𝐋𝐈𝐋𝐈𝐓𝐇 「 𝙠𝙖𝙯 𝙗𝙧𝙚𝙠𝙠𝙚𝙧 」

⁰⁹. ᵗʰᵉ ˢᵐᵃˡˡ ᵖᵃˡᵃᶜᵉ

➥𝐞𝐥 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐨 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨

          COMO YA HABÍA DEMOSTRADO, mentir era parte de ella, un don, una especialidad. Kaz no conocía a nadie que mintiese como Mazikeen Grey, con tanta seguridad y sin dar demasiada información, la necesaria para que nadie sospechase que era mentira. Se preguntaba si lo había aprendido de sus años en La Casa de Las Fieras, si después, en su época de vagabunda, o había sido parte de ella desde que nació.

Conseguía vender el peor producto del mercado, y no solo eso, sino que lo haría tan bien, que terminaría por deshacerse de toda la mercancía con tan solo un par de palabras y una sonrisa.

Podía ser por su encanto, su labia o su atractivo empero lo hacía como si tan solo se tratase de una charla cotidiana con cualquiera.

Por eso se limitó a quedarse atrás mientras ella convencía a dos guardias de que eran nuevos en la guardia real y que necesitaban los uniformes que nunca les habían dado. El guardia superior asintió sonriente por los divertidos comentarios de la castaña y le entregó dos uniformes nuevecitos de sus exactas tallas, algo muy difícil.

Y aún habiéndose colado por la cara, teniendo que actuar un papel, no movió un dedo cuando detuvieron al seguidor de la Invocadora cuando este quiso colarse en el Pequeño Palacio.

━━━━Deberías haberte movido, si sigues así nos pillarán ━━━━murmuró Brekker haciéndola rodar los ojos.

━━━━Y tú deberías fingir mejor, si sigues cojeando descubrirán que no eres un guardia ━━━━respondió con audacia. 

Le dedicó una sonrisa falsa, el chico suspiró con frustración y ambos continuaron su camino.

Su misión era complicada, pero para los dos era mucho más difícil fingir haber sido entrenados en el ejército que esta en sí.

Debían recorrer el camino de Alina Starkov durante la fiesta para encontrar un momento y llevarla a Ketterdam.

Mazikeen rodó los ojos y se cruzó de brazos al darse cuenta de que su compañero seguía a cinco metros detrás suya, jadeando.