañanas de té.

Al ser productos frescos y sumándole el hecho de ser parte de las ofertas del día, el peliverde tuvo que abrirse paso entre los demás compradores, estirando su brazo para alcanzar la canastilla con manzanas.

Finalmente cuando estaba por alcanzarla, su mano chocó con la de otra persona. Dirige su mirada a aquella persona un chico de rizado cabello oscuro y una mirada de igual color, su aroma era distinto, pero no hacía falta destacar que aquel joven era un Alfa.

―Perdona―Menciona disculpándose por haberle asustado y le extiende la canasta brindándole una sonrisa y dejando salir su aroma de forma sutil―Adelante puedes tomarlo, has llegado antes que yo de todos modos.

―Gracias― Responde a duras penas tratando de salir del pequeño trance al hallarse cautivado por la belleza y refinado actuar del pelinegro.

El Alfa también se ve interesado en aquel Omega, y recuerda aquella conversación que tuvo con su madre sobre los Omegas puros.

"Un Omega normalmente te mira esperando alguna confirmación de tu parte, sin embargó los Omegas puros te miran con desconfianza como si quisieran comprobar que eres digno siquiera de hablarles. Ellos son muy especiales ya que también pueden convertirse en lobo como nosotros."

El pelinegro no puede ocultar su emoción, sonríe de manera hipnotizante y suelta feromonas sumamente relajantes que le impiden al peliverde alejarse.

Aunque él realmente no buscara irse.

―Disculpa mi atrevimiento pero... ―El pelinegro hace una pausa, mientras baja un poco su mirada en signo de vergüenza― podría ver tus ojos.

Súplica tenuemente, el pedido tenía su razón de ser. Quiere conocer a esta persona de la que ha quedado flechado y qué mejor manera de conocerlo que a través de las ventanas del alma.

Detrás Del Velo [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora