ᵒᵒ. ʷʰᵃᵗ ˡⁱᶠᵉ ⁱˢ ᵃᵇᵒᵘᵗ

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➥ 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐚 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚

➥ 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐚 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚

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          KETTERDAM. Una capital hermosa. Nótese la ironía. Miento, sí era hermosa, pero para aquellos que abusan de los menos afortunados y para los que ganaban una buena cantidad de dinero. Los comerciantes, los industriales y gánsteres estaban podridos de él y por supuesto que no lo compartían.

Por otro lado, quienes vivían en una zona más humilde, o lo que es lo mismo, donde abundaba la criminalidad de menor calidad ━━━━simples ladrones, abusadores y secuestradores━━━━, cada segundo de vida que tenías era regalado.

Los cadáveres en las calles eran comunes por las peleas entre bandas, por lo menos hasta que se establecieron los territorios. La sangre, los gritos... Era curioso como desde que un niño de diecisiete años se hico con la zona este y oeste de Ketterdam ━━━━El Barril━━━━, esta se hizo un poco más tranquila.

Parecían temer al líder de los Cuervos. Como si, al ser pillados robando en su territorio, él mismo los descuartizaría sin piedad. Tampoco se alejaban de la verdad, dicha sea.

Ser mujer y vagar por la noche, sola, ya no era tan peligroso. Solo violaban, mataban o secuestraban a cinco de cada diez, habiendo bajado un tres porciento. Padres, hijas y madres lo agradecían sinceramente. Comprensible.

Claro que si eras una chica de Lilith, el burdel de la zona del Barril, estabas protegida por los Cuervos, quisieras o no. Suponían que era porque era parte de su dominio y controlaban la parte financiera, pero lo cierto era que no se llevaban ni un centavo de Lilith y aún así lo protegían.

¿La razón? Bueno, ¿quién no protegería a un amigo? Si así podían llegar a llamarse.

El pelo castaño de la chica adolescente ondeaba con la brisa de la tarde, acompañado de sus pasos, que se escuchaban gracias al pequeño tacón en sus botas. Se robaba las miradas de muchos transeúntes, su persona ya era conocida y respetada en El Barril, nadie trataría de tocarla sin haber pagado antes, no si querían seguir viviendo. Su expresión determinante solo cambiaba a una sonrisa cada vez que saludaba a un conocido, no incluía a clientes.

Aún había gente en la calle a pesar de que comenzaba a anochecer y estar por allí sería ciertamente peligroso.

La castaña se detuvo frente a un puesto de verduras y sonrió a la anciana.

𝐋𝐈𝐋𝐈𝐓𝐇 「 𝙠𝙖𝙯 𝙗𝙧𝙚𝙠𝙠𝙚𝙧 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora