Habiendo reconfortado al Omega le dejó descansando en su nido, ya que seguramente cuando despertara estaría exhausto o listo para volver a atacar. Por lo que mejor fue a terminar de ir tras el roedor para alimentar al pecoso.
Su Alfa le exigía poder apreciar el rostro de su Omega, quería ver otras expresiones en él. Descubrir cómo es realmente el pecoso en diversas situaciones, no solo cuando está mostrando su enfado, algo justo como la sonrisa que observó al tomar su capa.
Buscando las huellas del pequeño roedor vio regadas las pertenencias del menor, entre ellas el horrible velo que suele usar. Diría que el causante de sus desgracias pero si en ese día no hubiera retirado el velo probablemente seguiría sin encontrar un compañero digno.
«Hermoso Omega»
Suelta su Alfa, quien desde su primer encuentro ha estado pendiente sobre alguna novedad con el chico. Pues siempre que negaba, era hacia la actitud de Katsuki, reprendiéndolo por no ser más atento con quien había captado su atención.
El cenizo nunca escuchó a su lobo, porque su prioridad como próximo líder fue encontrar un compañero fuerte algo que solo pudo percatar en su último encuentro.
Tomó el bolso del menor y comenzó a guardar sus pertenencias, dejó el velo de lado pero algo que lo dejaba pensando era el aroma que desprendía era ligero y fresco le recordaba a la tierra y árboles humedeciéndose en un día caluroso.
Totalmente contrario a los aromas que ha presenciado, cuando lo marco con su aroma, la esencia que captó fue picante y la de su celo bastante dulce.
Puede que tal vez se deba a alguna característica de los omegas puros.
Sus oídos captaron un sonido proveniente de un pequeño arbusto, con el velo frente a él surge la idea de darle uso y obtener un ganar-ganar. En primera por que le cumpliría el capricho a su lobo de ver el rostro del pecoso, deshaciéndose de la fúnebre prenda de una vez por todas y la segunda sería que atraparía a ese molesto conejo finalmente.
Toma algunas ramas con cuidado de no hacer mucho ruido al momento de rasgar la tela con sus colmillos, cuando tiene todo preparado es cuando adopta su forma lobuna. Persiguiendo al conejo hasta que queda atrapado, lo amarra con la tela y lo resguarda en un hueco dentro del árbol cercano a él.
Le deja algunas hierbas para que coma antes de convertirlo en alimento, exhausto piensa en que no tendrá tiempo suficiente para ofrecerlo al pecoso por lo que va en busca de frutos que termina guardando en su bolso a modo de "disculpa" por destruir su velo.
Agotado se recostó sobre el pasto suave y fresco. Aferrándose a la calidez de la noche no sin antes darle un vistazo al peliverde que aún permanece en su nido, donde finalmente se dejó perder en la oscuridad hasta ver el llegar de la mañana siguiente en unas cuantas horas.
«Tía Inko»
Piensa en la mayor, sintiendo un cálido toque sobre su frente similar al de la persona que lo cuidó como si fuera su propio hijo, llegando a protegerlo de la vieja bruja.
Sus párpados estaban tan cansados como para vislumbrar de quien se trataba, por ello sólo se dejó disfrutar del tan abrazador roce, sintiéndolo familiar y reconfortante, como si le hubiesen recompensado por su arduo trabajo.
Aquel contacto fue breve, por lo que siguió descansando otro poco. O al menos eso hizo hasta que unas aves comenzaron a llevarse un poco de su pelaje que seguro usarán para adornar sus nidos.
Se removió sacudiendo su cuerpo, alejando su pereza y yendo a buscar al Omega a su nido, quien al parecer ya se había adelantado a volver a casa, deja su forma de licántropo y se dirige al árbol.
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Detrás Del Velo [BakuDeku]
FanfictionCierta tribu de la tierra Hunndo, comenzó a tener fama, ya que su tradición consiste en que los y las jóvenes Omegas portan velos simbolizando que están listos para ser cortejados. El Alfa deberá levantar o retirar el velo del Omega con el cual dese...