[09]

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El chico Omega, nuevamente se encuentra solo en su nido. Trata de asimilar su entorno, los tenues rayos de luz que iluminan el lugar, le abruman porque desconoce si está por amanecer.

Y tan pronto como escucha los primeros cantos de las aves es que reconoce el sitio.

Se incorpora sobre sí y rápidamente se revisa tocando su nuca con desespero. Con un dolor presente en su cuerpo, supone que es debido a que luchó con un Alfa que trató de invadir su territorio.

Liberando un suspiro de alivio al seguir intacto sobre aquella zona, se retira la capa que le ayudó a protegerse de la fría brisa nocturna y el débil rocío matutino. Son pocos los recuerdos que llegan a su mente sobre la noche anterior, una vez su Omega sale a flote es como si él se desconectara de todo lo que le rodea.

La prenda sobre sus manos le desconcierta, no entiende cómo llegó a él. Lo cuál es extraño, si se enfrentó a un Alfa debió alejarse y dejarle solo.

Sin quererlo escucha las órdenes de su Omega interno y acerca la suave prenda a sus fosas nasales, rápidamente reconoce el aroma de Katsuki.

No puede evitar preguntarse si es que el Alfa estaba con él, ¿qué hizo para que no lo marcará?

Tenía su capa eso significaba que estuvo lo suficientemente cerca. Acaso en su tribu son tan buenos controlando sus instintos y llegan a ese extremo cuando se trata de conseguir pareja.

No lo entiende, el cenizo fue claro en decirle que no estaba interesado en tomarlo como su Omega.

¿Acaso fue por Tenko?

Recuerda que estaba bastante molesto cuando el pelinegro tomó su muñeca.

«Los Alfas si que son seres extraños»

Piensa mientras se aleja del nido.

—¿Dónde están mis cosas?— Exclama en voz baja.

Y al voltear a los alrededores al pie de un árbol su bolso se encontraba abultado y con diversos frutos alrededor. En las raíces del árbol contiguo se encontró al lobo de pelaje rubio, con la luz se ve tan brillante como el oro.

Su curiosidad le invita a acercarse a tocarle, algo dentro de él grita que se aleje, pero de algún modo se encuentra pasando su mano en la frente del licántropo. Parece ser que le cuido toda la noche ya que ni siquiera percibe aquel tacto.

Nunca había apreciado a uno de cerca tan tranquilo. Su Omega brinca de alegría por los regalos en su bolso, se dirige a inspeccionar sus pertenencias y le deja descansar.

Decide volver al pueblo antes de que haya más gente que pueda cuestionarlo camino a casa. Buscó en el bolso su velo, pero al estar tantas cosas acumuladas le parece imposible encontrarlo, empieza a retirar algunas cosas haciendo más espacio.

Suspiró y volteó en dirección a la capa del cenizo, no creé que vaya a enojarse igual solo sería por esa ocasión. Podría regresarla más tarde de cualquier manera.

Trata de buscar el velo al fondo del bolso pero solo encuentra los pedazos de la tela rasgados, solo suspira pensando en que tendrá que pedirle a Katsuki que lo marque con su aroma para ir a ver a Aoyama.

«¡No!»

Porque le ha de importar lo que los demás puedan pensar de él. Desde que llegó se ha válido por si mismo no necesita la ayuda de ese estúpido Alfa.

Se coloca la capa y cubre su rostro, se retira del lugar mirando de reojo a sus espaldas solo para cerciorarse que Katsuki no fuese tras de él.

Algo tonto considerando que el cenizo conoce bien donde se encuentra su hogar.

Detrás Del Velo [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora