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Minhyun tenía su habitación de cabeza ¿Acaso no había dejado su computadora sobre su escritorio? No podía encontrarla, y su trabajo de inglés se encontraba en ella. En el internado nunca se habían reportado robos, ¿sería posible que la computadora del chico, fuera el primer caso en suceder? Estaba solo, y ya estaba a punto de rendirse. Llevaba buscándola desde que se había despertado, y ni siquiera se había duchado aún. Estaba comenzando a preocuparse. Escuchó la puerta de su habitación, alguien estaba tocando.

—MINHYUN ¿ESTÁS DESNUDO?— Mingi preguntó desde fuera, el mayor rodó sus ojos. Lo dijo tan alto que lo más probable era que todo el mundo en ese piso lo hubiera escuchado — Traigo tu laptop

—Pasa, no estoy desnudo, Ren— La puerta se abrió, y Ren lanzó la laptop a la cama de su primo, quien lo miró, apunto de tirarle un regaño

—No me regañes, ya la devolví ¿no es eso lo que importa?— Lo miraba gracioso, parecía que no le tenía miedo a la muerte. Minhyun estaba a punto de patearle la cara— Ya, estás que te rechinan los dientes. Bájale al enojo, tienes que exponer en menos de 20 minutos, y no creo que, si me rompes los dientes, te dé tiempo de llegar.

(...)

Minhyun llegó a tiempo, y no sabía si estaba feliz por eso. Su corazón latía increíblemente rápido. No era malo en inglés, y a pesar de que le gustaba estar frente a las personas, siempre que lo hacía era mostrando algo que hacía mejor que nadie. En su clase, incluso había estadounidenses, canadienses, australianos... En fin, gente que, claramente, hablaba inglés mejor que él. No se dio cuenta cuando sus manos comenzaron a temblar, y su respiración cada vez era más agitada. De verdad no quería exponer.

Estaba sentado en su lugar, justo había pasado uno de esos chicos australianos, quienes pronunciaban perfectamente el idioma. Cuando su profesor lo llamó, no pudo evitar pegar un salto en su asiento, cosa que hizo reír a todos en la clase. Aunque normalmente no le molestarían las risas, en momentos como ese, sentía que, hasta el más mínimo cuchicheo, era en signo de burla hacia él ¿Por qué justo tenía que pasar después de aquel rubio pecoso? Ahora su inglés sonaría aún peor.

—Mr. Hwang, it's your turn (Sr. Hwang, es su turno)— Habló su profesor, quien lo miraba expectante. Minhyun respiró hondo, y se levantó. Entre más rápido pasara, más rápido terminaría con esos nervios que lo carcomían.

—Well, mmm... Good Morni... (Bueno, mmm... Buenos Dí...)— Minhyun comenzó, algo nervioso, pero no pudo terminar de decir ni la mitad de su saludo. Una figura conocida se asomó por la puerta, llamando la atención de toda la clase, especialmente la del profesor. Y la suya, claro.

—Do you need something, Mr. Kwak? (¿Necesita algo, Sr. Kwak?)— Aron sonrió en cuanto se dio cuenta que Minhyun era quien estaba exponiendo al frente. Llevaba años sin enseñarle inglés. Le daba curiosidad escucharlo, sin embargo, el llegar ahí justo en ese momento, había sido mera coincidencia.

—Actually, Ms. Im asked me to bring these documents to you. She told me to let you read them, so you can sign them, and then let me take them back to her (De hecho, la señorita Im me pidió que le trajera estos documentos. Me dijo que lo dejara leerlos para que los pudiera firmar, y que luego me dejara llevárselos de vuelta a ella)— El profesor asintió, de acuerdo. Aron había hablado inglés tan fluidamente con el profesor, algo que no sorprendía a Minhyun. Claro que sabía que Aron venía de Estados Unidos, y obviamente iba a hablar perfectamente su idioma natal, pero siempre deseó llegar a hablar así de fluido como lo hacía él.

—Wait for me at the door, I'll let Minhyun finish, and then you can show them to me (Espérame en la Puerta, dejaré que Minhyun termine, y luego me los puedes mostrar)— Aron se apoyó contra el marco de la puerta, y se acomodó para escuchar a aquella persona que no salía de su cabeza desde que se lo había vuelto a topar en su vida.

Minhyun siguió con su exposición, y centró toda su atención en Aron. Creyó que se pondría nervioso en cuanto lo vio entrar, pero en realidad, los ojos oscuros del mayor lograron darle una calma que no sabía que podían darle. "Recuerda Min, nadie se va a burlar de ti". Minhyun recordaba las palabras que aquel amigo suyo le había dicho la primera vez que le había tocado exponer en el colegio. Fue quizá uno de los últimos consejos que le dio. "Y si alguien lo hace, siempre estaré para protegerte". Esas palabras no lo habían reconfortado en años. Aron ya no estaba para protegerlo como le había dicho, pero esa vez... Esa vez volvió a sentirse seguro. No sabía si era la inmensa sonrisa de orgullo que tenía el chico mientras lo escuchaba, o tal vez algo más simple. Solo el hecho de verlo frente a él. Minhyun logró terminar la exposición bastante bien. Aron entregó los papeles al profesor, y justo cuando sonó la campana al recreo, volvió a recibirlos ya firmados. Ambos chicos salieron juntos.

—Gracias Aronnie— Le habló Minhyun— No sabes cuánto me ayudaste— El mayor le guiñó un ojo

—No sé a qué te refieres, pero supongo que debí hacer algo bien

—Sí, creo que sí— Respondió el alto— ¿Tienes que irte?— Minhyun señaló los papeles que sostenía Aron en su mano derecha. Pareció recordarlo de pronto.

—Cierto, ¿quieres que nos veamos después de que termine?

—Claro, en la tarde estaré en el aula de siempre— Aron negó.

—En realidad no me refería a eso, tal vez podríamos pasar este recreo juntos— Parecía nervioso mientras pronunciaba aquellas palabras— Si no te molesta, eso está claro

—Para nada— Minhyun le sonrió un poco nervioso. Nunca antes una sonrisa había hecho sentir Aron así, a pesar de que ya la había visto unas mil veces antes.

(...)

Minhyun y Aron habían estado mucho más tiempo juntos del que duraba el recreo. Sí, se habían perdido unas cuantas clases, pero ninguno tenía la intención de volver aún. Estaban en el aula de música, la cual se encontraba vacía hasta después del próximo recreo. Minhyun estaba sentado sobre el piano, y Aron pasaba sus manos por las teclas. No sabía nada de cómo tocar piano, pero le parecía interesante. Aunque, aquel chico que se encontraba sobre ese piano, era alguien aún más interesante. Habían estado riéndose por un buen rato, pero ahora solo había seriedad en el aire, y ninguno sabía cómo romper el hielo.

Aron solo admiraba a Minhyun, quien se encontraba mirando a la pared, perdidamente. Su rostro enserio parecía esculpido a mano. Sus ojos se asimilaban a los de un Fénec. Aquella comparación siempre había perseguido a Minhyun, pero era imposible no notar la similitud. El más alto sintió la mirada fija del más bajo, y no puedo evitar voltear como reflejo. Acción que los dejó increíblemente cerca el uno del otro. Había un tipo de tensión en ambos, y las ganas de acercarse aún más los carcomía poco a poco.

—Aron, Minhyun— Era la profesora Hyerin, quien los miraba con una sonrisa cómplice— Si se van ahora a clases, tal vez no le diga a nadie que han estado aquí desde hace más de una hora— Ambos la miraron avergonzados. No habían hecho nada, sin embargo, se sentían como criminales atrapados en media acción, y no solo por el hecho de haberse saltado las clases— Ahora salgan de aquí

Los chicos salieron y se separaron en la puerta, cada uno a un pasillo diferente, dejando a una profesora Raina bastante satisfecha dentro de su clase. Con una sonrisa que no era precisamente causada por haber interrumpido aquel momento.

Bond || MinRon (Nu'est)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora